2024/07/07

Francia o las clases medias en acción

Circula hoy mucho un (como todos los suyos) interesante artículo de Esteban Hernández en El Confidencial, que además está (al menos hoy) en abierto, en el que, en parte teniendo a Francia a la vista, sobre la que ya planteaba este esquema el otro día, habla de los riesgos o amenazas que pueden derivar de las clases medias. Tiene mucha razón en buena parte de sus planteamientos, y así justamente se lo hacía ver al periodista del Huffignton que me interrogó sobre ello cuando la debacle



Las clases medias son un concepto delicuescente. Absurdo para un marxista de manual (osea, cenutrio) y demasiado simple y por tanto rara vez acertado para un positivista duro (cuestión de números), en cualquier caso sujeto a debate durante más de un siglo. Y que además tiene significaciones muy distintas según nivel de desarrollo económico y según el nivel de inmersión en la Tercera Ola o Sociedad Telemática, de inserción en la Urbe Global.

Ese mito de las clases medias y el franquismo no es mito, sino realidad. El franquismo supo construir esa clase colchón, se aplicó a ello con fruición con los planes de colonización y la política agraria en general, con el corporativismo minero e industrial, con las universidades laborales. Son esas clases medias, especialmente sus hijos, que se creían ya definivamente, como familia, a salvo de las quemas, las que a partir de la primera crisis del postfordismo, o más bien última de la Segunda Ola, de pronto se vieron con el agua al cuello, como cualquier jornalero, chca o menesteroso en general.

Osea que sí, mucho cuidado con la clase media, las clases medias más bien. Porque las hay ilustradas, que se revuelven contra los de arriba, y silvestres, que se revuelven contra los de abajo. 


Y sobre Francia se abaten además tantos otros dramas. Eso sí que es interseccionalidad: lo religioso, la deriva nacionalista de todo dios, la violencia de todos contra todos, la modernización mal entendida, el tradicional antisemitismo renovado, la locura nuclear que está arruinando el país... Y sólo faltaba llamar al engendro pozo al que se ha tirado la socialdemocracia Frente Popular. De nuevo.

Como concluía en uno de mis últimos tuits, el problema de Francia es que todos tienen razón. Pero no pueden tener a la vez razón los contrarios. De ahí el maremagnum.

Addenda post Segunda Vuelta (8/7/2024)

La gente está encantada. No sé de qué: la extrema derecha ha sacado más de 10 millones de votos, frente a no llega a 7 el Frente No Tan Popular. El partido socialista ha desaparecido. Francia sigue como hace una semana, y mi análisis creo que era acertado: todos tienen razón, pero todos no pueden tenerla. Nos veremos en un año, porque ahora empieza el auténtico merdé.


 

 


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