No es un estilo de plancha, sino la frontera, ese espacio borroso como yo la llamo ahora (pronto me copiará la idea el organizador de másters por antonomasia, según es su costumbre) situado a ambos lados de la frontera entre España y Portugal.
Y es que ayer estuvimos en Alcántara, en el Conventual (que está soberbio, realmente hermoso), en la presentación del número de Papeles de Economía Española dedicado a ese espacio socioeconómico. Mi artículo, sobre Redes urbanas transfronterizas, se puede leer aquí; pero cesde el GIESyT también generamos para ese número otro interesante trabajo sobre un tema tan novedoso como las dinámicas transfronterizas de los actores económicos y sociales en las relaciones industriales.
Las tapas de productos extremeños se hacían esperar al principio, pero luego fueron mejorando progresiva e incesantemente.
Nos volvimos tan comidos, que nos confundimos de carretera. Pero gracias a eso pudimos ver una manada de cervatillos corretear por las dehesas de Membrio y Herreruela; dehesas soberbias, brumosas, y llenas ellas de neoricos que (nos cuenta el del bar de Membrío, en donde paramos a tomar café) "no dejan en el pueblo ni los bueno días".
2005/10/28
¿También me lee Hugo Chavez?
El otro día remataba mi primer post en Blogger con el dictum quijotesco de "Ladran, luego cabalgamos". Y leo hoy de pasada en Internet que un par de días después Chavez lo utilizaba para referirse al cabreo de los fachas y norteamericano por la referencia de la cumbre iberoamericana al bloqueo. Se ve que por eso tardó en llegar a Salamanca; se entretuvo leyendo mi blog
Poco que celebrar en el día de Internet

2005/10/18
Me invitan en Cáceres

Me invitan en Cáceres a reflexionar, ante un grupo de responsables municipales, gestores de agencias y gerentes de empresas públicas, y empresas concesionarias de servicios públicos, sobre la actitud de los ciudadanos ante los servicios públicos. Pero, ¿y qué demonios es eso hoy en día?
Bueno, yo les hablé del proceso de devaluación de lo público que se ha operado en las sociedades occidentales desde mediados los años ’80, cuando la Thatcher necesitó dinero fresco para enfrentarse a la crisis fiscal, y vendió las joyas de la corona (por supuesto a amigos siempre que sea posible).. Y luego le siguieron todos, y aquella pandilla basura que rebajó la política a niveles nunca vistos, convirtiéndola en macroeconomía, tuvo que encargar a Milton Friedman y demás peña la construcción de todo un constructo ideológico para justificar la rapiña. ¿Se acuerdan?: la eficacia.
Ahora resulta que, veinte años después, los usuarios no tienen la sensación de que los servicios sean más eficaces, pero el negocio ya está hecho.
Hablamos de eso y otras muchas cosas, y ciertamente yo escuché cosas muy interesantes, y muchos datos que desconocía. Pero lo que me dejó un poco sorprendido (aunque quizás no debería estarlo, teniendo en cuenta que la mayoría procedían de empresas privatizadas, o surgidas al albur de las privatizaciones) es que su principal preocupación (por supuesto, no la única) no era tanto la pérdida de valoración de lo público, como la decadencia de Occidente y la invasión de los vándalos.
¿Cuándo asumiremos que nadie cuida lo que no siente como propio?
Caminando en otoño con Leo Ferré

Vengo a la universidad caminando, siempre que puedo. Hoy ha sido como un postre especial, bajo este cielo, y escuchando a Leo Ferre, cantando a Verlaine, hablar del otoño de todas las melancolías:
Les sanglots longs
Des violons
De l'automne
Blessent mon coeur
D'une langueur
Monotone.
Tout suffocant
Et blême, quand
Sonne l'heure,
Je me souviens
Des jours anciens
Et je pleure;
Et je m'en vais
Au vent mauvais
Qui m'emporte
Deçà, delà,
Pareil à la
Feuille morte.
2005/10/14
En la variedad (periodística) está el gusto

El día 5 participé, en Mérida, en una jornada de debate sobre el impacto ambiental, económico y social del proyecto de refinería de Villafranca de los Barros. En el blog están mis textos sobre la cuestión, así que no voy a entrar a definir mi posición. Lo gracioso es, como en tantas ocasiones, el desigual tratamiento de los periódicos. Mientras uno pone de manifiesto con exquisito tacto y gran capacidad de síntesis mi exposición:
La intervención del sociólogo Artemio Baigorri estuvo cargada de escepticismo, puesto que dio "un sí con reservas" basado en que "no hay otra salida" una vez que el actual modelo de desarrollo está agotado. Aun así, lanzó un mensaje claro: "No me gustaría vivir cerca de una refinería".
(El Periódico de Extremadura, 6/10/05)
El otro, sin embargo, salta por encima de todas las matizaciones, y me convierte poco menos que en el promotor de la refinería:
Artemio Baigorri, profesor de la Facultad de Económicas, cree que la refinería se hará y recomienda a los «grandes empresarios y terratenientes que han vivido muy bien de las subvenciones» y que se oponen, que se preparen porque espera que Balboa «romperá muchas de las estructuras sociales de la comarca y en los Barros algunos van a tener que salir de Falcon Crest»
(Hoy, 6/10/05)
Menos mal que uno fue monaguillo antes que fraile, y se toma estas cosas como lo que son...
Un palizón para ir al homenaje a Mario

Sobre el Premio Nacional de Medio Ambiente a Mario Gaviria

02/06/2005
A veces el stablishment te da alguna alegría: Mario Gaviria, premio nacional de Medio Ambiente
Hace un mes, no recuerdo con qué objeto, andaba yo navegando perezosamente por la web del Ministerio de Medio Ambiente, y me topé con la convocatoria de los premios nacionales de Medio Ambiente, que ni recordaba que existieran.
Sobre la marcha se me ocurrió la idea de presentar a Mario Gaviria, pero veía el asunto complicado, porque el premio se presenta tan superespecializado como la Sociedad de las Chimeneas, y como muy a-medida-de.
Y es que en la convocatoria había un premio para los economistas (muy gracioso, pues como colectivo profesional son los principales causantes del desastre ecológico del siglo XX), que supongo ya habrán recibido Naredo, Martinez Alier, Aguilera, y tal...; otro para los conservacionistas (osea, para los herederos de Rodriguez de la Fuente y demás vendedores de coleccionables, que tanto hicieron por los lobos y tan poco por los seres humanos amenazados por Franco y por las centrales nucleares), que seguro ya habrán recibido Joaquín Araújo y Delibes junior; y otro para el periodismo ambiental (ese me gusta especialmente, porque el papel de los periodistas es mucho más importante que el de los naturalistas y que, por supuesto, el de los economistas). Pero, ¿dónde coño cabía Gaviria, el auténtico padre del ecologismo radical español? ¿Dónde cabría un Pedro Costa Morata, un Juan Serna,... o un yo mismo, qué narices?.
No entendía yo que la cosa estuviese tan pre-definida, pero no me quería quedar con las ganas, así que envié mi propuesta con esta memoria justificativa:
MEMORIA
La orden reguladora de los Premio Nacionales de Medio Ambiente establece que pretenden otorgar reconocimiento público a aquellas personas que, “por sus aportaciones creadoras, científicas o de difusión y defensa de los valores ambientales, promueven actividades ambientalmente positivas”.
Sin duda, para el caso del candidato que -sin su conocimiento previo, y desconociendo si su posterior aprobación-, se propone, un epígrafe igual de apropiado sería el de Premio Lucas Mallada, por cuanto este eminente regeneracionista (pero sobre todo geólogo) planteó una visión transdisciplinaria de la relación entre medio ambiente y sociedad que iba mucho más allá de lo estrictamente económico (no olvidemos los capítulos de su famoso libro dedicados a temáticas tan fundamentales, y fundadas en nuestro país, como “la desidia de la Administración Pública”, o “los defectos del carácter nacional”); actitud que compartirán otras personalidades que, como él, apuntaron en la misma dirección, y de todos los cuales el más eximio representante es sin duda Joaquín Costa. Y que no hacían sino realizar la expresión nacional de un fenómeno tan global como lo es ahora la cuestión ambiental, y que con particularidades culturales e ideológicas expresaban un Georges P Marsh en los Estados Unidos, un Patrick Geddes en el ámbito del Imperio británico, un Pietr Kropotkin en Rusia, o un Elisée Reclus en Francia. Fenómeno que quedaría ahogado en un siglo que emergía marcado por el mecanicismo, la super-especialización y la organización burocrática del pensamiento y el conocimiento.
Pero casi un siglo más tarde aquel hilo perdido de Ariadna (transmutada para algunos en Gaia) se retoma aquí y allá. Y como entonces hay expresiones locales, regionales, nacionales, bien diferenciadas, pero vuelve a plantearse el denominador común de la transdisciplinariedad, que Henri Lefebvre será el primero el señalar como camino virtual –es decir, posible. Y es en este punto, en ese momento histórico y en ese proceso de recuperación del hilo perdido de la Ariadna que ayuda a Teseo a escapar del laberinto del productivismo, el economicismo y el excepcionalismo humano, en el que la figura del candidato adquiere su auténtica dimensión como uno de los principales introductores en España no sólo de conceptos, sino también de actitudes, y valores, que a la larga han resultado fundamentales para la protección ambiental. Su revisión, desde presupuestos ecológicos, de la Ordenación del Territorio, y más específicamente tanto del Urbanismo como de la Ordenación Rural, no sólo introdujeron nuevas –y antiguas- ideas, sino que sobre todo animaron a muchos especialistas de la arquitectura, el urbanismo, la ordenación rural, la sociología, la ingeniería hidráulica y de caminos, la gestión de la energía,... y por supuesto la economía, a reorientar su trabajo en una dirección nueva.
Pero sobre todo, en síntesis, podríamos decir que, como entonces los regeneracionistas, el candidato que se propone ha desarrollado una ingente actividad creativa, científica y de difusión de los valores ecológicos, promoviendo justamente el que desde diversas disciplinas de las Ciencias Sociales se prestase, en España, una atención a los problemas ambientales. Una labor que, como en el caso de los regeneracionistas españoles, puede considerarse transdisciplinaria.
Es decir, el proponente considera que el candidato debería recibir un Premio Lucas Mallada de Ciencias Sociales y Medio Ambiente, pero la modalidad específica muy claramente que el premio en recuerdo de Lucas Mallada se limita, se especializa, a los méritos en cuanto “al estudio y caracterización de los vínculos que unen a la Economía con el medio ambiente en España”. Lo que parece indicar implícitamente su limitación a la especialización en la Economía (lo cual, en términos ecológicos, o incluso medioambientales, no deja de ser una divertida paradoja).
Sin embargo, la modalidad “Conservación de la Naturaleza” pretende reconocer la “labor creadora, de investigación o de difusión (que) haya representado una contribución importante para la conservación de la fauna o flora de España”.
Teniendo presentes dichas consideraciones, los méritos del candidato D. Mario Gaviria Labarta se ponen fácilmente de manifiesto. Siendo, por lo demás, suficientemente conocidas por todas aquellas personalidades que han tenido o tienen alguna relación de importancia con el Medio Ambiente, y específicamente la conservación de la naturaleza, en España. No obstante lo cual podríamos establecer una lista de puntos concretos que permitan juzgar, a quienes desconozcan la historia de la protección ambiental, y del ecologismo en este país, la importancia de la contribución de D. Mario Gaviria Labarta a la conservación de la fauna o flora. En tanto que la lista podría ser demasiado extensa, y la orden reguladora establece taxativamente que debe tratarse de una “breve memoria explicativa”, me limitaré a exponer seis desempeños concretos (podríamos poner, en lugar de seis, sesenta) de su labor:
1. Desempeño, entre 1968 y primeros años de los ’80, de una intensa y desinteresada labor de difusión de la conciencia ecológica, mediante escritos, investigaciones, conferencias, debates e intervenciones en los medios de comunicación, durante una buena parte de ese periodo bajo el riesgo de sufrir los efectos de la represión política por parte de la dictadura franquista. Sin negar la importancia que otras personalidades del mundo de las Ciencias Sociales, como de las Ciencias de la Naturaleza, la Ingeniería o la Arquitectura, tuvieron en la década de los ’70
Hoy, casi cuarenta años después de que, en 1968 y en el prólogo a la edición española de “El derecho a la ciudad” de Lefebvre, Gaviria escribiese que "el derecho a la vivienda, el derecho a la naturaleza, el derecho a la vida urbana para todos, acabarán siendo inscritos en los Derechos Humanos", eso parece un lugar común, casi una obviedad. Pero sin el concierto y compromiso de algunas personas, y entre ellas muy significadamente de Mario Gaviria Labarta, ese lugar común, esa obviedad, no lo serían en España.
2. Articulación de la oposición, entre 1977 y 1980, la construcción de una fábrica papelera, y de una central nuclear, en Tudela (Navarra), presentando argumentos económicos, sociales, y sobre todo ecológicos que llevaron a numerosos grupos sociales a asumir dicha reivindicación y, finalmente, impedir dicha construcción, contribuyendo así a la conservación de la vegetación de ribera del río Ebro.
3. Articulación, entre 1975 y 1878, del proceso de investigación y difusión de criterios, en colaboración con otros científicos sociales y técnicos, en base a los cuales pudo evitarse la construcción de varias centrales nucleares en las comarcas aragonesas de el Bajo Aragón.
4. Articulación del proceso de investigación y difusión de criterios, en colaboración con otros científicos sociales como José Manuel Naredo, y otros activistas ambientales, como Juan Serna, para la oposición a la construcción de una central nuclear en Valdecaballeros (Badajoz), contribuyendo de una manera importante a crear el estado de opinión en base al cual pudo quedar, años después, definitivamente abandonada, la construcción de dicha central. Contribuyendo así a la conservación de la fauna de las Vegas del Guadiana, y muy especialmente de la especie humana. Y no sólo a ello, sino incluso a la conformación de una identidad regional en Extremadura, con los libros “Extremadura Saqueada” (1978) y “El modelo extremeño” (1980), dentro de la que el medio ambiente constituye un factor de identidad fundamental.
5. Contribución a la difusión, y sobre todo a la concienciación local y regional, sobre la problemática de la gestión del agua en las Tablas de Daimiel, con el libro escrito junto con Juan Serna, “La quimera del agua” (1995). Pero muchos años atrás, en los años ’70, sus trabajos de análisis y diagnóstico fueron ya fundamentales para la construcción de una estrategia no basada en sentimientos primarios, sino en razones técnicas y socio-económicas, de oposición a los trasvases intercuencas, y muy especialmente al trasvase del Ebro a las cuencas mediterráneas. Su labor en la promoción de la conservación de los espacios vinculados al agua, y en las propuestas de gestión ecológica y racional del agua en la cuencua del Ebro se han sucedido, por lo demás, en los últimos años.
6. Su tarea formadora de técnicos relacionados con el urbanismo y la ordenación territorial preocupados la cuestión ambiental, mediante su participación en cursos de postgrado, seminarios y conferencias dirigidos a arquitectos e ingenieros de caminos, en los años ’70, es asimismo inseparable de las nuevas actitudes que hoy podemos observar en muchos de esos técnicos a la hora de conformar el planeamiento urbano y territorial.
Por más que los avatares personales, y las señas de identidad de la sociedad española (que cambia de sistema político, de caballos de tiro, de ideas y de actitudes, y por tanto de predicadores, con la misma facilidad con que se cambia una chaqueta o se expulsa a un participante en Gran Hermano) hayan alejado parcialmente a Mario Gaviria de “la cuestión ambiental”, absolutamente nadie podrá cuestionar que, a tenor de lo dictado por la orden reguladora, su labor creadora, de investigación y de difusión contribuyeron profundamente, a lo largo de casi dos décadas, a la protección de la flora y la fauna de este país.
El reconocimiento de dicha labor no es discutible; es, simplemente, una deuda pendiente por parte de quienes se reclaman ecologistas, ambientalistas, conservacionistas o sostenibles. Con más razón aún por parte de un Ministerio de Medio Ambiente que, sin la previa actividad de personalidades como Mario Gaviria, nunca hubiese llegado a existir en España. Y que, sin duda alguna, se vería prestigiado por la concesión de dicho premio.
En Badajoz, a 6 de mayo de 2005
El proponente: Artemio Baigorri Agoiz
¡Y va, y se lo dan!
http://www.mma.es/info_ciud/camp/prem_mma/index.htm#premios
(la foto es de muy mala calidad, pero como muchas de las que pongo aquí es de móvil)
Sobre la refinería
11/07/2005
REFINERÍA: MOJÁNDOME
Aquí va la versión definitiva del artículo publicado en "El periódico de Extremadura".
...................REFINERÍA: UNA APUESTA ARRIESGADA...................
1. EL MODELO EXTREMEÑO HA FUNCIONADO, PERO SE AGOTA..
En otro tiempo llegamos a creer que en Extremadura era posible alcanzar un buen nivel de vida, si no de 'ricos' sí de 'nopobres', sin pagar el peaje de la industrialización. Yo lo llamé, en un más usado que citado artículo, el paso "De los santos inocentes a la Extremadura postindustrial" (1987).
Tiempos lejanos, con fracturas en el gobierno regional por el desarrollo industrial o la protección ambiental, en los que Extremadura optó por una vía de desarrollo (haciendo de la necesidad virtud, pero fue una opción asumida) basada en unos pocos elementos: un patrimonio ambiental inigualable; un territorio despejado y cómodo; un millón de nuevos consumidores con unas pocas pesetas recién llegadas al bolsillo; y una buena posición en el triángulo Madrid-Lisboa-Sevilla.
Era una ventaja el hecho de ser pocos, pero sobre todo contábamos con tres flujos básicos: los fondos por la reconversión de los jornaleros (incomparables con los de las reconversiones industrial y minera, pero una ayudita); las pensiones de los jubilados, locales y retornados (incomparables con las de vascos, madrileños y catalanes, pero para miles de familias fueron el primer ingreso mensual fijo); y sobre todo los que empezaban a atisbarse ingentes e inagotables fondos europeos.
Y la cosa ha funcionado. Basta tener más de cuarenta años, y no ser lerdo o ideológicamente obtuso, para ver a simple vista que entre casi todos hemos conseguido sacar adelante una tierra por la que casi nadie daba un duro. A donde casi nadie venía por voluntad propia, salvo para sacarse esa plaza universitaria inalcanzable en Madrid o Barcelona; para ascender en el IRYDA o las compañías eléctricas (ascenso que a veces incluía matrimonio con cortijera); o para comprar jamones que luego eran salmantinos; pimientos que se vendían como murcianos; espárragos que luego eran navarros; bordados que luego eran de Lagartera; o vino barato al por mayor que por arte de bilibirloque se convertía en Rioja… Ahora el personal pugna por quedarse a trabajar aquí, incluso cuando llega de rebote; tenemos en algunos ámbitos una proyección no ya nacional, sino mundial; y la gente viene a comprar productos extremeños. O simplemente a conocernos, porque han leído que vale la pena. Y uno puede ir por ahí diciendo que vive en Extremadura sin tener que dar explicaciones por ello. Estamos, vivimos, lo hemos contado, y contamos...
Pero, con muy buen criterio por su parte, los jornaleros prácticamente se han extinguido. Sólo quedan enganchados al magro subsidio algunas de sus señoras y las de algunos pequeños y medianos agricultores, algunos inmigrantes asentados, y unos pocos jóvenes rústicos irreconciliables con la ESO. No diré que no alivie los inviernos de quince o veinte mil hogares, pero ya no supone un flujo importante para la región. En cuanto a las pensiones, han perdido importancia a medida que se han normalizado los ingresos de los activos, aunque siguen siendo un buen colchón para las familias atenazadas por el paro o el empleo precario. Y los que parecían inacabables fondos europeos, esa ubre que ha alimentado tantos pisos, volvos, mercedes y 4x4, y tan pocas inversiones productivas, se empiezan a esfumar.
Es decir, la ayudita se acaba, y entretanto no han ocurrido algunas cosas que esperábamos. La maduración de los regadíos de las Vegas del Guadiana, el Zújar, el Tiétar y el Alagón ha coincidido con una etapa de la economía española marcada por una fuerte cultura especulativa. Mientras la Sociedad de Fomento tiene que andar por el mundo mundial persiguiendo inversores, la gente que tiene unos duros sobrantes los invierten en ladrillos o en bares.En este sentido, hay que tener precaución con lo que se dice. Pues se da por supuesto en ciertos discursos que la Tierra de Barros es hoy una especie de paraíso en la tierra gracias a un vino que, por lo demás, cada vez está menos al alcance de los propios extremeños; pero cuando observamos los fríos datos las cosas cambian.
Por ejemplo, si bien es cierto que Almendralejo ha ganado población en los últimos años, no es menos cierto que ganó población incluso en los años más negros de la emigración extremeña. Entre 1996 y 2004 ha tenido un crecimiento del 7% (un 0,88 anual), pero es que entre 1981 y 1996 creció más de un 15% (un 1,01 anual). Es decir, digámoslo claramente, Almendralejo está perdiendo fuelle.
En Villafranca de los Barros la situación es más preocupante, pues entre 1996 y 2004 el crecimiento ha sido de apenas un 1,83% (un 0,23 anual). En Los Santos de Maimona la cosa está peor: aunque en el último año parece que ha empezado a recuperarse demográficamente, entre 1996 y 2004 perdió el 1,83% de su población, tras un largo periodo (entre 1982 y 1996) de recuperación. Por lo que podemos deducir que, hoy por hoy, si bien el dinámico policultivo intensivo de secano, y sus productos estrella (el aceite y el vino) han permitido sujetar a la población de Tierra de Barros (en una parte importante gracias a las ayudas, subsidios y subvenciones), el futuro a corto y medio plazo no se presenta tan boyante, y veremos en cuanto se reformulen las ayudas de la PAC.
.............
2. REFORMULANDO EL MODELO: DÉMOSLE UNA OPORTUNIDAD A LAS CHIMENEAS..
Podríamos intentar, como los catalanes, el aumentar el flujo de transferencias del Estado. Hay vías, aunque los llamados expertos no las vea, que pasan precisamente por el federalismo fiscal. Basta que a Eroski, la Caixa, Caja Madrid, El Corte Inglés, Iberdrola, etc, se les obligue (como a nivel nacional se obliga a las multinacionales) a tener una sede fiscal regional. Si por la producción y los beneficios obtenidos por General Motors en España ésta debe pagar impuestos en Madrid, y no en Detroit, ¿por qué ha de pagar La Caixa el impuesto de sociedades en Barcelona, o Eroski en Vitoria, por sus actividades en Extremadura?. El impuesto a la banca fue una buena ocurrencia, pero es el chocolate del loro.
Pero mientras tanto llega Jauja hay que plantearse qué hacer con las cinco o diez mil personas que, anualmente, van a tener que largarse de la región en los próximos años. Y es en este marco en el que hay que ubicar, a mi juicio, el apoyo que la Junta viene prestando a las iniciativas industriales de Alfonso Gallardo, "el tipo ese de la chaqueta a cuadros", como lo intentaban ridiculizar las élites económicas y académicas de la región hace apenas unos años. Ese tipo que ha tenido la mala suerte de hacerse rico trabajando, en una tierra pobre y encima con un producto miserable. Un contrasentido, un imposible socioeconómico. Sólo el componente psicoanalítico de ese absurdo puede explicar su empeño en desarrollar inversiones productivas que generen empleo en su tierra, en lugar de dedicarse a disfrutar de la vida que le quede a caballo entre Jerez y Florida, como un tío Gilito.
Porque aquí no se trata de decidir en qué invertimos un-no-se-sabe-muy-bien-qué-dinero-de-aún-se-sabe-menos-de-quienes, sino de decidir si se le deja invertir a alguien que pone dinero suyo encima de la mesa. Entre quienes plantean alternativas genéricas delicuescentes, como "industrias agrarias", "productos naturales", "energías renovables", habría que indagar qué porcentaje suplementario de impuestos están dispuestos a pagar para realizar esas inversiones desde ámbitos públicos, y qué compromiso de consumo de esas producciones adquieren. Porque el gasóleo de Gallardo’s Oil seguro que lo consumen para ir a las manis.
Personalmente creo que no nos queda otra opción, ahora mismo, que probar. Hemos establecido una especie de acuerdo general, en esta región, sobre el carácter irrenunciable de espacio ambientalmente de calidad, y debemos seguir vigilantes (ahora más vigilantes) al respecto, pero ese compromiso no puede implicar el cercenar toda iniciativa que suponga algún coste ambiental.
Hace más de 100 años hubo en el País Vasco un debate semejante, entre los carlistas que con la excusa de proteger a la madre tierra, al tío bosque y al señor Dios, pretendían mantener sus privilegios, y quienes propiciaban la industrialización. Hace treinta años, a la gente sensata que visitaba Euskadi nos parecía que había sido un error aquella industrialización, con efectos perversos, como la contaminación, el arrinconamiento de los defensores del terruño (que generó un Sabino Arana que terminó mutando en ETA), y la desestructuración de miles de familias de inmigrantes. Pero los vascos no se equivocaron. Basta pasearse hoy por la ría de Bilbao para darse cuenta de que el error hubiera sido impedir la industrialización de un País Vasco que hoy estaría mendigando subvenciones para mantener sus rebaños de ovejas.
Démosle, por tanto, una oportunidad a esas chimeneas de las que aceleradamente queremos, en cualquier caso, alejarnos. Ahora sabemos lo que puede pasar si no mantenemos un férreo control de las emisiones al medio ambiente; ahora tenemos mecanismos administrativos y políticos para controlar eso; y sobre todo ahora tenemos voz para denunciar los impactos.
Hace ahora 25 años que una pandilla de indocumentados encerramos a casi cien alcaldes en Villanueva de la Serena, para protestar contra la aprobación de la central nuclear de Valdecaballeros. A la manifestación con que cerramos la movida la gente tuvo que ir a pie, sorteando acequias y controles de la Guardia Civil, que husmeaba buscando la vietnamita con la que imprimíamos el boletín diario "Extremadura Humillada". Contamos casi 25.000 personas. No me digan que no es diferencia que a manifestarse contra la refinería fuesen a Mérida unas 3.000 en tractor, en coche... y hasta en avión. Es símbolo de progreso económico, pero es, sobre todo, símbolo de que no faltarán quienes permanezcan permanentemente alertas, vigilando que se cumplan los bajos impactos prometidos.Esta es una apuesta arriesgada. Para los viticultores y bodegueros de Barros, sin duda. Pero también para Ibarra, que se juega sus rentas políticas, y para Gallardo, que apuesta sus cuartos. Lo malo que es no queda otra, porque el horizonte se ve plomizo.
19/07/2005
REFINERÍA 2 (Respondiendo a Demïo)
Pongo aquí la respuesta a su comentario; supongo que el motor de Blogia no permite incluir comentarios muy largos, y me ha impedido seguir el hilo en su sitio. Para no perderlo (el hilo) incluyo primero el comentario que Demïo había hecho a mi artículo:
[[Dice Demïo, a partir de un parrafo de mi artículo:........" (...)o para comprar jamones que luego eran salmantinos; pimientos que se vendían como murcianos; espárragos que luego eran navarros; bordados que luego eran de Lagartera; o vino barato al por mayor que por arte de bilibirloque se convertía en Rioja… Ahora el personal pugna por quedarse a trabajar aquí, incluso cuando llega de rebote; tenemos en algunos ámbitos una proyección no ya nacional, sino mundial; y la gente viene a comprar productos extremeños. O simplemente a conocernos, porque han leído que vale la pena". ¿Por qué no invertir en eso? Creo que nada de esto agrava el asma de los asmáticos... Muchos de los que decimos "no" sólo pretendemos proteger nuestra salud. Y es que ¿quién se puede fiar de nadie si pagar multas sale más barato que reducir emisiones?]].................
Y digo yo:
Bueno... En jamones ya se ha invertido todo lo invertible. La cosa no da más de sí, y de hecho se está falsificando mucho producto. Los espárragos vienen mucho más baratos de Perú y China, y digo yo que tendrán derecho a desarrollarse un poco también. Del vino, como digo en el artículo, ya se ha sacado también todo lo que puede dar de sí (demasiado quizás, pues los vinateros extremeños están a un tris de matar la gallina de los huevos de oro, tan caro como lo están poniendo). Los bordados también llegan más baratos de la India y China, y con buen criterio ya no quedan mujeres aquí que se quieran dejar los ojos haciéndolos. En suma, lo que presentas como una alternativa ya no lo es......Por otra parte, el "¿Por qué no invertir en...?" es un poco capcioso. ¿Quién impide invertir en eso? A quien lo ha hecho la Junta de Extremadura supongo (estoy seguro) que le habrá dado la misma ayuda proporcional que a las industrias de Gallardo. Pregunta en tu entorno, seguro que conoces a alguien con uno (o más) pisos comprados como inversión; averigua por qué no han invertido ellos en esos sectores. Es un buen ejercicio, te lo aseguro.......Lo del asma ciertamente es mala cosa, pero convendrás conmigo en que también tiene algo de falaz el argumento. Imagino que, si eres de la zona y tienes asma, evitarás pasear por el campo durante las muchas ocasiones en que, a lo largo del año, se utilizan productos fitosanitarios, tanto en la viña como en el olivar, particularmente peligrosos. No es el momento para hablar de la contaminación de la agroindustria, pero digo yo que habrás tenido noticia de los gravísimos problemas ambientales que durante muchos años han provocado los alpechines (procedentes de Barros) en el Guadiana, hasta acabar prácticamente con la población piscícola. No hagamos demagogia barata, porque todos sabemos que una refinería no tiene nada que ver con el polo petroquímico de Huelva......En lo que estoy plenamente de acuerdo contigo es en que sale más barato pagar multas, en ocasiones, que reducir emisiones. Sin embargo, hoy en España tenemos, además de las multas administrativas, tipificado el delito ecológico. Hay industriales catalanes que han entrado ya en la cárcel. Vamos a confiar un poco más en nosotros mismos, en la capacidad de denuncia de las organizaciones ecologistas y en las instituciones democráticas............También coincido plenamente en otra cosa contigo: si te la ponen cerca de casa, jode a poca sensibilidad que tengas. Pero claro, hace ya muchos años que en Estados Unidos se denuncia al falso ecologismo NIMBY (Not in My Back Yard) de la ciudadanía, que no renuncia al consumo de productos altamente contaminantes pero protesta cuando a alguien se le ocurre fabricarlos en su patio trasero. Seguro que no es tu caso. Pero convendrás en que hay mucho de eso. Demasiado...
REFINERÍA: MOJÁNDOME
Aquí va la versión definitiva del artículo publicado en "El periódico de Extremadura".
...................REFINERÍA: UNA APUESTA ARRIESGADA...................
1. EL MODELO EXTREMEÑO HA FUNCIONADO, PERO SE AGOTA..
En otro tiempo llegamos a creer que en Extremadura era posible alcanzar un buen nivel de vida, si no de 'ricos' sí de 'nopobres', sin pagar el peaje de la industrialización. Yo lo llamé, en un más usado que citado artículo, el paso "De los santos inocentes a la Extremadura postindustrial" (1987).
Tiempos lejanos, con fracturas en el gobierno regional por el desarrollo industrial o la protección ambiental, en los que Extremadura optó por una vía de desarrollo (haciendo de la necesidad virtud, pero fue una opción asumida) basada en unos pocos elementos: un patrimonio ambiental inigualable; un territorio despejado y cómodo; un millón de nuevos consumidores con unas pocas pesetas recién llegadas al bolsillo; y una buena posición en el triángulo Madrid-Lisboa-Sevilla.
Era una ventaja el hecho de ser pocos, pero sobre todo contábamos con tres flujos básicos: los fondos por la reconversión de los jornaleros (incomparables con los de las reconversiones industrial y minera, pero una ayudita); las pensiones de los jubilados, locales y retornados (incomparables con las de vascos, madrileños y catalanes, pero para miles de familias fueron el primer ingreso mensual fijo); y sobre todo los que empezaban a atisbarse ingentes e inagotables fondos europeos.
Y la cosa ha funcionado. Basta tener más de cuarenta años, y no ser lerdo o ideológicamente obtuso, para ver a simple vista que entre casi todos hemos conseguido sacar adelante una tierra por la que casi nadie daba un duro. A donde casi nadie venía por voluntad propia, salvo para sacarse esa plaza universitaria inalcanzable en Madrid o Barcelona; para ascender en el IRYDA o las compañías eléctricas (ascenso que a veces incluía matrimonio con cortijera); o para comprar jamones que luego eran salmantinos; pimientos que se vendían como murcianos; espárragos que luego eran navarros; bordados que luego eran de Lagartera; o vino barato al por mayor que por arte de bilibirloque se convertía en Rioja… Ahora el personal pugna por quedarse a trabajar aquí, incluso cuando llega de rebote; tenemos en algunos ámbitos una proyección no ya nacional, sino mundial; y la gente viene a comprar productos extremeños. O simplemente a conocernos, porque han leído que vale la pena. Y uno puede ir por ahí diciendo que vive en Extremadura sin tener que dar explicaciones por ello. Estamos, vivimos, lo hemos contado, y contamos...
Pero, con muy buen criterio por su parte, los jornaleros prácticamente se han extinguido. Sólo quedan enganchados al magro subsidio algunas de sus señoras y las de algunos pequeños y medianos agricultores, algunos inmigrantes asentados, y unos pocos jóvenes rústicos irreconciliables con la ESO. No diré que no alivie los inviernos de quince o veinte mil hogares, pero ya no supone un flujo importante para la región. En cuanto a las pensiones, han perdido importancia a medida que se han normalizado los ingresos de los activos, aunque siguen siendo un buen colchón para las familias atenazadas por el paro o el empleo precario. Y los que parecían inacabables fondos europeos, esa ubre que ha alimentado tantos pisos, volvos, mercedes y 4x4, y tan pocas inversiones productivas, se empiezan a esfumar.
Es decir, la ayudita se acaba, y entretanto no han ocurrido algunas cosas que esperábamos. La maduración de los regadíos de las Vegas del Guadiana, el Zújar, el Tiétar y el Alagón ha coincidido con una etapa de la economía española marcada por una fuerte cultura especulativa. Mientras la Sociedad de Fomento tiene que andar por el mundo mundial persiguiendo inversores, la gente que tiene unos duros sobrantes los invierten en ladrillos o en bares.En este sentido, hay que tener precaución con lo que se dice. Pues se da por supuesto en ciertos discursos que la Tierra de Barros es hoy una especie de paraíso en la tierra gracias a un vino que, por lo demás, cada vez está menos al alcance de los propios extremeños; pero cuando observamos los fríos datos las cosas cambian.
Por ejemplo, si bien es cierto que Almendralejo ha ganado población en los últimos años, no es menos cierto que ganó población incluso en los años más negros de la emigración extremeña. Entre 1996 y 2004 ha tenido un crecimiento del 7% (un 0,88 anual), pero es que entre 1981 y 1996 creció más de un 15% (un 1,01 anual). Es decir, digámoslo claramente, Almendralejo está perdiendo fuelle.
En Villafranca de los Barros la situación es más preocupante, pues entre 1996 y 2004 el crecimiento ha sido de apenas un 1,83% (un 0,23 anual). En Los Santos de Maimona la cosa está peor: aunque en el último año parece que ha empezado a recuperarse demográficamente, entre 1996 y 2004 perdió el 1,83% de su población, tras un largo periodo (entre 1982 y 1996) de recuperación. Por lo que podemos deducir que, hoy por hoy, si bien el dinámico policultivo intensivo de secano, y sus productos estrella (el aceite y el vino) han permitido sujetar a la población de Tierra de Barros (en una parte importante gracias a las ayudas, subsidios y subvenciones), el futuro a corto y medio plazo no se presenta tan boyante, y veremos en cuanto se reformulen las ayudas de la PAC.
.............
2. REFORMULANDO EL MODELO: DÉMOSLE UNA OPORTUNIDAD A LAS CHIMENEAS..
Podríamos intentar, como los catalanes, el aumentar el flujo de transferencias del Estado. Hay vías, aunque los llamados expertos no las vea, que pasan precisamente por el federalismo fiscal. Basta que a Eroski, la Caixa, Caja Madrid, El Corte Inglés, Iberdrola, etc, se les obligue (como a nivel nacional se obliga a las multinacionales) a tener una sede fiscal regional. Si por la producción y los beneficios obtenidos por General Motors en España ésta debe pagar impuestos en Madrid, y no en Detroit, ¿por qué ha de pagar La Caixa el impuesto de sociedades en Barcelona, o Eroski en Vitoria, por sus actividades en Extremadura?. El impuesto a la banca fue una buena ocurrencia, pero es el chocolate del loro.
Pero mientras tanto llega Jauja hay que plantearse qué hacer con las cinco o diez mil personas que, anualmente, van a tener que largarse de la región en los próximos años. Y es en este marco en el que hay que ubicar, a mi juicio, el apoyo que la Junta viene prestando a las iniciativas industriales de Alfonso Gallardo, "el tipo ese de la chaqueta a cuadros", como lo intentaban ridiculizar las élites económicas y académicas de la región hace apenas unos años. Ese tipo que ha tenido la mala suerte de hacerse rico trabajando, en una tierra pobre y encima con un producto miserable. Un contrasentido, un imposible socioeconómico. Sólo el componente psicoanalítico de ese absurdo puede explicar su empeño en desarrollar inversiones productivas que generen empleo en su tierra, en lugar de dedicarse a disfrutar de la vida que le quede a caballo entre Jerez y Florida, como un tío Gilito.
Porque aquí no se trata de decidir en qué invertimos un-no-se-sabe-muy-bien-qué-dinero-de-aún-se-sabe-menos-de-quienes, sino de decidir si se le deja invertir a alguien que pone dinero suyo encima de la mesa. Entre quienes plantean alternativas genéricas delicuescentes, como "industrias agrarias", "productos naturales", "energías renovables", habría que indagar qué porcentaje suplementario de impuestos están dispuestos a pagar para realizar esas inversiones desde ámbitos públicos, y qué compromiso de consumo de esas producciones adquieren. Porque el gasóleo de Gallardo’s Oil seguro que lo consumen para ir a las manis.
Personalmente creo que no nos queda otra opción, ahora mismo, que probar. Hemos establecido una especie de acuerdo general, en esta región, sobre el carácter irrenunciable de espacio ambientalmente de calidad, y debemos seguir vigilantes (ahora más vigilantes) al respecto, pero ese compromiso no puede implicar el cercenar toda iniciativa que suponga algún coste ambiental.
Hace más de 100 años hubo en el País Vasco un debate semejante, entre los carlistas que con la excusa de proteger a la madre tierra, al tío bosque y al señor Dios, pretendían mantener sus privilegios, y quienes propiciaban la industrialización. Hace treinta años, a la gente sensata que visitaba Euskadi nos parecía que había sido un error aquella industrialización, con efectos perversos, como la contaminación, el arrinconamiento de los defensores del terruño (que generó un Sabino Arana que terminó mutando en ETA), y la desestructuración de miles de familias de inmigrantes. Pero los vascos no se equivocaron. Basta pasearse hoy por la ría de Bilbao para darse cuenta de que el error hubiera sido impedir la industrialización de un País Vasco que hoy estaría mendigando subvenciones para mantener sus rebaños de ovejas.
Démosle, por tanto, una oportunidad a esas chimeneas de las que aceleradamente queremos, en cualquier caso, alejarnos. Ahora sabemos lo que puede pasar si no mantenemos un férreo control de las emisiones al medio ambiente; ahora tenemos mecanismos administrativos y políticos para controlar eso; y sobre todo ahora tenemos voz para denunciar los impactos.
Hace ahora 25 años que una pandilla de indocumentados encerramos a casi cien alcaldes en Villanueva de la Serena, para protestar contra la aprobación de la central nuclear de Valdecaballeros. A la manifestación con que cerramos la movida la gente tuvo que ir a pie, sorteando acequias y controles de la Guardia Civil, que husmeaba buscando la vietnamita con la que imprimíamos el boletín diario "Extremadura Humillada". Contamos casi 25.000 personas. No me digan que no es diferencia que a manifestarse contra la refinería fuesen a Mérida unas 3.000 en tractor, en coche... y hasta en avión. Es símbolo de progreso económico, pero es, sobre todo, símbolo de que no faltarán quienes permanezcan permanentemente alertas, vigilando que se cumplan los bajos impactos prometidos.Esta es una apuesta arriesgada. Para los viticultores y bodegueros de Barros, sin duda. Pero también para Ibarra, que se juega sus rentas políticas, y para Gallardo, que apuesta sus cuartos. Lo malo que es no queda otra, porque el horizonte se ve plomizo.
19/07/2005
REFINERÍA 2 (Respondiendo a Demïo)
Pongo aquí la respuesta a su comentario; supongo que el motor de Blogia no permite incluir comentarios muy largos, y me ha impedido seguir el hilo en su sitio. Para no perderlo (el hilo) incluyo primero el comentario que Demïo había hecho a mi artículo:
[[Dice Demïo, a partir de un parrafo de mi artículo:........" (...)o para comprar jamones que luego eran salmantinos; pimientos que se vendían como murcianos; espárragos que luego eran navarros; bordados que luego eran de Lagartera; o vino barato al por mayor que por arte de bilibirloque se convertía en Rioja… Ahora el personal pugna por quedarse a trabajar aquí, incluso cuando llega de rebote; tenemos en algunos ámbitos una proyección no ya nacional, sino mundial; y la gente viene a comprar productos extremeños. O simplemente a conocernos, porque han leído que vale la pena". ¿Por qué no invertir en eso? Creo que nada de esto agrava el asma de los asmáticos... Muchos de los que decimos "no" sólo pretendemos proteger nuestra salud. Y es que ¿quién se puede fiar de nadie si pagar multas sale más barato que reducir emisiones?]].................
Y digo yo:
Bueno... En jamones ya se ha invertido todo lo invertible. La cosa no da más de sí, y de hecho se está falsificando mucho producto. Los espárragos vienen mucho más baratos de Perú y China, y digo yo que tendrán derecho a desarrollarse un poco también. Del vino, como digo en el artículo, ya se ha sacado también todo lo que puede dar de sí (demasiado quizás, pues los vinateros extremeños están a un tris de matar la gallina de los huevos de oro, tan caro como lo están poniendo). Los bordados también llegan más baratos de la India y China, y con buen criterio ya no quedan mujeres aquí que se quieran dejar los ojos haciéndolos. En suma, lo que presentas como una alternativa ya no lo es......Por otra parte, el "¿Por qué no invertir en...?" es un poco capcioso. ¿Quién impide invertir en eso? A quien lo ha hecho la Junta de Extremadura supongo (estoy seguro) que le habrá dado la misma ayuda proporcional que a las industrias de Gallardo. Pregunta en tu entorno, seguro que conoces a alguien con uno (o más) pisos comprados como inversión; averigua por qué no han invertido ellos en esos sectores. Es un buen ejercicio, te lo aseguro.......Lo del asma ciertamente es mala cosa, pero convendrás conmigo en que también tiene algo de falaz el argumento. Imagino que, si eres de la zona y tienes asma, evitarás pasear por el campo durante las muchas ocasiones en que, a lo largo del año, se utilizan productos fitosanitarios, tanto en la viña como en el olivar, particularmente peligrosos. No es el momento para hablar de la contaminación de la agroindustria, pero digo yo que habrás tenido noticia de los gravísimos problemas ambientales que durante muchos años han provocado los alpechines (procedentes de Barros) en el Guadiana, hasta acabar prácticamente con la población piscícola. No hagamos demagogia barata, porque todos sabemos que una refinería no tiene nada que ver con el polo petroquímico de Huelva......En lo que estoy plenamente de acuerdo contigo es en que sale más barato pagar multas, en ocasiones, que reducir emisiones. Sin embargo, hoy en España tenemos, además de las multas administrativas, tipificado el delito ecológico. Hay industriales catalanes que han entrado ya en la cárcel. Vamos a confiar un poco más en nosotros mismos, en la capacidad de denuncia de las organizaciones ecologistas y en las instituciones democráticas............También coincido plenamente en otra cosa contigo: si te la ponen cerca de casa, jode a poca sensibilidad que tengas. Pero claro, hace ya muchos años que en Estados Unidos se denuncia al falso ecologismo NIMBY (Not in My Back Yard) de la ciudadanía, que no renuncia al consumo de productos altamente contaminantes pero protesta cuando a alguien se le ocurre fabricarlos en su patio trasero. Seguro que no es tu caso. Pero convendrás en que hay mucho de eso. Demasiado...
Un par de cosas al menos
sí que voy a traer aquí, para que no se pierdan.
....
Sin ir más lejos, el artículo con el que me definí, favorablemente al proyecto aún con todas las prevenciones, frente al conflicto sobre la refinería de Villafranca de los Barros. Definición que me ha creado (una vez más, pero es el riesgo que asumimos quienes opinamos de frente) algunos enemigos nuevos, ahora entre los energúmenos para quienes los únicos argumentos son el insulto y la descalificación.
Por lo demás, y como decía el Quijote (uf... qué hartazgo de quijote llevo ya a estas alturas del año): "Ladran, luego cabalgamos".
2005/10/13
Con dolor de corazón...
...emigro desde Blogia, producto nacional, a tierra extranjera. Blogia es una idea estupenda, pero supongo que no han recibido el merecido apoyo económico del gobierno aragonés, y los servidores se les bloquean constantemente. Es mi sino: escapar de Aragón, esa madrastra...
Como no se pueden migrar los post, pues ahí se quedarán. Como los libros que tuve que dejar en Mallén y Gallur, hace casi veinte años, porque pesaban mucho.
Como no se pueden migrar los post, pues ahí se quedarán. Como los libros que tuve que dejar en Mallén y Gallur, hace casi veinte años, porque pesaban mucho.
2005/10/10
Dos meses in albis...
...es mucho para mi blog, a pesar incluso de lo perezoso que me he vuelto. Han pasado cosas que bien podrían ser comentadas al viento (osea, para nadie)... Lo haré inmediatamente, pero por ahora avanzo solamente mi último descubrimiento introspectivo: soy una nación de naciones.
(post original en blogia)
(post original en blogia)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)