Y hablando de la eternidad,

me enganchó anoche el documental de James Cameron sobre la tumba de Jesús. Eso sí que es investigación/acción, me gustaría hacer lo mismo con alguna investigación sociológica.
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Resultan bastante sensatos y creíbles sus resultados, pero sobre todo me impactó el empeño judeo-cristiano por volver a enterrar el asunto.


En el caso de la administración israelita el asunto está claro: mantener el asunto abierto supone profundizar en un hecho que habría alimentado luego durante siglos el antisemitismo. Un asunto de hecho más grave, porque ya no se trataría de la connivencia con los romanos en la muerte del creador de la nueva religión, sino que se habría tratado de una persecución sistemática, exclusivamente judía, y a la manera del moderno Mossad, de toda la familia de Jesús. Es lógico que prefieran que no se airee mucho el tema, dado el peso que en los últimos años ha adquirido el irracionalismo religioso (empezando por el judío).
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En el caso de la Iglesia, lógicamente, el asunto es aún más peliagudo. Pues supondría la puesta en crisis de aspectos esenciales de las religiones cristianas. Por supuesto, lo primero, una vez más, es lo de la divinidad de jesús, pero eso es lo más obvio. Hay aspectos más estructurales y que afectan al día a día, osea que seguramente tengan efectos más demoledores en la Iglesia. Como el hecho de que, muy probablemente, el fundador de la Iglesia de Cristo no fue Pedro, un hombre, sino María Magdalena, una mujer... su mujer, la madre de su hijo. Ya no se trataría de un asunto de desviados doctrinales de hace quince siglos, sino un hecho que esta investigación confirmaría. La que se puede armar en estos tiempos...
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Pero el impacto (salvo en lo que se refiere a la cuestión de género) entre los cristianos será menor. Para una religión el origen, dos mil años después, es insustancial. Lo importante son las estructuras mentales existentes, replicadas de generación en generación (de ahí la inevitabilidad del endurecimiento de la Iglesia católica que ha iniciado Ratzinger) y grabadas a sangre y fuego a través de los ritos (aunque en los USA sí podría ser previsible el surgimiento de algún pirado, de entre las sectas radicales de la peña de los Bush, que le haga algún chandrío a James Cameron). Me parece mucho más peligroso el efecto que el asunto de los judíos puede tener...
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Así que mejor dejar la losa puesta sobre la tumba, y olvidar el asunto cuanto antes. Prefiero un Jesús muerto por romanos, resucitado y elevado a los cielos, que la pobre familia de un líder místico perseguida y asesinada por el Mossad. ¡La que se puede armar!