2025/08/25

Celebra los cambios... aunque sean a peor

"Ch-ch-ch-ch-changes
Turn and face the strange
Ch-ch-changes
Don't want to be a richer man"
(David Bowie)



Cofidis, una de las financieras que probablemente más damnificados tuvo en España durante la última crisis, la financiera que empujó a los insolventes a quienes sus bancos habían advertido de que no debían endeudarse más a lanzarse a adquirir más deudas imposibles de pagar, celebra sus 35 años en España. Quienes se quejan de los inmigrantes que llegan a quitarnos el trabajo nunca se quejan de las empresas que vienen a quitarnos el dinero legalmente. "¿Te crees que soy Cofidis?" expresaba no sólo un slogan para acompañar un marketing salvaje, sino una realidad que llevó a miles de familias a la ruina. 

- ¿Te crees que te voy a prestar lo que sé que no vas a poder devolverme? Para nada, porque yo no tengo los medios de Cofidis para hacerme con tu moto, tu coche o tu casa para resarcirme cuando no puedas devolverme, y sé que no me vas a poder devolver. 

Por supuesto, Cofidis sólo es una marca que simboliza una práctica financiera, como decir Casera sirve para referirse a la gaseosa en general, o Aspirina para cualquier pastilla con acetil-salicílico... Pero su campaña de supuesto seudoaniversario (¿quién celebra los 35 años de algo? ¡Venga ya!), en realidad su campaña de marketing que señala los primeros indicios del próximo estallido de burbuja, de la próxima crisis, pretende enarbolar la propiedad intelectual de la extorsión financiera a los alucinados consumidores que gastan en lo que no pueden ni deben gastar. "Porque tú pensabas que Cofidis era para otros", que sólo era cosa del lumpen ignorante que no sabe calcular las consecuencias financieras de sus actos de consumo. Pues no, también para tí, clase media con estudios. También tú puedes meterte en una vorágine de consumo conspicuo y endeudamiento creciente hasta el infinito, hasta que sólo tengas tu coche, tu casa, para arreglarlo. Sí, también tú, maestro, enfermera, profesor precario, contable agobiado porque con la hipoteca, las letras del SUV y los 15 días de apartamento en agosto, tus hijos no pueden además llevar el mismo Iphone y las mismas camisetas que sus compañeros de concertado... No te cortes.

Los 35 años tienen sentido, porque el siglo XXI empezó en los 90, en la época dorada-borracha de Wall Street. Cofidis celebra, por tanto, los 35 años del siglo XXI. Un siglo que está conduciendo, entre maravillas tecnológicas como también las aportó el siglo XX, a guerras igual de cruentas (aunque cada vez más quienes maten sean las máquinas), pero sobre todo al empobrecimiento relativo general de la población por ejemplo de España, en realidad de Occidente (luego vamos a ello). Cuando se habla de decadencia de la clase media (que lo es, y la clase media cumple funciones de equilibro y estabilidad esenciales en las sociedades capitalistas, en realidad en todas las sociedades) en realidad se habla de la decadencia global, porque la "clase media" sólo es una operación matemática que incluye a la mayor parte de la población.

El siglo XX, con la emergencia de la socialdemocracia como único freno efectivo a las alocadas revoluciones comunistas (que conducían a sociedades tiránicas que lo único que alimentaron fue el fascismo, como reacción salvaje a revoluciones salvajes), se produjo el proceso de mayor movilidad e igualación social de la Historia escrita (sigamos soñando con las virtudes del Comunismo Primitivo). En algo más de medio siglo el grueso de las comodidades de las clases altas llegaron a las clases bajas, desde las mejoras higiénicas que multiplicaron la esperanza de vida a las bodas en las Seychelles.  Sí, a costa de que en algunos casos pasaron de ser comodidades a incomodidades, pero dejamos eso ahora, que ya he pasado medio siglo hablando de éso ¿vale?. 

Sin embargo el siglo XXI está trayendo un fenómeno inverso, que habrá que analizar más seriamente (uno de tantos asuntos pendientes para la jubilación que probablemente sigan quedando pendientes). La cosa empezó con los productos baratos (de mala calidad, inútiles a menudo) chinos. Al principio las tiendas "Todo a 100" (pesetas) inundaron los barrios humildes. Pero crecieron hasta convertirse en hipermercados, que sólo han empezado a decaer (y están decayendo) cuando sus connacionales han encontrado en la venta online que ni siquiera tienen que emigrar a Occidente, desde su remota provincia de China pueden vendernos lo mismo por Temu, Shein, AliExpress... Al principio los Dacia de una Rumanía que ni estaba aún en la UE eran para los rústicos más pobres, ahora que ni se fabrican en Rumanía, sino en Marruecos, están en manos de los miembros (y miembras) menos acomplejados de la clase media. Y bueno, Cofidis, su anuncio, es por ello una perfecta expresión de este proceso: ¿Creías que no era para tí? Pues sí, "piltrafilla". Ya es también para tí. "Prepárate a morir"

Naturalmente, todo esto referido a Occidente, que es el objeto de esta reflexión. Por supuesto que en términos de Sociedad Mundo, de Urbe Global, todo este empobrecimiento relativo de Occidente (no de sus élites, por supuesto, sino de su población) significa un cierto giro de la sartén, en beneficio de eso que genéricamente llamamos el Sur Global. Lo cual bien podríamos considerar que es buena cosa. ¿O no?

Banda Sonora: 




2025/08/08

Discos, yonquis, precariedad y vivienda


Doy por casualidad con este disco que yo hubiera dado por inencontrable, si es que me hubiese acordado de él, porque tampoco era una maravilla. Uno de tantos de segunda mano, o de liquidación de stocks, comprados a principios de los 70's en aquella especie de cueva junto a la Rambla de Canaletas, al principio de Tallers o Bonsuccés. Eran agradables de oir algunas canciones para dormir o escribir, y poco más.

Pero lo que me ha removido al dar con él no ha sido el recuerdo de su música, sólo he recordado, al ver la portada, un aire psychofolk.  Sino que me ha traído como de bruces el recuerdo los dos amigos muertos por sobredosis que tuve. En particular el amigo de Zaragoza (más bien ex compañero de residencia en el Colegio Menor en los dos últimos cursos de Bachiller), más amigo de mis compañeros de piso que mío, porque con su panda de yonkis arrambló con este disco, junto a toda mi primera colección de LPs, a finales de la década. A veces les dejábamos dormir en el piso que compartíamos entre seis, tres parejas (y aún dicen millenials y zetas que si los boomers, hay que joderse, para poco más que fumar, algún libro de viejo y algún disco de viejo me daba), y en una de esas en que estábamos fuera se llevaron todos los discos, que era lo de más fácil venta. al menos me dejaron la máquina de escribir. Era médico, y haciendo el MIR se había enganchado a los calmantes que mangaba en el hospital, casi todos los estudiantes progres de Medicina enredaban con eso. Y un buen día nos llegó la noticia de su muerte por sobredosis.

Y al pensar en uno he pensado en el otro, y en lo buena gente que eran ambos. De Madrid, era hijo de una familia de la jet de la cultura, estudiaba Sociología y su padre se ofreció a contribuir económicamente para que Gaviria se lo trajese con el equipo que hicimos el informe Extremadura Saqueada, en el verano de 1977. En realidad todos contibuimos económicamente, en cierto sentido, porque íbamos pro bono, agradecidos por aprender y echar unas risas (las primeras durante el viaje, en Trujillo, con hierba criada, según el sesudo funcionario que la traía, en los jardines del Ministerio de Economía; las segundas recién llegados, una noche en la Comuna del Rañaco, con una infusión de hierba en leche de cabra). Y a fé que, al menos algunos, aprendimos. Mucho. Y no nos pasamos con las risas, de hecho yo creo no haberlas vuelto a probar. 

El caso es que nos hicimos amigos y de vez en cuando nos veíamos en Madrid, se lamentaba mucho de que sus padres pasaban bastante de él, siempre estaban viajando. Un buen día se lo encontraron en el coche, con sobredosis. 

Los dos, bellas personas, demasiado buena gente en un mundo lleno de tahúres y engañabobos en general.

Fíjate lo que puede dar de sí apenas la portada de un disco: yonquis, sobredosis, precariedad y vivienda.


 

2025/07/30

Camino a la perdición


En el último tercio del siglo XX conseguimos construir una Sociología que interesaba, atraía, explicaba, aportaba. y el número de estudiantes creció vertiginosamente.

¿Qué ha pasado para que el porcentaje de estudiantes haya pasado del más del 0,8 a apenas el 0,4%. 
Utilizo el % de alumnos de Sociología sobre el total porque los responsables de la debacle repiten como loros que claro, el número de estudiantes universitarios ha caído por la caída de la natalidad.

Tras los espejismos del 11M y demás entelequias pareció recuperarse, pero rápidamente consiguieron alejar de nuevo a los estudiantes de esta disciplina. 

Qué tiempos cuando me venían alumnos de ADE a decirme: "Yo quería estudiar Sociología, pero no podía permitirme salir fuera". 

¿Te atreves a señalar causas?

2025/06/11

De cuando había ganas (Grupo Extremeño de Sociología)

Se cumple estos días una efeméride personal, y creo que para algunos y algunas colectiva. Hace justamente 29 años nacía, con acta de nacimiento en Badajoz pero con ámbito regional, el Grupo Extremeño de Sociología. Consecuencia de la incapacidad de la asociación profesional previamente existente, que tenía voluntad colegial pero nula capacidad para promover acciones de provecho para la Sociología. Había participado activamente en ella, aunque no llegó a tener más de una docena de asociados, organizando para ella su principal actividad en sus diez años de existencia: un curso de postgrado sobre Urbanismo dirigido tanto a sociólogos y politólogos como a otros especialistas. Pero los dos o tres que se habían atrincherado en su directiva ni hacían otra cosa que daño, ni hacían ni dejaban hacer.

Hartos, yo y otros muchos colegas, nos lanzamos a constituir otra, clara y explícitamente orientada a la promoción y defensa de la Sociología, tanto en su vertiende académica (pues la promovíamos desde la Universidad) como profesional. 


Profesores de la Universidad, técnicos de la Junta de Extremadura y otras administraciones, profesores de Secundaria, sociólogos y sociólogas trabajando o en paro, que de todo había como sigue habiendo. Aunque acepté la presidencia en la asamblea fundacional, más por aclamación que por elección, supongo que por haber sido el principal animador y promotor, mi compromiso fue no ostentarla más que dos años, el tiempo de poner la asociación en marcha y desarrollar los primeros proyectos que tenía en mente:

1) Creación de un directorio de asociados, que en menos de un mes estuvo impreso, con los datos de los 38 asociados, para difundirlo a los medios de comunicación, administraciones públicas, etc.





2) Creación de un boletín informativo trimestral (a ver si los escaneo todos) en papel (Internet apenas se atisbaba, aunque ya informábamos de sus posibilidades en el boletín) que llegase a todos los asociados, y de los que llegamos a editar siete. 


3) Organización de ciclos de conferencias para los asociados, aunque abiertas, sobre temas de interés. En la primavera del año siguiente se celebró el primero, en la Facultad de Económicas, con la participación de Díez Nicolás (de quien como presidente de la FES, de cuyo consejo formaba yo parte en representación de los socios individuales, siempre tuvimos el pleno apoyo en todas nuestras iniciativas), Benjamín Oltra, María Angeles Durán (que por primera vez venía a Extremadura, donde nació, como socióloga) y Pérez Adan. 



3) Celebración del I Congreso Extremeño de Sociología, para mostrar a la sociedad extremeña, y sobre todo a sus políticos y empresarios, el potencial de nuestra profesión. A pesar del boicot por parte de algunos colegas desde la agónica ASYPE, el congreso se celebró y fue un éxito, en 1997, con el apoyo de la FES, el Colegio Nacional de Sociólogos y Politólogos, la Universidad de Extremadura y la Junta de Extremadura. Un total de 38 inscritos más una veintena de "visitantes" no inscritos con comunicaciones, pero que asistieron a todos los actos, en una región que era un erial sociológico, a pesar de haberse generado desde la misma informes muy influyentes a nivel nacional. Además de ese I Congreso se celebró, en 1998, en I Encuentro Transfronterizo de Sociología, con la Facultad de Sociología de la Universidad de Evora, en el que fuimos acompañados por Amando de Miguel. 


4) Reivindicar la creación de la titulación de Sociología en la Uex. Y estuvimos muy cerca, pero el cainismo tradicional de Extremadura es lo que es... El Presidente estaba por la labor; se aprobó en el Claustro de la Uex; la Facultad de CC Económicas y Empresariales se preparaba para ello (Antonio Escudero, decano de la Facultad de Económicas de Alicante vino a exponer las dinámicas de convivencia con la titulación de Sociología), incluso acordó modificar su denominación (lo que se aprobó en Claustro aunque lógicamente no llegó a hacerse efectiva) a la de Facultad de Ciencias Sociales. En Cáceres se iba a implantar Ciencia de la Administración en la Facultad de Derecho...pero cuando estaba que ya, Cáceres empezó a protestar. Así que ni para unos, ni para otros. Qué le vamos a hacer, es un sino de esta región.
No obstante sí conseguimos poner en marcha, cuando desgraciadamente el GES ya no existía, ya en el siglo XXI, el programa de Doctorado en Sociología, desde la Facultad de Económicas pero con la participación del profesorado tanto de Badajoz como de Cáceres. Dos ediciones, en forma virtual y sin ningún apoyo institucional de la universidad. Pero lo hicimos: el primer programa de doctorado en Sociología on line en español. 




5) Inclusión en la Federación Española de Sociología, lo que se produjo el 24 de marzo de 1998, con una decisión unánime de su Consejo Federal. Osea que ya estuvimos ahí, hace casi treinta años.



Justo recibimos la noticia cuando acabábamos de celebrar la asamblea, en Montánchez, en la que según lo comprometido yo abandoné la presidencia y elegimos una nueva Junta de Directiva. Siempre he odiado tanto a ese poema de Brecht que algunos revolucionarios de salón citan con tanta facilidad, como he desconfiado de aquellos a quienes el poema pretende: los imprescindibles. Los que quieren seguir en la pomada, la que sea, como sea pero mangoneando, de por vida. 

Estábamos a tope, organizados, activos, reconocidos... Y tuvimos incluso anécdotas divertidas. Algunas las protagonizó aquel que el día de la conferencia de María Angeles Durán (la primera vez que pisaba Extremadura en un acto académico) fue hasta la mesa a saludarla y se le presentó como Catedrático de Sociología de la Universidad de Extremadura, y ella le cortó: 
- Tenía entendido que en la Universidad de Extremadura no hay aún catedráticos..
- Sí, claro..bueno... Catedrático de Escuela Universitaria en Magisterio.  

Para quien no conozca la vida universitaria, y su evolución, los Catedráticos de Escuela eran una figura inferior a la de Catedráticos de Universidad, creada para las Escuelas Universitarias que impartían diplomaturas (Magisterio, Trabajo Social, etc.), equivalente a la de Profesor Titular de Universidad. Había profesores que preferían que la plaza creada para ellos, cuando les "tocaba", fuese de Catedrático de Escuela en lugar de Titular de Universiad, para darse más importancia ante la gente común o los estudiantes, que no sabían de esas diferencias. Aquel personaje nunca se asoció (quizás porque a pesar de ser profesor de Sociología, no era titulado), pero no se perdía un evento. En el encuentro transfronterizo de Sociología la inscripción era testimonial, muy barata. Y aunque la inscripción se hacía el primer día, en Badajoz, intentó hacerla con escudos portugueses. Pero lógicamente en la mesa de inscripciones había un colega portugués...que se dio cuenta de que aquellos escudos no tenían valor hacía años. 

Pero entre la falta de tiempo de unas (hay que reconocer que en la Universidad tenemos más tiempo para dedicar a estas cosas, especialmente quienes no tienen obligaciones familiares o las tienen cubiertas), la pereza de otros y las trampas y zancadillas de algunos, lo dejamos ir. Por un lado la promesa de un Colegio de Sociólogos y Politólogos, que fue una mera ficción durante lustros (y que aún hoy, cuando por fin ya es una realidad, no termina de arrancar, quizás ya sea tarde), compromisos de autodisolución que no eran tales sino cambios de nombre... Y en fin, de nuevo Cáceres vs Badajoz, como siempre. Y yo ya no tenía más ganas, me basta con luchar unos años en todas las batallas en las que me meto. Que arreen otros detrás.  

Bueno, en cualquier caso fueron dos años intensos, durante los cuales evidenciamos que se podía.   



Valga como recuerdo el fantástico cartel anunciador del Congreso que generosamente nos hizo Jose Sanchez Paulete.



Addenda

Hace años rescaté de una cinta de VHS la sesión de inauguración del Congreso. En algún lugar supongo que guardo la cinta y no sé si extraje el mpge completo o únicamente mi intervención por probar. El caso es que, decía Manuela Caballero el otro día, podría hacer exactamente la misma intervención, palabra por palabra, hoy, casi treinta años después. Qué poco hemos avanzado.




 





2025/06/02

De cómo ha funcionado la Sociología en España (y en realidad aún funciona)

Esas casualidades...

Resulta que en 1995 me rechazaron en la REIS un artículo (la revista no tenía ningún reconocimiento internacional, ni siquiera en español, pero yo acababa de entrar en la universidad y me decían que tenía que "publicar", como si no hubiese publicado ya un montón de libros y artículos de todo tipo),  ("Del urbanismo multidisciplinar a la urbanística transdisciplinaria: Una perspectiva sociológica"), que inmediatamente sí me publicaron en una revista especializada que tenía mucho más reconocimiento en la temática del artículo (Ciudad y Territorio/Estudios Territoriales). Es un texto que me ha dado muchas satisfacciones. La base del artículo estaba en varias conferencias previas impartidas en cursos de urbanismo, y luego ha inspirado el diseño de otros cursos, así como incluso el rediseño de varios planes de estudio de grados y postgrados en Urbanismo en Latinoamérica, en los que se me invitó a participar. 

Y sí, la cosa sigue igual, porque veinte años después volvían a rechazarnos (esta vez en coautoría) un artículo, que decidimos traducir y casi inmediatamente nos publicaban en una revista internacional con mucho más reconocimiento (e impacto):  Glocalising the theory of generations: The case of Spain

En ambas ocasiones, por tanto, fue una suerte que me rechazaran el artículo en la REIS, pues se publicó luego en una revista de más interés. Pero sobre todo, y esto es lo que quiero recalcar, en ambas ocasiones llegó la negativa en menos de una semana. Osea, que ni pasó a ser evaluada. Al jefe o jefecillo de turno no le gustó, o no le gustó el autor, y punto. Con su pan (que sí, es el nuestro, el de todos, pero qué le vamos a hacer). Para más INRI (que decíamos antes), al poco del rechazo de mi segundo artículo tenían el cuajo de enviarme uno (una auténtica mierda de artículo, pero que probablemente se publicó) a evaluar. No sé... ¿para que viese que los hay peores? Supongo que los mandé a hacer puñetas. 

Pues bien, el asunto va de que, por casualidad (lo conocía, pero no había caído en el tema), descubro hace poco que el mismo año 1995 en el que a mí me rechazaron un artículo que luego ha generado 23 (son ya 39 en 2025) citas según Google Scholar (68 tengo contabilizadas yo, sólo de lo que está en Internet), le publicaban uno, que según Google Scholar ha tenido 3 citas, a un becario al que uno de los "jefes" de la REIS le dirigía la tesis. Un artículo del montón, tan del montón que el tipo ha tardado casi un cuarto de siglo en terminar la tesis (no citaré al autor por piedad, porque su evolución académica es patética).


Artículo publicado el 2/6/2025, pero estaba redactado tal cual en borrador el 24/3/2019. Se me olvidó completarlo, y no recuerdo en qué dirección iba en la última parte, así que lo publico tal cual estaba. Sólo he actualizado las citas de mis artículos:
Del urbanismo...: 39 según Google Scholar; 68 contabilizadas por mí
Glocalising...: 28 ya, según Google Scholar

2025/04/28

El nacionalismo deshumaniza cuanto toca

Artur Mas, el hijo adoptivo político de la familia más corrupta de la Historia de la región, el jefe de una banda (porque Convergencia, más que un partido, era La Banda del 3%) que tuvo que autodisolverse y huir hacia la independencia para intentar construir una Justicia a su medida y servicio, atribuye al Alzhéimer de Pasqual Maragall la denuncia que hizo en el Parlemento catalán. 



Y la gente se ofende, sin duda con razón, por esa utilización, por parte de Mas (condenado por corrupción)  de la enfermedad, esa terrible enfermedad, para intentar (como si las injustas modificaciones legales y la injusta la amnistía no hubieran sido bastante) borrar los latrocinios que marcaron toda una época, su época. Su gobierno.

Pero esa es en realidad una práctica consustancial al nacionalismo. Incluso del que se reclama "de izquierda".



La conversión de los otros en monstruos, como la patriarca de esa familia (de gentes tan feas y contrahechas, por lo demás) consideraba a los inmigrantes del resto de España; como lo hacía el otro monstruo criado intelectualmente al abrigo del nazismo (el del RH, cuyo nombre ni siquiera utilizaré que quede poco a poco borrado en la cloaca de la Historia). 





Digo que esa actitud, considerar monstruosos, enfermos, hez de la Humanidad, a quienes no forman parte de tu tribu (geográfica, cultural o política) es un producto directo e inmediato del nacionalismo tal y como se fue conformando a caballo de los siglo XIX y XX. Su expresión más refinada vendría a materializarse en la Alemania nazi, o Japón, pero de forma más burda también es expresión el estalinismo, que más que una forma de socialismo es otra forma de nacionalismo. Como en realidad lo fue el maoísmo, que como los otros dos, generó millones de muertes. Paradójicamente los nacionalistas que se oponían a Mao eran quienes intentaban desnacionalizar China, insertarla, de una forma glocal, en las corrientes mundiales de la Modernidad. No eran en realidad nacionalistas en el sentido que conocemos, sólo querían que China fuese respetada en sus singularidades pero plenamente partícipe de las ideas de progreso, democracia, libertad y redistribución, los pilares del Estado del Bienestar que se fue construyendo en Occidente mientras el régimen triunfante de Mao conducía el país a un pozo de ruralismo y hambruna. 

Todos ellos por igual, encerraron como locos o enfermos, a sus competidores, a sus desleales, a quienes no comulgaban con sus ruedas de molino. Bien a nivel individual o colectivo. Desnaturalizaron a los grupos humanos que se oponían a su imperio absoluto (judíos, ucranianos, polacos...). 

Por eso lo de Mas el condenado no es una boutade, no es una ocurrencia de mal gusto, una provocación. ES estrictamente Mas, ES estrictamente lo que ellos son. 








2025/04/16

Las piernas de Guillermina (Motta)



Especialmente el de COU (72-73), el segundo de los dos años que estuve alojado, en Zaragoza, en el Colegio Menor (sí, el del Frente de Juventudes, que no daba para más el campo) fue, en términos relativos, el más intenso culturalmente no ya de mi vida estudiantil, sino de toda mi vida. 

Las actividades colectivas que nos ofrecían los cachorros destinados a liderar el Régimen (los "educadores" que venían de la Escuela de Mandos José Antonio, de la que también procederían luego tantos alcaldes y concejales del PSOE e IU), entre los que los había incluso poetas (como JJ Eiroa, que de algo era director) incluían visitas a la Academia General Militar o confraternizaciones con las chicas de la Universidad Laboral (muchas parejas, algunas duraderas, salieron de aquello; a mí me permitió conocer por primera vez, de una de aquellas estudiantes, una bilbaína con la que estuve saliendo unas semanas, que hay padres que abusan de sus hijas). Aquellos bailes, unas veces en La Laboral, otras en el Colegio Menor...

Pero había otras a la carta, y en esas estaba más implicado, porque yo siempre he preferido que ni las vocaciones ni los ligues me los planifiquen. Una de ellas era realmente trabajosa, pero me encantaba. Era responsable de la biblioteca (una buena biblioteca, en donde tuve a mi alcance por primera vez El Capital, encuadernado en piel, a Kropotkim, a Miguel Hernández, Neruda...y donde devoraba la revista Índice, que era como sería luego El Viejo Topo pero en blanco y negro y en modo nacionalsindicalista), lo que me permitía quedarme (para ordenarla al terminar el horario) leyendo, o haciendo mis trabajos a máquina, hasta la hora que quería, cuando todo el mundo estaba ya acostado. También estaba en teatro, donde más de uno se apuntó porque había oído que Catalá nos hacía abrazarnos a chicos y chicas de vez en cuando para romper no sé qué. Yo quería hacer teatro del absurdo porque no exigía organizar, planificar, una estructura, unos personajes... hasta escribí un monólogo a lo Esperando a Godot que creo que llegué a representar en el bar/discoteca del pueblo, algún fin de semana. Y también hacía pinitos de cantautor, que era lo que realmente quería ser en la vida, pues ya era poeta.

Además, como era corresponsal en mi pueblo de El Noticiero, un periódico de Zaragoza desaparecido en los años 80', y en 6º los psicopedagogos, que ya daban la matraca, habían dictaminado que lo mío tenía que ser el Periodismo (creo que también citaban la entonces nueva titulación de Sociología, mira tú qué cosas, si no nos hubiesen obligado a los de Zaragoza a hacer periodismo en Barcelona en vez de en Madrid, quién sabe...), pues estaba en el equipo de "informadores" que los fines de semana hacíamos un programa de "radio" por los altavoces (aún conservo algún guión), con música, datos de interés y cotilleos del colegio. Y también teníamos una revista, llamada Alcorce, una pena que no conservo ningún número. Entre otras cosas hacía entrevistas a cantautores que actuaban en la ciudad. Por supuesto, pues no tenía ninguna acreditación ni dinero para las entradas, a veces lo conseguía colándome literalmente por la zona de camerinos del teatro. 

Recuerdo al menos tres de esas entrevistas, porque me marcaron de un modo u otro. Creo que también le hice a Joaquín Carbonell, pero se mezclan los recuerdos, porque creo que aquel año también estaba en la comisión de festejos de mi pueblo, y colé un recital de cantautores aragoneses, que por supuesto no gustó, así que igual confundo el momento de las entrevistas con Carbonell y Labordeta para el concierto, con las de la revista. 

La del cantor argentino José Larralde fue sorprendente, pues el hombre se emocionó y se pasó la tarde paseando conmigo por Zaragoza, porque compartía el apellido de mi abuela paterna. Pero fueron mucho más impactantes las de Cecilia y Guillermina Motta (mejor aquí que en la Wikipedia). 

Entre participar en tantas actividades culturetas, que no me gustase el fútbol (cuando se empeñaban en que jugase lo hacía con las botas militares de segunda mano que entonces se llevaban, y dejaba las espinillas ajenas destrozadas) y que para colmo andaba siempre pidiendo a los "potentados" un cigarro porque yo me gastaba la propina en libros, todo junto hacía que algunos compañeros (especialmente los más aplicados y orientados al éxito) me odiasen, ya saben, esos que suelen hablar de "el rarito ese que va de hippie" y terminan de catedráticos y maltratando a alguien. Pero en general yo creo que el personal valoraba positivamente mi hiperactividad, como ese médico, el famoso "doctor Millán", con el que me he cruzado por azar medio siglo más tarde, que aún guarda un recuerdo de admiración ("¡Es que tú escuchabas a Donovan cuando todos estábamos con Manolo Escobar!"), y eso que él sí que ha llegado a ser cantante (nunca lo habría imaginado), además de médico. Mientras que yo no pasé de un puesto intermedio en el Concurso de Música Folk del Colegio Menor del 75, cuando me convencí de que decididamente no iba a ser Bob Dylan, y ya había bastantes cantautores malos en el mundo.

Al grano, que tanta fractalidad dicen que no es buena. Pues que tanto la entrevista a Cecilia como la de Guillermina seguro que fueron intelectualmente estimulantes, aunque también es seguro que luego las entrevistas publicadas (mi redacción) serían una cutredad, o una cursilada. Pero ambas me impactaron por razones muy distintas: sus piernas.




De Cecilia ya iba enamorado, de sus canciones, su aspecto melancólico y sus vestidos floreados californianos. Además se daba un aire a una chica de mi pueblo que me había rechazado. Sí, qué se le va a hacer, además para preferir a un figurín con poca, pero poca sustancia (bah, mujeres) al que claro, terminó poniendo los cuernos con su mejor amigo, así las gastaban ya las boomers, qué se creen ustedes, y eso que la niña metía unos rollos meapilas cuando yo ya estaba ateando con Nietzsche... De la que me libré.

Sí, Cecilia. Cantaba unos días en la discoteca Parsifal, allá por el Paseo de Ruiseñores, que era (seguro que lo sigue siendo si sobreviven los chalets) una de las zonas pijas de Zaragoza. Por allí, además de para entrevistar a Cecilia, estuve en un guateque soso de narices con una chica que conocí en las fiestas de Fréscano; en un recital de poesía en el Colegio de la familia Labordeta, familia que por supuesto no era de campesinos de los de "a varear la oliva" sino de los de "no van los amos"; y también estuve operado y hospitalizado una semana en la Clínica San Juan de Dios, después de darme una hostia buena, un derrape sobre grava, con una moto y sin carnet. Un buen barrio, si viviera en Zaragoza y tuviese dinero, me gustaría para vivir. Acabo de pillarme un airbnb allí para una comunión, así que podré comprobar si sigue tan chic. 

Decía (¿se acuerdan?) que iba enamorado de Cecilia. Pero para la entrevista, encantadora y amable con un crío de 16 años, se sentó en un puf (llegaban entonces los pufs a las discotecas y bares de copas), se arremangó la maxifalda...y me quedé impactado por sus piernas sin depilar. No sé si de semanas o de meses. Yo no tenía ni un pelo en las piernas todavía..., y aún creía que todas las mujeres jóvenes eran seres angelicales.  A ver, que sus canciones me siguen gustando todavía hoy, la cantamos a menudo en el coche... ¡me encanta Cecilia! Pero ya Cecilia, como tal, dejó de ser un sex symbol para mí, jope con estas hippies. Si iba así Cecilia, ¡cómo iría Melanie Safka, su modelo! Yo sólo era un tierno adolescente, "más de pueblo que la remolacha" (se dice en mi pueblo de los que son aún más de pueblo que nosotros), que aún no había conseguido bajar los pantalones ni levantar la maxifalda de una chica, y no era consciente de que con el trajín de conciertos que llevaba Cecilia, en pleno éxito, ni de depilarse debía quedarle tiempo a la pobre. Y además era progre, y yo apenas empezaba a captar qué era eso de ser progre (de hecho creo que entonces todavía se decía "moderno").

Sin embargo, y ahí vamos, no me olvido, el caso de Guillermina Motta era muy distinto. Aunque ya tenía éxito entonces, salía mucho en televisión, incluso más currículum detrás que Cecilia, no era una de mis favoritas, pero lo sería a partir de ese día. Me colé en el Teatro Principal, en donde actuaba, por la entrada de actores (no sé cómo lo conseguí, me recuerdo argumentando con un portero uniformado) y pude ver su actuación. 

Yo en amores soy muy ligera, 1974

Llevaba un espectáculo de cabaret con letras de Vázquez Montalbán y lo pude ver en primerísima fila. Y bueno... me quedó impactado no sólo como cantaba, la gracia que tenía, el salero, el desparpajo, la voz... sino jope, también el cuerpo que tenía, las piernas inacabables y un rostro a la vez dulce e inteligente (que ríanse, pero esa conjunción es algo muy difícil de conseguir al producir humanos, yo he besado algunos y saben distinto). 

El caso es que accedió a una entrevista, y cuando fui al camerino allá estaba toda espatarrada, con las piernas al aire, las que me habían impactado de tal manera en el escenario, los pies sobre el tocador del camerino, como esas arruinahombres del cine negro. Me quedé como mareado, e inmediatamente aturdido con la familiaridad con la que me trataba. ¿Habría visto mientras actuaba cómo se me caía la baba en la primera fila?. Por cierto compruebo, al escuchar una entrevista de cumpleaños que le hacen, que sigue teniendo a los 80 años la misma tannnnn ligeramente nasal, preciosa, fresca y cantarina voz que encandilaba. Seguro que a los 80 sigue tan seductora como a los 29.



De la entrevista, como no la tengo, no recuerdo nada, aunque seguro que fue mala. Pero de sus piernas, ay, sus piernas... Al descubrir hoy esta foto en una vieja entrevista (esa sí que fue una buena entrevista, no como la mía, nada menos que la entrevistaba Ana María Moix ¡y con fotos de Colita!), no sólo me ha transportado a aquel momento adolescente, sino que me ha hecho pararme a pensar si no me habré pasado la vida buscando las piernas de Guillermina. Era 1973, tenía todo el tiempo por delante.

Espoiler: las encontré. Exactamente esas.


L'amor que vindrá (Le prochain amour), 1974






Artículos relacionados

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...