Efectivamente, así se pasaron luego casi mil años en los monasterios: hablando en latín sin saber de qué hablaban, mientras las gentes fuera resolvían los problemas de todos (y manteniendo a los monasterios) hablando en sus propias lenguas.
Claro... Es que era el mero hecho de "saber latín" el que garantizaba ocupar posiciones de poder. Se la pasaron durante casi 500 años transmitiéndose estupideces y barbaridades, eso sí en latín, hasta que en el siglo XII empezaron a llegar, procedentes de Bagdad, las enseñanzas aristotélicas. La lengua es ciertamente un arma de poder y de opresión, como saben bien los nacionalistas (que, por ejemplo, prefieren que en sus universidades se hable mal inglés antes que buen castellano).Y en lenguas romance se iniciaron las rebeliones contra aquel status quo.
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Efectivamente, así se pasaron luego casi mil años en los monasterios: hablando en latín sin saber de qué hablaban, mientras las gentes fuera resolvían los problemas de todos (y manteniendo a los monasterios) hablando en sus propias lenguas.
ResponderEliminarClaro... Es que era el mero hecho de "saber latín" el que garantizaba ocupar posiciones de poder. Se la pasaron durante casi 500 años transmitiéndose estupideces y barbaridades, eso sí en latín, hasta que en el siglo XII empezaron a llegar, procedentes de Bagdad, las enseñanzas aristotélicas. La lengua es ciertamente un arma de poder y de opresión, como saben bien los nacionalistas (que, por ejemplo, prefieren que en sus universidades se hable mal inglés antes que buen castellano).Y en lenguas romance se iniciaron las rebeliones contra aquel status quo.
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