( El Periódico Extremadura - 06/04/2014 )
La nota completa
¿Por qué te vas?
Artemio Baigorri
En 2009, en el estudio que realizamos sobre
emigración y retorno en Extremadura, pusimos de manifiesto, además de que la
emigración se había puesto de nuevo en marcha, un nuevo fenómeno que ensucesivos trabajos hemos profundizado y al que llamamos "movilidadglobal". Hace referencia al hecho de que más allá de las dinámicas
migratorias de masas, la
Sociedad Telemática y la globalización imponen una intensa
movilidad laboral en los sectores más cualificados. Los asesores de la ministra
Báñez nos "robaron" el concepto y lo transformaron en el de
"movilidad exterior" para intentar camuflar la masiva emigración
juvenil desde España.
Hay que tener muy claro de qué hablamos en cada
caso. Desde antes de que llegase la crisis a Extremadura hay jóvenes extremeñas
y extremeños trabajando en países extranjeros en puestos de trabajo técnicos y
artísticos. Porque obviamente Extremadura no puede hoy por hoy generar empleo
para bailarinas de ballet, ingenieros aeronáuticos o ingenieros navales.
También desde mucho antes de que empezase la crisis algunos jóvenes extremeños
preferían salir a trabajar en el exterior en trabajos ofertados en Extremadura
pero que en el exterior les permitía construir una mejor carrera profesional.
Pero es evidente que hay otros muchos cientos de jóvenes que están saliendo
ahora sin haberse planteado nunca antes la posibilidad de trabajar en el
exterior, ese espacio extraño y que da miedo. Si optan por salir es obviamente
porque aquí no encuentran lo que les gustaría encontrar cerca de casa. Esa distinción
es esencial y no podemos mezclar unos y otros.
Tampoco puede dramatizarse excesivamente un
fenómeno que tiene dimensiones globales y afecta no solo a subsaharianos y
extremeños sino también a los jóvenes catalanes, y fuera de España afecta
a los jóvenes franceses huyen a Bruselas y Canadá, o los ingleses e irlandeses
que intentan entrar en los USA. Tampoco podemos jugar con la imagen de la
maleta de cartón de la emigración extremeña que constituyó la gran sangría
demográfica y de capital humano de esta región. En algo hay una coincidencia:
como en todos los fenómenos migratorios, ciertamente son los más emprendedores
quiénes se lanzan si no encuentran algo en casa
Pero la salida de nuestros jóvenes no es la salida
desesperada de familias completas en trenes de madera y con el ato, a la
aventura con cuatro perras gordas en el bolsillo. Hoy nuestros jóvenes viajan a
destinos muy bien planificados a través de Internet; los padres los llevan
hasta el aeropuerto de Badajoz, Sevilla, Lisboa o Madrid con una Visa en el
bolsillo, un smartphone en la mochila y buenas reservas de jamón bien
plastificadas en la maleta.
La obligación de quienes nos quedamos es no
olvidar que esos que se van van a construir un capital humano que hay que
intentar que retorne en su momento. De la gran migración de los 60 sólo volvían
los que fracasaban o los que se jubilan. Tenemos que intentar que el día que
esto vuelva a ponerse en marcha haya sitio para los que ahora salen, porque
tendrán mucho que aportar.
También es cierto que quienes somos migrantes, y tenemos
hijos migrantes, sentimos todo eso con cierto relativismo.
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