2012/10/27

De cómo hemos llegado a esto

Me ahorro el discurso. Todos sabemos a qué me refiero. El caso es que andaba esta tarde limpiando un disco duro, borrando ficheros duplicados, y me aparece esta fotografía, que tomé hace un par de años en mi facultad. La hice porque aluciné al ver la obra, y quise dejar constancia: como pueden observar, una acera en perfecto estado, plenamente funcional, incluso recientemente reparada, es levantada simplemente para sustituirla por otra. A ver si me acuerdo de subir un día una fotografía de la nueva, válida para un patio de unifamiliar, pero chillona e impropia para un edificio público. Nada funcional, además, porque es una burda imitación de piedra hecha con cemento coloreado que no evacua bien el agua, y forma incomodísimos charcos cuando llueve.


Apenas un año más tarde la Universidad iniciaba una cadena de despidos de profesores, nos rebajaba el sueldo y ahora nos incrementa la carga docente a los supervivientes. Y encima nos mojamos en los charcos cuando llueve. Sí... Qué es eso, una minucia, ¿verdad?. Además, como decía mi abuela en otro sentido, "hacer y deshacer, todo es quehacer". Obsolescencia por decreto, llamaría yo a ésto.

Por cierto, que estamos en Extremadura, sí, pero no señalen... Que quien se montó esa juerga de obras innecesarias no fue un sociata de esos, sino un simple vicerrector de derechas, muy de derechas. Pero el despilfarro con pólvora del Rey (que en realidad es nuestra), como la corrupción y demás miserias, no tienen color.


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