Los caminos de la innovación son inexcrutables (bueno, son fácilmente comprensibles, pero queda muy sonoro lo de inexcrutables). Descubro en una sola noticia dos innovaciones: la primera, que las gramolas han vuelto, ahora digitales y con video incluido, y se me hace extraño al leerlo que no haya surgido antes eso (igual resulta que llevan años no sólo en los puticlús sino también en los bares de copas, y es que estoy out, y estoy haciendo la risa, pero es que ahora me entero). Y la segunda, mucho más interesante, porque denota un cambio de estrategia del tandem SGAE/AGEDI (sí, estas últimas siglas suenan menos, pero es lo mismo): en vez de perseguir a modestos empresarios hosteleros, o a subsaharianos hambrientos por las aceras, buscan un target que pueda caer bien ante la opinión pública (¿quién saldría en defensa de los puticlús, que están en la base de la trata de blancas, que explotan a inmigrantes, que no pagan impuestos por lo que facturan, que... que...?). No son tontos...
Y es que aunque en cierto sentido les va bien, las cosas cada vez les salen peor en otros frentes.
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