Placenta social

Quienes no aceptan mi modelo de la placenta social (desarrollado en mi libro sobre el botellón, puede verse sintetizada aquí) como intepretación de las dinámicas de no emancipación de los jóvenes (es más fácil limitarse a acusar a la especulación inmobiliaria y el trabajo precario) suelen alucinar cuando les digo que, desde 1999, la Unión Europea considera como agricultores jóvenes susceptibles de ser ayudados para que se creen un puesto de trabajo, a quienes tienen entre 18... ¡y 40 años!. El problema es que de esa regulación hace ya la friolera (una eternidad en la Sociedad Telemática) de 19 años: la próxima regulación, ¿ampliará el concepto de agricultor joven hasta los 41, los 42, lo2 43... los 45?

Osea, que cuando los gobiernos pregonan las subvenciones que han repartido, dicen cosas como que "2.900 jóvenes han recibido ayudas para incorporarse a la agricultura"... ¿Jóvenes? ¡Pero si más del 40% eran mayores de 31 años, y de éstos la mayoría tenían entre 37 y 40 años!. No, si al final el auténtico leit motiv de mayo del 68, aquel grafitti que decía: "Procura vivir de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos", no lo van a hacer realidad los jóvenes urbanitas, sino los rurales globalizados.... Opá!

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