Que ni Esperanza Aguirre, vamos...! Menudo día! Por la mañana la tertulia (radio), que hoy se ha dedicado a los móviles y tarros electrónicos en general, los videojuegos para adultos... y cómo no Eurovisión. Ni me había enterado de que ya fue, y que ganó un ruso hortera (vuelve el hombre, o sea el humano); por mi parte he iniciado oficialmente mi campaña para enviar el próximo año a Blanquita, la cabra de la Legión. Por la tarde, medios escritos; una periodista que hace un reportaje sobre una extraña generación y me pide unas líneas para ilustrarlo sociológicamente. Y al atardecer me acerco a Mérida para hablar en el informativo regional de la evolución del botellón. Con un retorno contra la puesta de sol de los de antología, con un sol envolviéndolo todo en la parte baja, salpicada de unos cúmulos preciosos, oscurecidos por unos stratocúmulos que dejaban caer el agua como sin prestarle atención, aquí y allá, rompiendo el fondo amarillo-naranja...Uf, qué gozada!
Y claro, mi alumna china se me queja por mail de que ha pasado por el despacho a las 11 y yo no estaba... (no ha coincidido en el par de horas por la mañana y el par de por la tarde que he estado en el despacho, una pena).
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