
¿Es una simplificación? Sin duda alguna. Especialmente quienes no creen en el alma de los pueblos se llevarán las manos a la cabeza Pero quienes conocen el paño saben de qué se habla. Además, sin simplificaciones no podríamos describir el mundo.
Vean si no el último ejemplo. Un listillo le ha robado al Estado español los nombres web de los nuevos ministerios (no al gobierno de Zapatero, no lo olvidemos, sino a nuestro Estado). El muy quinquillero (no miren en la RAE, sino aquí) dice estar haciendo una campaña política, pidiendo "agua para todos" (osea, la restauración del Plan Hidrológico de Aznar que llevaba el agua del Ebro a las urbanizaciones y los campos de golf de Murcia, y de su colonia Almería), no porque la necesiten para beber sino porque la quieren. Osea como si yo pidiera un pedazo del Escorial, que me vendría muy bien, tan fresquito, en los viajes de verano a Madrid.
En realidad, como pueden comprobar en cualquiera de los dominios secuestrados, lo que ha hecho ha sido montarse un chiringuito en el que obtener dinero con publicidad nada menos que de casinos. Luego le ha vendido la moto al típico periodista precarizado de la agencia EFE que cobra por noticia colocada, y hala, a contabilizar clicks. Como enseguida se le ve el plumero, no me he molestado en visitar los otros cazaclicks... (por eso ni siquiera le voy a hacer el favor de poner un link).
Y encima el fenicio intenta disimular haciendo supuestamente publicidad de Obama (por cierto que he podido comprobar que ya prestan al español la atención que no le prestaban inicialmente, aunque siga siendo insuficiente).
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