...ataca de nuevo. ¿O será él mismo un fantasma, una sombra de su hermano constructor de contras y paramilitares?. Lo cierto es que este buen hombre no sé qué les da, que todos lo llevan de aquí para allá, a kilo la conferencia, para oirle decir majaderías. En realidad toda su participación en la Sociedad Telemática consiste en haber participado en un videojuego (es decir, el producto más soez de la Sociedad de la Información) que en realidad no inventó él ni mucho menos, aunque ha conseguido que se lo atribuyan; en haber hecho negocio con las buenas ideas de quienes imeginaron, desarrollaron e hicieron la revista Wired; en haber engañado a miles de inversores que creían poner dinero para construir un ordenador barato para los pobres, y sólo invertían en la promoción del propio Negroponte y de otros listillos; y en haber escrito un libro infumable, supongo que con la ayuda de unos cuantos negros, en el que imitando los peores tics (no los mejores) de James Martin, John Naisbitt, Pat Aburdene, por supuesto Toffler y tantos otros no tan conocidos, se hacía pasar por profeta sin decir nada (y digo nada) nuevo, pero consiguiendo epatar a unos cientos de miles de tecnopapanatas.
Yo no entiendo por qué si hay tantos grupos, redes e incluso organizaciones formales dedicadas a luchas contra las seudociencias, las falacias populares, las creencias atávicas, no las hay para denunciar a los fantasmas que tienen nombre y apellidos. Se dirá que no son tan malos, que sólo forman parte del espectáculo, pero yo no lo veo así: creo que hacen perder mucha energía al mundo. Y ahora pretende sacarnos la del cuerpo para alimentar a las máquinas, Matrix por fin. Menuda panda, los Negroponte...
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