Por supuesto que el asunto del cliente número 9 tiene trascendencia mundial, porque se trata de un cargo público del imperio. Es lo que pasa con esos que prediseñan hasta tal punto su carrera, y se aplican a ella: que luego no saben manejarse en los asuntos mundanos y terminan metiendo la pata, al contrario que Jesús Gil, a quien todo se la sudaba y por ello era jaleado por salir en las fotos, como alcalde, rodeado de fulanas reconocidas. El cantante preferido de todos ellos decía que se olvidó de vivir... Pues eso.
Es tremendamente simbólico porque se trata de alguien que hizo de la lucha contra la prostitución uno de sus frentes de batalla, y aún lo es más porque gracias a la caída del ángel, veremos a un negro ciego (¡quién da más?!) al frente de una provincia interior del Imperio. Si ello no asusta a la opinión pública, tal vez Obama recupere un poco de oxígeno en dos sentidos: tanto por la aceptación del color de su piel, como sobre todo por el hecho de que Spitzer es clintoniano.
Vale...
Pero lo que yo no entiendo muy bien es que los medios de comunicación españoles lleven días con este tema a portada llena y telediario (en realidad no hay nada de lo que no pudiera acusarse a miles de políticos de cualquier país, incluido el nuestro: de gastarse el dinero en putas), y sin embargo esté pasando casi desapercibido el hecho de que un concejal miembro de un partido que clama contra la degradación de la moral derivada de las leyes sobre familia aprobadas por el gobierno, miembro de la Iglesia que anatematiza a 12 millones de españoles por votar por un gobierno que tolera e incluso potencia (las cosas como son) esa particular orientación sexual, miembro de una familia hetero y padre de tres hijos, se funda casi 7 millones de pesetas (45.000 euros) de los fondos públicos en puticlubs gays. Y no se trata de un simple concejal, sino del que era presentado hace años como el "hombre fuerte" (por favor, sin risitas) de una de las principales ciudades españolas, y que bajo el gobierno de Aznar (el esposo de la señora que pronosticaba la ruina de España por mezclar peras y manzanas) había sido director provincial del Insalud.
¿A qué podrá deberse ese desigual tratamiento, a pesar de que los actos considerados son desiguales justamente en un sentido inverso?
Si estás diciendo que el desigual tratamiento se debe al poder del lobby gay, estoy de acuerdo. Y si no estás diciendo eso, lo digo yo.
ResponderEliminarEn España cualquier cosa que haga un gay desaparece misteriosamente de los medios en cuestión de horas. Pero cualquier cosa que alguien le haga a un gay se convierte en primera plana. Y el problema es que ni siquiera quienes tenéis lucidez para verlo lo denunciais.
Buenoooo.... Yo pensaba más bien en la capacidad del PP para echar tierra rápidamente sobre sus escándalos financieros. Las mayores operaciones de corrupción, las mayores apropiaciones de fondos públicos, se han dado históricamente en las filas de la derecha, y sin embargo consiguen mantener vivo el imaginario popular (doblemente popular) de que son los de izquierdas quienes se corrompen... porque ellos ya llegan a la política bien provistos. Lo cual es rigurosamente falso: son escasísimos los políticos populares que llegan a la política con la vida resuelta. Sin ir más lejos: ¡de qué iba a soñar el matrimonio Aznar-Botella en criar a sus niños como los han criado, si no hubiera sido por su paso por la política! Y así todos. Quienes están en política por diletantismo no suelen llegar muy alto, porque les falta el impulso de la ambición personal... Osea: que el PP acumula muchos más escándalos de corrupción local, regional, nacional... pero consiguen que se hable de ellos mucho menos.
ResponderEliminarPero, respecto de lo que planteas, es posible que tengas algo de razón. No sólo los gays, sino en general todos los colectivos que han sufrido algún tipo de discriminación suelen beneficiarse de ese tipo de trato marcado por el exceso de corrección política.