Estuve ayer en Campo Mayor, a sólo 25 kms al otro lado de la raya. Me invitaron a la II Conferencia "internacional" (en realidad simplemente transfronteriza, pero bueno, esas cosas se hacen mucho por aquí) sobre el Alentejo y el agua, bajo el lema "Por un Guadiana sostenible". La verdad es que me avisaron con muy poco tiempo, y en plena época de exámenes y otros líos, y no tenía tiempo de preparar nada a fondo, aunque se esperaba una intervención breve. Así que se me ocurrió hacer una especie de álbum de recuerdos hidráulicos (ojo, son casi 3 Mb de powerpoint), de forma que de alguna manera pudiera expresar, a través de mi propia experiencia, cómo desde aquellos lejanos tiempos (mucho después de Costa, eso sí) en que me inicié en el análisis de las políticas hidráulicas han ido cambiando las perspectivas. No sé si ayudó algo a la reflexión colectiva de que se trataba. Pero creo que sí, porque en realidad la idea dominante previa (si es que lo entendí bien, pues todavía se me pierden muchas frases, sobre todo según sea el acento de quien hable, del portugués) era la de que Alqueva (uno de los mayores embalses de Europa, y que tras una historia complicada está no sólo construido, sino incluso lleno) va a ser la salvación del Alentejo. Por el contrario, y a pesar de haber sido uno de los pocos españoles fervientemente defensores de la construcción del embalse en los años '90, yo entendiendo que no deja de ser un anacronismo, un proyecto que corresponde a una era acabada, y que por eso hay que ser muy precavidos, y no poner en marcha proyectos que quizás hoy no tienen mucho futuro, como agricultura industrial de regadío, o proyectos de "ocio para ricos" sin futuro, porque los ricos europeos buscan lugares mucho más exóticos (de hecho, casi todos los sueños despertados en España con el turismo de embalse han fracasado sistemáticamente a lo largo de los últimos cuarenta años). Por ello propuse introducir, entre los criterios de lo que habría de ser esa "Carta del Guadiana Sostenible" que se planteaban, el del realismo hidráulico.
Por lo demás, el Guadiana (e incluso Alentejo) no empieza ni termina en Alqueva. Sin ir más más lejos, el embalse de Caya, junto a la propia ciudad de Campo Mayor y también muy cerca de la frontera, tiene desde hace tiempo una función lúdica que sin embargo no se ha explotado a fondo, para un área envolvente de unos 200.000 habitantes, articulada en torno a Badajoz.
.
En cualquier caso, visiten Alqueva... (en ese embalse sobre cuya presa posa tan serio mi hijo, otra esperanza en marcha)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios están moderados para esquivar a los bots de spam, pero estaré encantado de incluir cualquier comentario que quieras hacer. Anímate a aportar tus reflexiones.