2007/06/20

Educación para la ciudadanía, ¿otra oportunidad perdida?

Esta materia, de la que ya se están apropiando los moralistas (no importa si agnósticos o religiosos), es una oportunidad única para introducir en la Educación Secundaria un instrumento para el análisis racional de las estructuras sociales, el conocimiento de los fundamentos de la convivencia social, pero también de la desviación, el control... En suma, para introducir los conocimientos sociológicos esenciales para la comprensión de la sociedad y el Estado, facilitando además los procesos de integración cultural de los inmigrantes. De hecho, este tipo de materias, que se imparten en muchos países hace muchas décadas, proceden en gran medida de las propuestas más o menos divergentes, y orientadas a objetivos distintos, que hicieran Comte, Spencer o Durkheim, coincidentes en la voluntad de que los nuevos ciudadanos comprendan cómo funciona su sociedad y cómo deben integrarse en ella.
Se trata de una materia que incluye conocimientos de historia de la ideas, ética, política, derecho, economía y por supuesto sociología. ¿Algún tipo de licenciados distintos de los sociólogos incorporan todos esos conocimientos en su currículum? Desde luego, no los filósofos, que con Marina, el vendedor de prédicas y sermones, a la cabeza, se están apropiando desde ya del tema. La Educación para la ciudadanía es un asunto muy serio, un producto de la Ciencia Social, y no un asunto de moralistas culturetas. Por eso hay que ponerlo en manos de quienes están capacitados para comprender y transmitir esos conocimientos: sociólogos y politólogos.
Si la materia queda en manos de moralistas, se estarán dando argumentos a quienes la acusan de ser una nueva FEN.
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No se trata de trasmitir recetillas de urbanidad, sermones de suplemento dominical, sino de que los jóvenes entiendan por qué es necesaria la urbanidad.

3 comentarios:

  1. La verdad es que nunca se ha orientado a los sociólogos hacia la enseñanza no universitaria. En mi facultad ningún profesor nos habló jamás de esa posibilidad. Seguramente ya hayamos perdido el carro, como usted plantea

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  2. Bueno, es una forma de hablar... Parte de la dialéctica. Pero los carros nunca se pierden, amigo mío...

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  3. Qué razón tenía usted. Sus amigos de izquierda han convertido la EpC en un catecismo moral, pero de su moral sectaria, en lugar de hacer de ella un instrumento de la Razón. Republicana, si se quiere, pero Razón, no doctrina. Con lo que han dado legitimidad para que ahora el PP imponga la suya propia. Si aplicamos el turno de partidos también en la educación cívica, estamos apañados.

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