En España se sueña mucho con Iberia, más que en Portugal, no tanto por re-integrar a los primos lusos, como por pensar que una Federación Ibérica terminaría con nuestros propios conflictos identitarios. Seguramente es una ilusión, porque los iberos seguirán dándole al mamporro hasta que definitivamente su sangre se mezcle a fondo con la de moros y cristianos (justamente lo que temía Sabino Arana), y los viejos fenicios enriquecidos siempre se seguirán creyendo superiores por el hecho de su riqueza. Además, en Portugal gran parte de la población vive esa posibilidad más como un temor (a la invasión, a la absorción bruta) que como una esperanza. Pero ahí está esa virtualidad; la Historia anda por vericuetos extraños, así que nunca se sabe. De hecho hay quien se ha inventado ya una bandera y todo, de un exquisito mal gusto, por lo demás...
Ojalá no hubiera banderas... Pero si hay que sufrirlas (porque hay quién necesita arroparse en ellas para sentirse protegido por las masas), al menos habría que esperar que, ya que tienden a durar, tengan un mínimo sentido de la estética.
Lo que habrá que ver es cómo les sienta la iniciativa de los INE's a los irredentistas que siguen consiguiendo colar a la Administración portuguesa goles como éste (colgado al ladito mismo de la frontera española, para más picazón en quien se sienta picado):

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