...estaría sumamente preocupado por la decadencia de los símbolos cristianos. Primero fueron los cromos neofalangistas que va reproduciendo de iglesia en iglesia, allí donde le dejan, el jefe de los Kikos.
Y ahora las mamarrachadas de Miquel Barceló nada menos que en la Catedral de Palma, destrozando una capilla gótica. Señor... Este hombre es capaz de vender un ferrari a pedales a Fernando Alonso...
En el fondo es una buena señal. Si los católicos ya no tienen respeto por sus templos, es que la Iglesia se está viniendo abajo. Imperceptiblemente, por supuesto, pero es un síntoma incuestionable. Sin ir más lejos, por primera vez tenemos un Cristo rechonchito, ya que como todo buen vendedor, Barceló es un gran ególatra compulsivo y ha puesto una seudoescultura (no le salen mejor, qué se la va a hacer) de sí mismo.
tio, que resentido eres
ResponderEliminardebes ser judio o algo así.
Judío no, pero sí "algo así". Osea, para entendernos: que en un tipo de régimen político en el que tú, a lo que se ve cristiano viejo "o algo así", sin duda te habrías sentido cómodo, yo habría sido tan perseguido como los judíos. No vas, pues, desencaminado. En cuanto al resentimiento, desde que los reaccionarios descubristéis a Nietzsche, os es un concepto muy querido. El concepto de resentimiento es, como dice el poeta Iván Silén, un arma ideal para pervertir las causas de la rebelión: el rebelde actúa así porque está ofendido. Una maliciosa, y ya nada ingeniosa falacia, que quienes hacéis del mundo un lugar insostenible no sabéis manejar con la elegancia del divino demente Friedrich Wilhelm Nietzsche, a quien todo se puede perdonar (a vosotros, nada).
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