2024/11/13

Cuando pase por Phoenix...

By the Time I get to Phoenix es una de las canciones de despedida más tristes que se han escrito, a pesar de que no expresa una pérdida, sino una huida. Me gusta mucho la versión de Glen Campbell (aunque como cantante me parece un relamido), pero la versión auténtica, entre desgarrada e irónica, es esta de Jimmy Webb, su autor.  



"Para cuando llegue a Phoenix, estará despertando.
Encontrará la nota que dejé colgada en su puerta.
Se reirá cuando lea la parte en la que dice que me voy,
porque ya la he dejado unas cuantas veces antes.

Para cuando llegue a Albuquerque, estará trabajando.
Probablemente se detendrá a la hora del almuerzo y me llame,
pero sólo escuchará el teléfono sonando
en la pared. Eso es todo.

Para cuando llegue a Oklahoma estará durmiendo.
Se girará suavemente, y dirá mi nombre en voz baja.
Y llorará al pensar que realmente haya podido dejarla, 
aunque una y otra vez he intentado decírselo.
Simplemente no sabía que realmente me iría."


Yo pasé por Phoenix. Había hecho ya ese recorrido emocional mucho tiempo atrás (¿quién no ha hecho alguna vez ese recorrido?), pero un día pasé además por la ciudad, camino de Las Vegas. Aunque la ciudad no resultaba muy atractiva vista desde la autopista, y tiré hasta Flagstaff para hacer noche.



Y bueno, como si has hecho ese viaje emocional, la canción de Webb te habrá dejado un poco p'allá, lo mejor es romper el hechizo con Carol Burnett, aquel monstruo televisivo









 

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