Escribí ayer un tuit/hilo de urgencia, sobre un tema que me lleva dando vueltas desde hace días, o semanas. Creo que puede aportar alguna luz desarrollarlo un poco más. Cada vez más gente se plantea algunas de esas cuestiones de fondo sobre las que se está pasando de puntillas, en aras de "la unidad" y la "disciplina social", sí, señor, a sus órdenes, señor. Hay al menos tres cuestiones a plantearnos: si lo hemos hecho bien, si lo estamos haciendo bien, y si lo haremos bien cuando pase la crisis sanitaria.
¿Lo hemos hecho bien?
Es evidente que hay motivos para la preocupación. Más allá de la irresponsabilidad, con los datos que ellos sí tenían pues la OMS advirtió hace un año de la elevada probabilidad de un episodio como este (y hablaban de gripe, por tanto algo mucho peor), pero sobre todo advirtió a finales de febrero de que esto iba muy en serio, de la irresponsabilidad de permitir no sólo la manifestación del 8M, sino también el mítin de Vox, los movimientos de las hinchadas del fútbol entre España e Italia, y tantas otras concentraciones masivas, hay o van surgiendo (porque ya nada puede ocultarse en la Sociedad Telemática, es que veinte años que venimos diciéndolo y hay quién aún no lo aprende) otras noticias altamente preocupantes sobre cómo se ha gestionado este asunto. Datos y elementos de análisis que deben ayudarnos a establecer un diagnóstico eficaz para el futuro, por supuesto sin merma del necesario sentido de acción unitaria que una situación como ésta exige.¿Lo estamos haciendo bien?
Seguramente era necesario asustar a la gente, ante la evidencia de que siendo conscientes de que sólo se trata de un resfriado que únicamente para personas con otras dolencias de fondo, o en general faltas de defensas, no íbamos a tomárnoslo en serio en España (como en Italia antes). Ahora bien, es mucho más discutible que la forma sea la correcta. Podríamos haber conseguido (o conseguir, porque el lenguaje se mantiene) esa actuación unitaria sin necesidad de una terminología militarista con claras referencias a topicos autoritarios , cuando no directamente soviéticos, como la "disciplina social", que lógicamente es el reverso de la indisciplina social. Términos que sólo cabe, pensando racionalmente, que han podido ser introducidos en los discursos del Presidente Sánchez por el Vicepresidente Iglesias o sus asesores.Pero hay otro aspecto mucho más serio, que es el que motiva esta reflexión, porque afecta precisamente a los aspectos sanitarios, en este caso epidemiológicos.
El otro día me exaltaba yo en la tertulia todológica de (@PrimeraHoraEXT a partir del minuto 34') porque, aunque sé poco de epidemiología y Sociología de la Salud (disciplinas hermanas), no llego a entender que no se haya aplicado el único criterio que en Sociología reconocemos válido para tener un corte real de la Opinión pública en un momento dado en un país dado: la muestra representativa.
Por supuesto que no pueden universalizar la prueba. Sería una locura por el coste, teniendo en cuenta la gratuidad en España, y nos haría aún más dependientes de los laboratorios médicos de lo que ya somos. Aunque no es fácil entender para la ciudadanía que sin embargo para la casta política esté prácticamente universalizada, pues al mínimo síntoma se les hace.
Pero para analizar la evolución real desde el principio debiera haberse (y aún debería hacerse) delimitado (que no aislado) un espacio (barrio, ciudad) y fijado una muestra a la que en modo panel se analiza cada 15 días para saber de verdad cuántos se contagian, cuántos desarrollan síntomas, cuántos están graves, cuántos mueren y cuántos y cuándo se curan.. Ello unido a un panel nacional (muestra nacional) que no tendría que pasar de las 5 ó 6.000 pruebas para ser muy significativa, para poder hacer análisis transversales y ecológicos más complejos (sobre entornos sociales, niveles socioculturales, aspectos identitarios, género, edad, etc.).
Y me extraña no sólo que no se haya haciendo, ni se esté haciendo, sino también que nadie lo pida, aunque . Durante una semana la gente ha estado fascinada en las redes, incluso gentes con muy buena cabeza, con un ejercicio matemático que en realidad no aporta nada a la previsión de una epidemia o pandemia como la actual, porque faltan elementos básicos: los aspectos sociales, muchos de los cuales son de hecho impredecibles.
Aquí hemos visto aparecer algunos modelos algo más sofisticados, a partir de una variable social importante (la movilidad geográfica en el trabajo), pero muy básica.
Y me extraña porque, aunque no sé de epidemiología más que lo que una cierta cultura general científica y mi curiosidad innata me dictan, lo que he visto sobre esta disciplina me hace considerarla una Ciencia Social por sus bases epistemológicas y metodológicas, aunque sus objetivos estén vinculados directamente a la Medicina y la Sanidad. De hecho, algunos de los mejores programas abiertos o gratuitos de encuestación (que cubren por tanto no sólo la parte del análisis estadístico) que estaban disponibles hasta hace muy poco para los científicos sociales, como EPIinfo, EPIDAT, OPenEPI, fueron desarrollados en el ámbito de la Epidemología. El Servicio Gallego de Salud sigue manteniendo un actualizado repositorio de estas herramientas.
Basta que hojeemos el por otra parte magnífico manual de Metodología de la Escuela Nacional de Sanidad para encontrarnos con la panoplia de herramientas que ha desarrollado la Sociología, especialmente a partir de la Escuela de la Ecología Humana de Chicago (aunque curiosamente entre los autores y autoras no encontremos a nadie de Sociología, lo que seguramente explica que, a pesar de su potencial utilidad epidemiológica, no incluyan técnicas cualitativas). La Encuesta de Prevalencia, en el diseño de una de las cuales he colaborado hace bastantes años, es una herramienta sociológica que habitualmente utilizamos en los estudios sobre consumo de alcohol y drogas.
¿Por qué es esto tan importante? Pues porque, más allá de las batallas interesadas entre colegios epidemiólogos ocultos, alguna incluso interesada y promovida por razones políticas. Más allá de las teorías (algunas mejor sostenidas empíricamente) sobre el origen del virus; lo que no cierra en asboluto la capacidad de construir hipótesis sobre el origen de su dispersión, es decir de la epidemia, por lo que los ministros debieran ser, al menos, más discretos. Más allá de las elubraciones metafísicas, casi místicas, que podamos hacer sobre el tema para consumo del "cerebro ideológico". Más allá de todos esos debates en realidad superestructurales, si esas pruebas/encuestas no se han hecho (y todo apunta a que no se ha hecho, o ya lo sabríamos, pues aquí ya todo se cuenta), ninguno lo ha hecho bien. Porque ese sondeo continuo, unido al modelo Taiwán (osea democrático, frente al totalitario chino) quizás (repito, quizás) nos habría ahorrado este sindios.
La mejor prueba de cómo de a ciegas se está haciendo esto es que un buen día nos desayunemos con unas proyecciones del prestigioso (eso que no falte) Imperial College ( https://cutt.ly/UtTVraQ ), que a pesar de admitir que "no podemos determinar qué conjunto de intervenciones han sido más exitosas", a pesar de reconocer que utilizan un "un enfoque semi-mecanicista" del que además no tienen "plena confianza" en muchos de los datos metidos en la caja negra, nos dicen que en España llevamos ya 7.000.000 de contagiados (y yo me lo creo, yo eso lo considero racional), y a la hora del vermú otro prestigioso (que no falte) equipo, éste español (o catalán, como siempre remarcan) dice ( https://cutt.ly/ytTVqBU ) que se han contagiado 90.000. A ver, bayesianos... ¿La horquilla es entre 90.000 y 7.000.000?. Así el más tonto hace relojes.
Por eso denemos seguir insistiendo sociólogos, psicólogos sociales, antropólogos, en que no se están prestando atención a las diferencias culturales, que lógicamente cuesta más operativizar en un modelo (y por eso no se incluyen nunca).
En Alemania lo han entendido algo mejor, aunque sea un poco tarde. Porque no habrá otra forma de conocer cómo funciona esta enfermedad que, según todos los datos, ha venido para quedarse, como la gripe y tantas otras estacionales.
Addenda: Y aquí empiezan a oirse también algunas voces, aunque sólo sea en forma de traducción de voces de otros países.
¿Lo haremos bien?
Lógicamente hay tres aspectos a tener en cuenta en relación a la postcrisis.Por un lado está la evidencia de que vamos a enfrentarnos a una crisis económica de proporciones desconocidas (tan desconocidas como las de todas las crisis económicas, por lo demás).
Por el otro está la necesidad de obtener, antes de que se nos olvide (porque afortunadamente las malas situaciones las olvidamos pronto, individual y socialmente, salvo los resentidos por naturaleza, que los hay) enseñanzas para gestionar de forma más racional y efectiva próximas crisis sanitarias. En primer lugar porque vendrán, seguro que vendrán, y en segundo lugar porque cada una que llega, incluso cuando son de la misma familia, es distinta a la anterior en cuanto a las características del virus.
Y en tercer lugar está la oportunidad que el Estado Sanitario de Confinamiento nos ha dado para aprender sobre cómo mejorar la sociedad en dos direcciones. Por un lado, hemos aprendido, y tenemos que sacar conclusiones de ello, que si introducimos en nuestro desquiciado modo de vida, producción y consumo criterios de racionalidad ambiental podemos vivir mejor, con menos, con algo menos.Y en segundo lugar hemos descubierto que no era tan difícil introducir las posibilidades que la Sociedad Telemática nos brinda en esos hábitos de vida, relación, producción y consumo. Porque hacerlo así hemos visto que repercute directamente en el primer aspecto, el medioambiental.
Pues bien, empiezo a dudar que lo hagamos bien.
¿Haremos un mundo mejor?
En TT he mantenido algún debate en torno a la naturaleza
Estamos viendo cómo se multiplican las admoniciones más o menos contracivilizatorias, exataa y milmétricamente igual a cómo los predicadores advertían a los creyentes de que sus pecados eran los causantes de las epidemias de peste en la Edad Media. Exactamente igual.
No sabemos (NO lo sabemos) si el cambio climático tiene alguna relación con la pandemia del COVID19, pero estamos todo el día recibiendo sugerencias de que "o arreglamos lo del cambio climático o tendremos nuevas pandemias", cuando la evidencia histórica nos dice que tendremos nuevas pandemias hagamos lo que hagamos con el cambio climático. No sé si más si no abordamos seriamente el problema. En realidad nadie lo sabe. Pero tendremos de todas las formas, porque son simplemente fruto del impulso vital y las leyes de la evolución. Es decir, los gravísimos problemas ambientales a que debemos enfrentarnos son un asunto, y las pandemias víricas son otro: tenemos que conocer bien cómo se original, dónde, y sobre todo tenemos que sacar conclusiones para planificar mejor las siguientes. En algunos casos se lleva al estremo de la desfachatez: vemos a gurús, comunicadores, activistas globales, todos ellos parte de la jet society (un término que sigue estando plenamente vigente, ahora como marcador de status más que de clase) gritándonos "¡Arrepentíos!" entre vuelo y vuelo.
El Estado Sanitario de Confinamiento ha provocado muchas situaciones nuevas. La forma en que se han resuelto puede que se incorporen al curso general de la vida social, o puede que se olviden una vez en libertad. También depende en parte de la acción pública que ocurra de una u otra forma.
UNa de ellas ha sido el teletrrabajo.
La Sociedad Telemática tiene muchas más expresiones que no terminaban de desarrollarse.
Por ejemplo, surgía una conversación sobre algunos de esos cambios de hábitos que los medios de comunicación (que son, lógicamente, quienes primero aportan evidencias empíricas de lo que ocurre en la Sociedad) se han observado, y como uno de los interlocutores era un ex-alumno mío experto en turismo, que dudaba de que ninguno de esos cambios observados se consolidase porque los hábitos de consumo tienen plazos de cambio más largos, le planteaba una cuestión relacionada con su especialidad: que a veces sí se producen en muy pocos años, casi en meses, por lo que habría de estar atentos. Por ejemplo, sugería, pudiera ser que a corto/medio plazo haya que formar agentes turísticos para diseñar, vender, guiar en formas de turismo virtual que, como el teletrabajo, necesitaban un punto crítico de impulso que le habría dado El Confinamiento. Hemos aprendido que esos movimientos masivos de turistas son una locura para el planeta, y acabamos de comprobar que también para la salud. La Sociedad Telemática permite que quizás muchos de esos viajes en avión puedan sustituirse por viajes virtuales, lo que no significa estar encerrado en tu habitación. Pueden hacerse en salas colectivas en las que sea posible la interacción entre las personas, al par que se disfruta de recorridos telemáticos, de visitas que pueden hacerse sin la molestia de las masas circundantes, acercándose en primer plano a donde las vallas, o la masa de visitantes, no te permite acercarte. Es un ejemplo. Está entrevisto en muchos textos sobre la Gran Promesa de la Sociedad Telemática, pero se había ido olvidando que es factible, y que puede tener efectos positivos, si se acompaña de otros cambios sectoriales. Se me ocurre un hotel, con todas esos detalles prescindibles pero deseados por muchas personas que hacen que los llamen Resort, pero en las ciudades de origen, o fuera de ellas pero cerca, en medio de paisajes hermosos, a los que se va a practicar una mezcla de viajes turísticos virtuales en medio de una diversión (hostelería, fiestas, desmadre, etc.) equivalente al actual. Si tenemos además en cuenta que una de las consecuencias que algunos (yo no lo termino de ver, la verdad) otean de esta crisis será una cierta desglobalización y un recruidecimiento del nacionalismo, pues tendría aún más sentido. Viajen por su país, y salvo que sean de la jet (o ahorren muchos años para hacer uno), viajen por el mundo en el Virtual Resort de su ciudad, o de la provincia con playa más cercana.
NOTAS EN MARCHA
Por ejemplo, en Bélgica
Sin embargo, permitirá salir a practicar deporte al aire libre (siempre que lo hagas solo o acompañado por quienes viven en tu misma casa). Es la gran diferencia con España,
Si se hubiera prestado más atención a los aspectos sociales (y no es que no hayamos intervenido, aunque sea en foros minoritarios, sociólogos reclamando esta perspectiva social en el abordaje del problema. Algunos más críticamente que otros, que señalan los aspectos que pueden interesar a la Sociología. Algunas viviendo en primera persona los peores efectos.
Habría que haberse centrado en lo que era evidente a los pocos días de empezar en China: la elevada mortalidad entre los ancianos y los enfermos con problemas respiratorios o inmunodeprimidos. Como no se llama a la Sociología al concierto de la toma de decisiones sobre estos temas, quizás no se prestó atención, primero en Italia y luego en España, a una evidencia: son dos de los países más envejecidos del planeta, sí, claro, pero algo más que no forma parte de la formación médica epidemiológica: son dos países en los que las relaciones entre abuelos y nietos (grandes transmisores) es muy estrecha por razones culturales. De forma que algunas tragedias sí podrían haberse evitado
Vamos a aprender mucho. Seguramente, como no hay mal que por bien no venga, de aquí saldrán muchas cosas buenas, en cuanto a actitudes y políticas. Hemos podido experimentar, a la fuerza ahorcan, metodologías docentes telemáticas poco probadas en la Universidad pública.
Vamos a ver muchos efectos directos e indirectos , buenos y malos
Puede generar cambios sectoriales, inducir un salto cualitativo en la Sociedad Telemática,
Modelos autoritarios, legitimar a China que sigue siendo la misma
Cuando se habla del enfoque de China, se silencia sistemáticamente el componente fundamental: su régimen totalitario, el completo desprecio a los derechos individuales.
Porque además, Quizás China sólo busque su tradicional protección (imperio interior). Pero la lógica económica capitalista en que se basa su sistema totalitario es imparable. Lo hayan provocado o no, lo aprovecharán. Y paradójicamente puede suponer la quiebra del régimen: +riqueza > democracia
Que no estaba claro qué pasaba se evidencia aquí. QUe las dudas las teníamos todos, empezando por los creadores de opinión, cómo no van a tenerlas los responsables políticos, también está claro.
Clasismo de los héroes. Muy feo en el caso del presidente del gobierno, de un gobierno presidido por el PSOE. Algunos profesiones se autoproclaman héroes, o más bien construyen su heroicidad . Lo cual a su vez contribuye a medicalización y yatrogénia Illich... Entronización héroes: todos los que están en cuarentena no es que estén enfermos, simplemente están contagiados, muchos de ellos (probablemente la mayoría, por edad y condiciones físicas) asintomáticos.
Ha habido muchos voluntarios haciendo cosas
Me ha chocado que hoy recomendase la FES este artículo de Carabaña diciendo lo que decías tú aquí, y vienes repitiendo en Twitter desde hace un mes.
ResponderEliminarhttps://twitter.com/FES_Sociologia/status/1247803142126751747
Estos textos extensos deberías publicarlos como artículos en la prensa, para dar más difusión a esas interesantes propuestas.
Un saludo
Me repiten eso, pero hace casi un cuarto de siglo que abandoné los artículos de opinión, salvo cuando me lo piden. Tienes que trabajarlos más desde un punto de vista formal, ajustarte a una extensión...Aquí lo escribo más relajadamente, a veces incluso a lo largo de días. Y bueno, quien quiere lo toma, ahí está para todo el que lo lee. La FES es normal que no siga todos los blogs de sociólogos (ahora hay muchos), y sí recomiende los artículos en prensa, al menos los de sociólogos de peso en el stablishment. Por lo demás, como ya he comentado en Twitter, ese artículo llega muy tarde. Primero porque ya han decidido en el ministerio hacer lo que pide el artículo. Y en segundo lugar porque lo que pide debería haberse hecho cuando lo empezamos a pedir otros, hace casi un mes. Pero bien está que se sumen a esa reivindicación del método sociológico.
ResponderEliminarGracias por su comentario.