Dícese de aquellas obras, pienso en películas ahora, cuya trama merodea entre el costumbrismo y el intimismo, generando una amalgama sentimentaloide que abusa de la capacidad emocional del espectador (y especialmente espectadora). Por ejemplo, el cine de Almodóvar. Ese tipo de obras aparecieron en los años 70, normalmente con una imagen un poco borrosa o amarillenta, y entonces tenían a menudo un contenido erótico ligth, como las del pedófilo David Hamilton (si es que el erotismo basado en niñas puede considerarse ligth). Pero fueron evolucionando.
En España surgió una veta muy rica, a menudo con temáticas vinculadas a la Guerra Civil, o a la burguesía noucentista catalana.
Pero sin duda ha sido Almodóvar quien ha hecho del género un modo de vida artística. Salpimentado de recuerdos de miseria rural pero muy coloreada, o periodos de juventud alocada entre drogas y experimentación sexual, que marcan profundamente al protagonista: una madre es fundamental.
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