Para no aburrirme, con el brazo derecho imposibilitado, me puse a construirme una página web, utilizando los no menos prehistóricos programas de dictado de voz que obligaban a revisar casi cada línea. Tenía de todo, hasta foro (aquellos ancestor de las redes sociales).
A los 18 años un humano es mayor de edad. Un ser digital a los 18 años lleva muuuucho tiempo jubilada; pero si he dirigido una tesis doctoral sobre mayores activos, no voy a quitarle a mi web la cualidad de poder ser útil todavía. Mientras siga ahí (o donde la vayan moviendo los del servicio de informática), a alguien le servirá.
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