¡Qué aburrimiento de fantasmas, hijos de fantasmas, nietos de fantasmas! Fantasmas en eterno retorno, engullidos y engullidores en el urobós, reseteando una y otra vez el rollo, la marcha, la fiesta, y luego el chollo, en realidad el poder, el poder, el poder....
Son tan cansinos.... Lo fueron sus padres, conspiradores de risa, revolucionarios de salón, prisioneros de risa, y lo son sus hijos, obsesionados en vengar la memoria de sus fracasados padres (al par que se labran, claro, un futuro).
Lo hemos visto tantas veces en este país, a un lado o el otro... ¿Cómo olvidar a aquél, el ausente, qué marimorena terminó montando sólo para remontar la vergüenza del fracaso político de su padre?. Cuánto eterno retorno, cuánto fantasma, puros fantasmas
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