El caso me ha hecho pensar una vez más en el complejo determinista que sufre la buena parte de la Sociología, como si la Sociología no fuese pura dialéctica entre estructura y acción, desde el principio mismo. En realidad, como si la Sociología fuese otra cosa que la aprehensión de esa dialéctica.
Así, me ha venido a la mente una gran paradoja a desarrollar, cuando haya tiempo y ganas: y es que la ética
protestante descansa en el determinismo estructural más determinista y más
inamoviblemente estructural (nada menos que un Dios, eterno e inmutable), y sin embargo es la sociología de
tradición cultural protestante (empezando por Weber, hijo de calvinistas) la
que atribuye al actor la fuerza de la Historia, frente a los determinismos
estructurales de Marx o Durkheim (judíos ambos), que curiosamente descansan
culturalmente en el principio del libre albedrío (por más que para los judíos
Dios "ya sabe" por anticipado qué va a hacer el individuo, en
absoluto prescribe el curso de su acción) con el que Calvino rompe. Es como si cada tradición sociológica se hubiese empeñado en romper con sus respectivas tradiciones culturales, todo el mundo desde todas las orillas matando a su respectivo padre...
Hemos hablado de protestantes y judíos. Porque lo más cercano a un clásico de la teoría sociológica que
podemos tener entre los de tradición cultural "papista" sería Ortega y Gasset, que yo
diría que es básicamente determinista estructural. Para él vida es pura
fatalidad, en el sentido de que ni hemos decidido la situación histórica,
sustrato cultural o país (o autonomía, uf) que nos toca vivir. Incluso nos
enfrentamos a continuos procesos imprevistos (sinergéticos, diríamos hoy), pero
aún así tenemos algún margen para el cálculo y la decisión, ciertas seguridades
respecto de lo porvenir, siempre sobre el supuesto de que no podemos escoger el
marco básico de nuestro mundo. Aunque, bien mirado, Ortega va más allá (y no es
la primera vez que reivindico su papel, como el de Costa o Ganivet,
corporativamente despreciados por las historias de la Sociología en España, y es muy curioso porque, más paradojas, la mayor parte de quienes hacen esas historias son quienes luego no defienden corporativamente la profesión en
donde debieran hacerlo). Pues, al par, lo que
algunos critican como toque aristocratizante de Ortega no es sino el
reconocimiento de la significación del actor en la propia construcción/modificación
de las estructuras determinantes. En suma, ahí tenemos de nuevo pensamiento en español del que podemos rastrear cómo silenciosamente se oculta tras teorías english.
Sí, seguro que Gidens no ha leido a Ortega. Pero se ha "criado" con Elias, quien aunque tampoco cita a Ortega, estoy absolutamente seguro de que sí lo había leido, pues antes de que saliese de Alemania, las primeras y fundamentales obras de Ortega se habían traducido al alemán (la que nos ocupa con varias ediciones). Hay en Elias (y lo he leido poco, y superficialmente) demasiadas coincidencias, por ejemplo sobre el papel que al deporte atribuye Ortega para la conformación del hombre masa.
“La vida es la libertad en la fatalidad y la fatalidad en la libertad”
"Nos encontramos como un poeta al que se da un pie forzado. Este forzado es la circunstancia"
No llego a Shultz, pero sí a Ortega. Y aunque no he llegado a compararlo con Giddens, me excuso diciendo que, para mí, lo mejor que escribió Giddens quedó en los primeros noventa con la reflexividad y su explicación del riesgo con Beck. Lo que le he intentado leer desde los 2000 (más o menos) en adelante, me ha sonado a la verborrea que solemos utilizar los profesores cuando se nos va la cabeza en clase, uniendo ideas que se hacen más y más abstractas, pero que ni son originales, ni sirven para demasiado más que para pensar en voz alta. En mi descargo, me desintoxiqué de esto hace ya unos años. No muchos, porque soy muy joven.
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