No hay más que ver lo que está ocurriendo ahora con la gripe porcina (¡señor! ¡qué animales gloriosos! ¡a ver si va a ser verdad lo del diseño inteligente, y alguien los hizo para que experimentemos a gusto). A diario me llegan noticias de alguien con su "ya lo dije yo".
Algunos, profetas profesionales del miedo y la catástrofe, como el periodista Mike Davis, que lleva veinte años anunciando el fin del mundo (los trostkistas son como los Testigos de Jehová de la izquierda, y por naturaleza lo esperan a la vuelta de la esquina) y que todos acabaremos devorándonos entre nosotros encerrados en urbes terroríficas (se ve que se quedó enganchado, entre Rescate en Nueva York y Blade Runner) dicen que ya habían anunciado la pandemia de una gripe aviar (por supuesto en un libro que usted puede comprar todavía).
Otros, desde dentro del propio sistema médico (lo que nos lleva a ver sus intervenciones, irremesiblemente observadores de lo latente, como una llamada de atención a la búsqueda de más fondos para su propio departamento) dicen que, por supuesto, ellos ya habían avisado (y por supuesto sin que nadie les hubiese hecho caso en las altas instancias) "esa" mutación. Yo lo he visto en mi pueblo; pero supongo que aquí y allá los habrá a patadas.
De verdad: daría risa, si no fuese patético...
Ah... Puestos a escuchar a Casandra, preferiría ésta
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