Hemos superado las barreras espacio-temporales. Pero eso tiene un precio. Alto. Y no me refiero a la rapidez con que se propagan las crisis financieras, no... Eso es pecata minuta, la espuma de los días del mundo. El precio es que los viajes ya no existen. Aún en mayor medida que nunca sólo existen desplazamientos turísticos.
Me explico... Gracias a Inet, podemos viajar virtualmente, vale... Ya queda poco que decir al respecto. Pero es que además, a causa de Inet, ya no podemos viajar en el sentido primigenio del viaje: irse. Uno no puede decir "Me voy", a despejarse, a olvidar, a descansar, a lo que sea... porque vayamos a donde vayamos, seguimos telemáticamente conectados. Se puede hacer turismo, desplazarse a ejecutar tareas programadas... Pero viajar, largarse... Ya no.
Osea que en un sentido podemos desplazarnos virtualmente, y en el otro nos quedamos virtualmente anclados cuando nos desplazamos. Un lío... Dónde iremos a parar... ¿A la nada?
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