Ya tenía ganas de hablar de algo distinto del botellón, pero ha sido agotador. La gente de Tragaluz, la productora extremeña, prepara un documental sobre el Plan Badajoz y me ha sometido a una maratoniana sesión de seis horas, de las cuales cuatro me las he pasado hablando. Al menos ha sido en casa, todo más relajadito, un ratito en el jardín, otro en el estudio. Imágenes para el recuerdo serán, supongo.
Hablar, hablar... Mientras hablamos, no pensamos..., así que he estado disfrutando de la entrevista-río. ¿Pero decía antes que un descanso del botellón? ¡Y una leche! Termino, el tiempo justo de comer mientras se llevan los cacharros (qué barbaridad de infraestructura) y llaman de la televisión aragonesa. La entrevista de Radio Zaragoza inspiró la del Heraldo, y la de éste a los de la Televisión... (¿habrá alguna clave teórica tras esa secuencia?). No, no tengo previsto volver a Zaragoza en tiempo, y claro, entrevista telefónica, repitiendo una vez más lo que está dicho, y redicho, y redicho.... He terminado con la garganta realmente magullada hoy... Magulladuras, sí. ¡Dios, qué día!
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