2008/04/03

Hacer trabajar, hacer comprar

Según las estadísticas que nunca he hecho, cada 33 días surge, en Angloland, un gurú que dice tener (y miles de otros creen que tiene) la clave para sacarles a los trabajadores todo el jugo sin que se den cuenta (osea, como decían en mi pueblo, jodidos y agradecidos). Y cada 66 días surge uno que hace lo propio con las ventas, osea una media de 6 profetas del marketing al año. Luego, unos y otros, tal como nacen desaparecen, una vez se han forrado con un par de libros y las consiguientes tourneés de conferencias, para dejar paso a los siguientes. Demasiada gente vive de ese cuento como para que la máquina creativa se detenga. Así que la nómina es ya incontable, como lo son las estrellas del cielo... cielo... cielo... Pues bien, justamente del cielo viene la última moda para enfrentarse, simultáneamente, tanto al manejo de la fuerza de trabajo (un poco de lenguaje marxista al año no hace daño) como a la planificación y venta del producto: Dios en persona, osea a través de uno de sus muchos intérpretes, viene en ayuda de los empresarios piadosos. Ya no hay merchandising, vending, franchising... ¡¡¡¡Llega el......


(Bueno: es aquello de "la familia que reza unida"... y tal. Pero no se pierdan al seminarista reconcertido a rey del pollo frito)

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