¿Se nota que hoy no me ha dado la gana de trabajar? (bueno, según se mire: cualquier informático funcionario habría calificado mi día como de agotador). Pues hala, ya puestos... Aquí está mi gata con su prole, que la tienen los muy vampiros agotadica...
Y en un momento ligeramente anterior, la langosta de mi jardín (aparece todos los años en primavera en la misma zona, así que aunque no tengo ni idea de cuánto tiempo viven las langostas, yo he decidido que es la misma) lanzándose a la procreación cual si acabase de llegar volando de Sao Paulo, de escuchar al ex soldado nazi hoy convertido en Papa. Como no quiere que la pongan a caldo las vecinas, oculta su rostro tras una hoja... Pero yo sé que es ella, y desde luego al pendejo de langosto amarillo ese yo no lo había visto nunca por el barrio. ¡Y cómo se aplicaba!
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