2022/06/10

Una semana completita

Y no, no lo digo por poner corregir exámenes y poner las notas, que eso es rutina (¿quieren creer que nunca me viene nadie a revisar exámenes? alucino cuando veo las colas inacabables en la puerta de algunos compañeros).

Es que ha sido completita, de viernes a viernes. Empezó con la participación en el foro de la Asociación Internacional de Sociología en Lengua Francesa (AISLF) que se celebraba en la Universidad de Évora, a una de cuyas mesas me invitaron. Preparar una exposición en francés ya no es problema (si recuerdas algo) con los traductores on line. Pero coger valor para leerla en francés me costó. Los de mi edad  éramos de francés, pero lo perdimos, sin terminar de ganar a cambio el inglés (salvo quienes han apostado por la vía académica comme il faut, o quienes eran de clase alta y habían estudiado fuera de España). Y bueno, no fue mal.



Un par de días más tarde, estamos tomando café en la cafetería de la facultad, y se acerca un chaval, preguntando si era yo. Bueno, más o menos la cosa fue así:

- Hola, ¿eres Artemio?

- Sí, claro, díme

- No, es que no sabía si sería usted...

- Bueno, qué quieres

- Pues si podría hacerme una foto con usted

- ¿Ehhh? ¿De cachondeo? ¿De qué asignatura eres?

- No, si yo estudio en Ingeniería, pero tengo un amigo que estudia Economía y me habla mucho de usted, y me gustaría...

Bueno, el caso es que el amigo disfrutará en clase, pero desde luego no ha aprobado en junio, ha trabajado bien poco.


Ese mismo día, derivado supongo de que había estado tuiteando en relación con el nuevo proyecto de comarcalización en Extremadura, me llama un periodista para recoger mi opinión. Me lo pienso, porque en estos temas siempre que opino públicamente me creo algún enemigo inopinado, pero no sé decir que no a los periodistas (aunque hay a quién me gustaría, pero no puedo). La verdad es que lo sacó un sacó un poco en modo a la contra, como opción marginal a la que obviamente él mismo apoyaba, y no fue así como me informó cuando me llamó. Por supuesto, esas líneas no recogen todos los argumentos e ideas que le plantée a lo largo de media hora. Tengo que grabar las entrevistas telefónicas, y transcribirlas luego. 


Bueno, ahí están los argumentos. Como en tantas otras cuestiones, alguien los retomará/apropiará dentro de un tiempo, el caso es que se apliquen algún día.

El caso que al día siguiente mi esposa viene de un curso de formación de esos que ahora nos obligan a hacer en la Universidad (hay que hacer cursos, aunque no te interesen o no los aproveches, para poder optar a determinados complementos autonómicos al sueldo) porque tienen montado un chiringo enorme en todas las universidades con ese asunto, y me comenta que ha estado hablando con otra profesora que había sido alumna mía hace 25 años, en Empresariales, y le ha dicho que las dos únicas asignaturas que disfrutó y guarda buen recuerdo de la carrera eran Sociología y otra.
- Ah, sí, ¿y quién te la daba?
- Uno que tenía un nombre muy raro
- ¿Artemio?
- Sí, ese...
Bueno, pues que alguien, nada menos que profesora de un área de conocimiento distinta (de algún área económica) diga eso, pues sí, eso realmente te hace sentirte bien.

Y la semana terminó ayer recibiendo la notificación de que me habían aprobado el sexenio de investigación solicitado. Por primera vez, sin tener que recurrir. 

La primera vez, a principios de siglo, incauto de mí, en vez de buscar un abogado recurrí presentando un memorándum de 100 páginas comparando mis méritos con los de todos y cada uno de los que componían la comisión. Su promedio de méritos era muy inferior al mío. Pero con eso me quedé, porque es el mecanismo más corrupto, opaco y prevaricador de todos los mecanismos corruptos, opacos y prevaricadores de la Universidad española. Te responden que no, y punto. Y no puedes saber nunca a quién sí, y por qué méritos, se lo han concedido. Y nadie lo cambia por más que todo el mundo se queje de boquilla. Naturalmente, si formas parte de alguna de las redes de poder.

La segunda, tres años después, me pilló muy liado con una investigación, y además mi maestro Gaviria me desanimó de recurrir cuando lo comenté. Ya se había jubilado anticipadamente, y me vino a decir que contento tendría que estar de haber logrado hacerme Profesor Titular, siendo un outsider. Que lo dejase que no haría más que mala sangre (él hizo mucha en la Universidad de Navarra).

La tercera, hace ocho años, se empeñaron en  mi entorno en que la recurriese, pero con abogado. Habían aparecido algunas empresas que viven de eso, de preparar las solicitudes y hacer los recursos. Y me hizo el recurso el mismo abogado que seguramente había respondido a mi recurso anterior, pues había estado trabajando precisamente para el ministerio rechazando recursos. Son como los inspectores de Hacienda que luego se hacen asesores fiscales. Y esa vez gané el recurso (nunca presentes un recurso en plan autodidacta).

Así que la cuarta vez esperaba tener que recurrir de nuevo, la verdad. Pero se ve que una vez tienes uno, ya les cuesta más negarlo; porque no es que lo aportado esta vez fuese mejor o de más nivel académico que lo aportado en mis dos primeros intentos, en absoluto.

Bueno, la verdad es que entretanto me concedieron un sexenio de transferencia, pero fue una convocatoria bastante experimental. De hecho, estaba tan convencido de que tampoco me lo concederían que podía haber solicitado cuatro pero sólo solicité uno, por probar, por no perder anualidades. Si vuelve a salir la convocatoria ahora sí pediré los demás, aunque dudo que salga de nuevo.

Pues eso. Una buena semana. No suelo anotar esas cosas, pero vaya
 


 





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