Sueños racionalistas... Vuelve el IRYDA

Me había olvidado de este texto, que tenía como borrador desde 2019. Aprovecho para cerrarlo ahora que está de nuevo en el candelero el debate de las comarcas (junio 2022). De sueños de racionalistas salen a veces monstruos de la Razón.

Me pide opinión una colega sobre un artículo que publicaba el otro día un diario local, y que estoy seguro leyó con más interés porque el autor se firma "sociólogo", aunque por detrás de Licenciado en Derecho, por lo que deduzco que la condición de sociólogo es secundaria a pesar de haber desarrollado buena parte de su actividad profesional como "sociólogo del IRYDA". Y yo, procastinador como nadie, en lugar de decirle: "Bah, no vale la pena", o "Nada nuevo bajo el sol", como vienen a hacer alguno de los comentaristas on line del artículo, pues me meto a explicarle por qué no me dice nada el artículo, o casi peor, porque lo que me dice me resulta tan poco estimulante.

También tiene la culpa uno de los comentarios al artículo, que me mete de por medio, y por eso partiré de ese comentario, más que de la consulta de mi colega. Y como es una mera procastinación, y estamos en un blog, me permito hacerlo sin orden ni concierto.

En lo que me concierne, más allá de lo que hemos planteado colectivamente en otros trabajos más amplios como El modelo Extremeño (1979) o el Estudio Territorial de Extremadura I (1991), lo que dije sobre la obsesión racionalista de la comarcalización hace casi un cuarto de siglo aquí lo sigo pensando: creo en las mancomunidades libres, no en las comarcas por decreto. Sobre "el problema" de Extremadura y las "soluciones", efectivamente, más de lo mismo.Entre los intentos analíticos de compartimentación desde el racionalismo formal (geográfico), a los trabajos de los geógrafos citados en el comentario anterior yo añadiría otros, especialmente los más recientes, con la utilización de las tecnologías más avanzadas, como Nieto Masot, aunque abusa un poco de la telemetría y se confunde al referirse al análisis crítico de las comarcalizaciones que hice en mi conferencia de 1995 sobre el tema, precisamente en la Facultad de Geografía de Cáceres; pues dice que no proponía ninguna cuando no es así: proponía no hacer ninguna, que no es lo mismo. En mi intervención, tras desarrollar mis propias experiencias con los análisis comarcales, las diversas experiencias de organización política comarcal entonces iniciadas en España, así como los distintos intentos analíticos de comarcalización en Extremadura, concluía:

"El principal problema de la comarcalización deriva de que se trata en el fondo de uno de esos conceptos de los que es fácil hablar, y que lo mismo vale para un roto que para un descosido (...).
En cualquier caso, puestos a definirse en un sentido u otro, personalmente me inclinaría,
eso sí sin demasiada convicción antes de realizar un estudio monográfico, por la división de la región en cuatro provincias: las capitales de las dos nuevas provincias serían Plasencia y Villa-Benito. Y digo que lo planteo sin demasiada convicción porque sí que le tengo en la necesidad de que la principal ciudad de la región llegue a alcanzar a corto/medio plazo los 300.000 habitantes, y cualquier reordenación en el sentido planteado dificultaría ese crecimiento. "

Es obvio que no se oyó mi propuesta. La región se lanzó al desenfreno comarcal como casi todas las demás, generando nuevas estructuras administrativas, nuevos cargos políticos, por doquier. Y encasillando "para siempre" a unos municipios con otros. Mientras, los problemas de la tercera y la cuarta provincia, como tales, siguen ahí.

Como se dice en el comentario citado que me ha espoleado, efectivamente hemos trabajado ampliamente el tema tratado en el artículo, como lo han hecho los geógrafos citados y otros expertos ("de la época del IRYDA") como Manuel Martin Lobo. En Extremadura Saqueada (1977) no planteamos problemáticas territoriales intraregionales, sino únicamente de la dialéctica centro-periferia a nivel nacional. Pero en El modelo extremeño (1980) sí planteamos explícitamente la necesidad de abordar a Vegas Altas, Siberia y Serena como una provincia. En otros trabajos posteriores como Paro y mercado de trabajo en Extremadura (1991) y sobre todo en el Estudio Territorial Extremadura I (1991), realizado con la colaboración de muchos de los geógrafos extremeños de la época he planteado explícitamente la importancia del concepto de "corredor" frente al de comarca o el vinculado de "polo". Todo ello (y otras experiencias analíticas fuera de Extremadura) cuajaron en la idea territorial de la región plasmada en la citada conferencia de 1995.

Sobre la estructura urbana (que yo he preferido denominar siempre red urbana) de la región, y sus consecuencias y/o potencialidades, me he extendido bastante primero en el trabajo que hice para el Atlas Visual de Extremadura y Alentejo (1997) que dirigió Manuel Rodriguez Cancho


Pero además analizado la interacción de esa red urbana con el exterior, tanto a nivel transfronterizo como nacional e ibérico.

Y por eso es extraño que, tras tanto como hemos dicho y hecho otros antes, ahora:
- Descubre los Polos de Desarrollo de nuestro amigo Martin Lobo
- Mete la jerarquía cuando hablamos de redes hace décadas

Es curioso porque coincide bastanate con lo que hacía el INC/IRYDA...más o menos hasta el momento en el que el autor y otros "sociólogos" se incorporaron (mediados de los 70) que como aún no había licenciatura venían de aquí y de allá, sobre todo del derecho. Época, decía, en la que precisamente el IRYDA abandona todo el componente regeneracionista y planificador, para limitarse a meter tuberías (a ser posible de aspersión) y financiar obras a los particulares (ni siquiera hacer colonización). 

Por supuesto que no atribuyo a los "sociólogos del IRYDA" la causalidad del cambio de orientación del Instituto, pues la causa última venía de las políticas tecnocráticas de la década de los 60. Pero algo contribuirían, digo yo...