¿Pero alguien se ha parado a pensar el pastón que a la Unión Europea, al Estado español, a las 17 autonomías, a tropecientos grandes y medianos (a veces incluso pequeños) Ayuntamientos, les han costado la pandilla de listos y listillos que en los años de la abundancia prestada nos han mareado con tonterías y pajas mentales inventadas entre amiguetes en noche de colocón, con términos cuando no naïf, ridículos, pero siempre colgadas de cuatro palabras totémicas bien manejadas para pasto de directores generales que disparan con pólvora del rey: innovación, emprendedor, e-economía, imaginación?
▼
2012/07/23
¿Dónde paran los fantasmas?
La reflexión surge, casi siempre, de la molicie trabajada. Osea: cuando pierdes el tiempo haciendo cosas que aparentemente no sirven para nada (o no generan ningún beneficio cuantificable en términos mercantilistas). Y perdiendo el tiempo buscando un nombre que me suena, me salen otros, que me llevan a otros y otros... Y no sé cómo doy en esta noticia. Nada de particular. Una más de las que nos han mareado en los últimos años, y que dicho sea de paso han costado una pasta gansa que ahora estamos intentando pagar con nuestras extras y recortes varios. Una vulgar vieja noticia que me hace preguntarme:
¿Pero alguien se ha parado a pensar el pastón que a la Unión Europea, al Estado español, a las 17 autonomías, a tropecientos grandes y medianos (a veces incluso pequeños) Ayuntamientos, les han costado la pandilla de listos y listillos que en los años de la abundancia prestada nos han mareado con tonterías y pajas mentales inventadas entre amiguetes en noche de colocón, con términos cuando no naïf, ridículos, pero siempre colgadas de cuatro palabras totémicas bien manejadas para pasto de directores generales que disparan con pólvora del rey: innovación, emprendedor, e-economía, imaginación?
¿Pero alguien se ha parado a pensar el pastón que a la Unión Europea, al Estado español, a las 17 autonomías, a tropecientos grandes y medianos (a veces incluso pequeños) Ayuntamientos, les han costado la pandilla de listos y listillos que en los años de la abundancia prestada nos han mareado con tonterías y pajas mentales inventadas entre amiguetes en noche de colocón, con términos cuando no naïf, ridículos, pero siempre colgadas de cuatro palabras totémicas bien manejadas para pasto de directores generales que disparan con pólvora del rey: innovación, emprendedor, e-economía, imaginación?
¿Y por qué no nombras a quienes los han paseado por los escenarios del emprendedurismo por su nombre, osea, tontolabas?
ResponderEliminarYo los llamaría más bien cómplices de los timadores. Osea, que se les debería pedir cuentas de la pólvora del rey que han quemado. Y a los estafadores de ideas que se pasean por los escenarios con el inalámbrico, imitando como patos a los comunicadores norteamricanos, se les debería aplicar la garantía: oiga usted, esas tonterías que dijo que estimularían qué, muéstremente qué narices han estimulado aparte de su cuenta corriente. Sí, no estaría mal establecer una regulación de garantías para los predicadores.
ResponderEliminar