Hace ya unos cuantos años que empezamos a percibir que, a pesar de todas las profecías de unos y los discursos apocalípticos de otros, la familia como institución se veía muy sana y poderosa en la que entonces llamábamos aún Sociedad Postindustrial. Hoy podríamos decir que eso sigue siendo así, por más que los cambios que se han producido en la pasada década la hayan dejado casi irreconocible, como a esas viejas hiperestiradas por todos los rincones de su cuerpo. El más reciente impacto aún está por venir: si los presupuestos generales del Estado español pasan a considerarse como "familias numerosas" a las monoparentales con dos hijos, gracias a una de esas inteligentes aportaciones de IU-ICV, ¿a quién demonios le va a seguir interesando casarse?. Sin duda alguna, únicamente a los homosexuales.
Addenda:
Por supuesto, la riqueza descansa en un sólo principio: aprovechar cualquier oportunidad de incrementarla. ¿Qué otra explicación tiene la separación, justo en este momento, de la hija del Rey? Esta claro, ¿no?: la princesa quiere aprovechar las ventajas fiscales propuestas por los republicanos de IU-ICV...
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