Con la uva hace años que fuí derrotado por la coalición de gorriones, mirlos y hormigas. Pero con los caquis me resisto, los peleo cada día hasta que termina la cosecha. Si una pieza está ya empezada por un pájaro, se la dejo: se lo merece por haber sido más madrugador que yo. Pero el resto, ni hablar...; puedo dejar que un chorizo me quite un merecido sexenio porque tiene muchos amiguitos a los que dárselos inmerecidamente antes (además, mi Estado no me protege al respecto, así que para qué pelear, no tengo los puños de John Wayne), pero los caquis, ni nablar. Esa es mi fruta preferida. Lo otro una prebenda más que, sabiendo cómo los dan y cómo los deniegan, nunca respetaré ni ayudaré a respetar.
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