2007/06/28

Cioran: ¡ahora lo entiendo!

Entiendo por qué sus textos me inquietaban ("en sí misma, toda idea es neutra", como si las ideas no fuesen fruto de los hombres, y las estructuras que los producen), me irritaban de una forma que no sabía definir, por mucho que los prologase (y propagase) Savater cuando decía ser ácrata. Y me irritaba, y me irrita, el discurso de todos cuantos han bebido insaciables de ese tipo de fuentes, y las han propagado, e injertado en las dúctiles mentes de jóvenes ansiosos. Cualquier idea es neutra, todo vale en principio..., en suma todo vale. O aún peor: "En este matadero, cruzarse de brazos o sacar la espada son gestos igualmente vanos". O lo que es lo mismo: la clave es el poder, tener el poder. "Tal engaño triunfa: resulta una rebelión, una doctrina o un mito y una muchedumbre de fieles; tal otro fracasa: no es entonces más que una divagación, una teoría o una ficción". Lo más absyecto del peor Nietzsche. Nihilismo barato, sencillamente, para ocultar su caro nihilismo: el fascismo, en una de sus versiones más miserables. Por lo visto otro de sus aforismos no era sino su plan de vida: "Quien esté considerado por sus amigos como alguien «extraordinario», no debe dar pruebas de lo contrario. Que evite dejar trazas y sobre todo que no escriba, si desea ser algún día para todos lo que fue para algunos solamente". Pero tarde o temprano, todo se sabe. Todo. Han salido a la luz las pruebas, y yo las descubro por casualidad, en mis navegaciones, aunque un poco tarde (¿qué importa?), y respiro tranquilo en cierto modo: no era yo el monstruo, por no ser capaz de digerir ese alimento.

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