Qué cosas... Resulta que entre 1995 y 1996 preparé un manualillo de Sociología de la Empresa para mis alumnos de la Licenciatura en Administración de Empresas, porque ninguno de los manuales existentes, aún con los muchos aciertos que tenían, me convencía por completo (manías). Apenas unos apuntes, que para mis clases fui complementando con un centenar de transparencias. Lo cierto es que me lo trabajé, pero no pretendía ir más allá de unos apuntes, algo muy introductorio. De hecho, ni se me pasó por la cabeza llevarlo a una editorial: un copistero amigo les viene preparando copias a los alumnos cada curso (sin yo cobrar derechos de autor, ni nada, no hagamos películas).
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Sin embargo, parece que funciona. Aunque dejé de dar la asignatura hace un lustro, los profesores que me han sucedido han seguido utilizando esos materiales... y de vez en cuando me llegaban noticias de su manejo en otras universidades, que no sé cómo se habrían hecho con el libro.
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El caso es que viendo que era útil para la gente, y siendo consecuente con mi visión de internet y mis concepciones sobre la libre circulación del conocimiento, el año pasado paparé una edición digital, para evitar a los grandes piratas, y colgué el libro en régimen de 'shareware' en Internet. Después de un año entiendo que los programadores shareware prácticamente hayan desaparecido de la circulación, pues tras miles de descargas del libro, a nadie se le ha ocurrido hacer una donación a la asociación sin ánimo de lucro a la que había cedido mis derechos. Por lo que he optado por quitarle toda esa parafernalia del 'shareware' (sharebooks había llamado al sistema, a ver si se extendía), y dejarlo como lo demás que tengo en mi página, en 'freeware'total.
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Bien. Esa es la historia digamos que por la parte editorial (que es lo que les interesa a algunos: los derechos de autor, y tal). Pero ahora viene la otra parte, la que te compensa. Desde que puse el libro en la red, no son menos de media docena los profesores tanto españoles como sobre todo latinoamericanos que me han escrito informándome de que lo utilizaban como libro de texto. Y alguno me ha escrito, jeje, qué malos son algunos, para contarme de profesores que utilizan mi libro para preparar sus clases, pero no lo tienen puesto ni en la bibliografía del programa de la asignatura ("no diré noms", como cantaba Raimon, porque bastante pena tienen de tener que hacer eso).
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Pero lo más extraño es que la máxima difusión del libro no ha debido producirse a través de Internet, pues ayer me escribía el responsable de la librería de una de las 15 más importantes escuelas internacionales de negocios del mundo(ubicada en Montreal) para preguntarme en qué editorial americana podía adquirir mi libro, que van a utilizar en un programa de Administración de Empresas trilingüe (en inglés, francés y español); y el buen señor se sorprendía luego (y se alegraba muchísimo, lo cual no entiendo siendo librero) cuando le informaba de que mi libro está a la libre disposición de todos en la sección de textos de mi página web. Osea que uno apuesta por la red, y luego en una escuela de negocios elitista del Canadá lo descubren en papel. Qué cosas...
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Las vueltas que da la vida, osea la energía, el conocimiento... A mí que no me atraía para nada el mundo de la empresa, ni su espacio social. Y a mí que en la vida me hubiese ocupado (ni me ocuparía), ni por todo el oro del mundo, en formar a estudiantes de elitistas escuelas de negocios. Y termino haciendo sin quererlo un manual de Sociología de la Empresa que terminan utilizando en una de esas detestables escuelas de explotadores. ¿Será la ambivalencia de los hechos sociales, esa del Merton? En fin...
(post original en blogia)
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