Estas notas las articulé el año pasado, precisamente el 4 de julio. Estaban como borrador, pero los resultados de las elecciones europeas en Francia, y lo que se atisba, me han impelido a publicar el post. No he añadido nada, ni he cambiado nada salvo alguna mejora en la redacción, y la imagen de IA generada por el Copilot de Edge.
El problema de Francia es que todos tienen razón:
Quienes señalan la marginación barrial/racial.
Los del discurso del reemplazo (no como realidad posible, sí como sueño yihadista).
Macron denunciando que algunos sectores están soñando con hacer realidad los videojuegos apocalípticos, mirando aterrorizado de reojo a Mélenchon.
Mal plan. Muy mal plan
Y es que hay demasiados sectores en conflicto. Por un lado, están quienes denuncian la marginación de determinadas áreas urbanas y ciertos grupos raciales. Por otro lado, están los que sostienen el discurso del reemplazo, para unos como como una realidad posible y para otros todavía como un sueño utópico yihadista.
El problema es que todos tienen razón. De ahí que cada sector de los extremos busque el apoyo de una de las partes en conflicto. Quienes peor lo están haciendo son los laterales, Republicanos y macronistas a la derecha y Partido Socialista (o lo poco que queda de ello) a la izquierda: incapaces de de dar respuesta a las preocupaciones de esos dos grandes sectores hoy esenciales, se dejan arrastrar por los extremos.
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