2021/05/16

Más sobre despoblación

Hay temas de los que es difícil ponerse en plan escueto, por más que sepas que de todo lo que escribas apenas se va a utilizar una frase. Pero bueno, en cualquier caso ha servido para reverdecer algunas reflexiones. Me envía unas preguntas un periodista para el enésimo reportaje sobre la España Vaciada, ahora a cuenta del Banco de España, que desde el Euro está con pocos quehaceres y seguramente demasiados funcionarios. Y le suelto toda esta retahíla, en realidad me la suelto a mí. Aquí se puede ver "la frase" escogida.


Buenas tardes, Artemio.

Estoy haciendo un reportaje sobre la despoblación a raíz del último informe anual del Banco de España que muestra su preocupación por la situación que vive el país (un 42% de los municipios están en riesgo de despoblación). Me gustaría saber si podría responder a estas cuatro cuestiones:


1. ¿Comparte la preocupación del Banco de España?

Realmente no creo que el Banco de España esté preocupado por la despoblación rural. Nunca lo ha estado, no son de hecho asuntos de su incumbencia. Pero los Bancos Nacionales han quedado privados de muchas competencias por la Unión Europea, y tienen que buscar tareas para sus funcionarios. Y como un sondeo del CIS dice que el 84% de la población está preocupado por la despoblación, pues al igual que tantos otros organismos, instituciones, colectivos y agentes, se dice "aquí hay tema".

Dice que "resulta prioritario disponer de un análisis minucioso sobre las fuerzas que determinan la distribución de la población y de la actividad económica en el territorio" pero esos análisis están hechos, lo sabemos todo al respecto. Los hemos hecho desde hace muchas décadas sociólogos, geógrafos e incluso algún economista, y lo hemos contado. Y la investigación más seria sobre esta cuestión nos ha concluido que hay poco que hacer al respecto. La urbanización física del mundo es un hecho imparable, y de lo que se trata no es de frenar (ya no digamos invertir) ese proceso, sino de que la población que aún queda en lo que llamamos zonas rurales, o la (poca) que quiera irse allí, disfrute de la urbanidad cultural y de servicios, se inserte en lo que yo he definido como la Urbe Global.

De hecho el informe se limita a reproducir unos datos mil veces difundidos en los últimos años, a partir del INE, con unas cuantas correlaciones. Y es gracioso, porque en realidad tenemos cada vez más estudios sobre la despoblación, basados en los mismos datos, pero resulta que (seguramente por indicación en su día del Banco de España, que es quien sugiere por dónde recortar) el propio Instituto Nacional de Estadística que genera esos datos dejó de suministrarnos datos reales sobre eso precisamente cuando empezó a ponerse el tema de moda. Por primera vez en dos siglos, en 2011 dejó de hacerse el Censo de Población de España, que se sustituyó por una encuesta; y en 2021 se ha repetido la jugada. Es decir, en realidad ahora hablamos más que nunca, pero sabemos menos que nunca sobre lo que ocurre en esa España despoblada. Sólo escuchamos discursos copypegados.

2. ¿Qué medidas ve necesarias para atajar el problema de la despoblación en el país?

El desarrollo de la Sociedad Telemática posibilita que, en esa Urbe Global, cada vez sea más fácil sobrevivir en áreas de baja densidad demográfica, hablamos siempre en los espacios centrales del sistema, es decir hablamos de una Europa, unos Estados Unidos "vaciados", es decir de vacíos demográficos en sociedades opulentas que pueden permitirse subsidiar la supervivencia, a cambio de servicios a la comunidad, al país. La principal condición sine qua non es la conectividad telemática, sin ella sólo los eremitas pueden sobrevivir; hasta los chicos de Fraguas, el pueblo okupado al Estado en Castilla la Mancha, han conseguido que su comunidad resista gracias a que están conectados, a la Sociedad Telemática que les permite encontrar apoyos social y geográficamente distantes. Sin conectividad no hay vida posible en la nueva sociedad. Decía que todo lo que se haga no es un regalo que hace a esos rurales, porque prestan un servicio fundamental: mantienen conservado el territorio. Sin poblamiento la degradación ecológica se acelera, la Humanidad, la razón, esa casualidad evolutiva, es una lucha constante contra la entropía de la Naturaleza.

Por tanto, lo fundamental es que dejen de decir que va a llegar, y llegue la conectividad rápida a todo el territorio, incluso al que ya está vacío porque puede que alguien vaya a instalarse allá. Es como la conectividad física de la Sociedad Industrial: Extremadura viene oyendo década a década que "llega el tren", pero no llega realmente y la gente se sigue yendo de la región. Pues lo mismo ocurre en la Sociedad Telemática con la conectividad virtual de muchos pueblos.

Por otra parte, los municipios rurales son inseparables de sus ciudades "de referencia". El acento hay que ponerlo ahora, de forma más urgente, en las microciudades que constituyen el tejido de interconexión de los pueblos rurales. En en esas microciudades (generalmente pueblos grandes, antiguas cabeceras de partido judicial) es donde hay que poner el acento, porque son las que prestan los servicios básicos a esos pueblos (banca, comercio, dependencia, educación secundaria, etc)

Medidas se han arbitrado muchas, demasiadas. Se copian unas a otras, pero la mayoría dan poco de sí. Hay que animar a los jóvenes alternativos urbanos a que en lugar de dar la tabarra en las ciudades sigan el modelo de los de Fraguas y se vayan a ocupar pueblos abandonados en montes públicos. Sólo si esos casos se multiplican podrán arbitrarse soluciones para los que ya están haciéndolo.

3. El informe dice que la despoblación no se debe a factores geoclimáticos, ¿a cuáles cree que se pueden deber?

Pues en algunos casos sí que también se debe a factores geoclimáticos, pero no por los tópicos al uso (el cambio global), sino porque hay realmente pueblos que se poblaron en momentos de crecimiento demográfico combinado con hambrunas, ocupando terrenos cada vez de mayor altitud, en los que se arrasaron bosques, que se degradaron ecológicamente rápidamente, y que en el siglo XX al aumentar las posibilidades de supervivencia en el exterior se vaciaron rápidamente. Hay pueblos que no pasa nada si se vacían, y se convierten en un recurso turístico (como algunos de Huesca, vaciados por causa de los pantanos, que en los 80 se regalaron a los sindicatos para hacer colonias de verano), o en base para la gestión ambiental del territorio.

Pero lógicamente en la mayoría se debe a procesos sociales, lógicamente. La mayor parte de la población se mueve por un espíritu de logro que, desde los años 50 del siglo XX, no puede satisfacer plenamente en muchas zonas rurales. Y España se ha planificado, no sólo durante el franquismo sino ya antes, y también después, en términos de buscar economías de escala, concentrando las inversiones productivas en unos pocos centros que se suponía sería locomotora del resto, pero luego se han evidenciado que son locomotoras de sí mismos. Ha habido operaciones incluso sistemáticas de vaciado en algún momento (como los pueblos vaciados por la construcción de embalses para la producción hidroeléctrica) al servicio de esos grandes centros productivos (Barcelona, Bilbao y Madrid fundamentalmente).

Porque incluso cuando se pone e reflexionar sobre la España vaciada, el Banco de España habla de medidas eficientes y ya sabemos lo que significa eso para sus economistas. Pero invertir en la España vaciada no es eficiente, ni en la mayoría de los casos será eficaz. Simplemente es necesario porque tenemos que mantener esos territorios protegidos de la degradación entrópica, mediante la presencia humana permanente.

4. En los últimos años ha aumentado la concienciación con este problema, ¿Ha notado algún cambio de tendencia en los últimos años o la despoblación sigue aumentando por momentos?

Hay cambios de tendencia, sí, en el ámbito superestructural, en el ámbito de las ideas. Hace medio siglo todo el mundo clamaba por vaciar el interior de España y concentrar la población en unas pocas grandes ciudades, y mejor en la costa (y el Banco de España habría abanderado esa opinión, pero entonces no se dedicaba a estos asuntos), y hoy todo el mundo clama contra la despoblación (incluido el Banco de España). Y por tanto vemos movimientos que apuntan en una dirección que es importante no por lo que algunos creen, sino por otras razones: porque la generalidad de la población puede estar dispuesta a aceptar que se inviertan en las zonas de baja densidad fondos muy por encima de lo que les correspondería política o demográficamente, porque se acepta que es esencial que se mantengan poblados. Y sin subsidiación, no hay población. Eso es lo que hay que asumir.

Pero en términos estadísticos no se advierte ningún cambio. Los pueblos se siguen vaciando, y las provincias más de interior siguen perdiendo población 

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