2020/02/04

Aquellos pioneros...

Doy por casualidad en una antigua página web que, cuando la encontré hace cosa de dos décadas, me resultó muy estimulante: el Mead Project, una insaciable colección de textos de G.H.Mead y su entorno, en realidad de toda la Escuela de Chicago en todos sus derroteros, a las que a finales de los 90 era sin duda difícil tener acceso, más desde lugares periféricos de cualquier país. Además no sólo recogía obras mayores (que al fin y al cabo uno podía ir a consultar con más o menos incomodidad allí en donde pueden encontrarse) sino también fragmentos, informes...
Surgió casi a la vez que mi página web, que no fue esta, pues ya ni existe la empresa, Fortunecity (la primera en ofrecer espacio web gratuito), en la que estuvo alojada hasta que al año siguiente mi universidad pudo ofrecerme un "rinconcito". Yo creía que detrás del Mead Project estaba alguno de esos colectivos voluntariosos que tan fácil es encontrar en América (en ese caso en una universidad canadiense), y tan difícil en la vieja Europa, más aún en la viejísima Iberia. Pero resulta que no, descubro ahora, al revisitarla con cariño, que detrás sólo estaba un ya entonces mayorcito profesor de Sociología (nada nativo digital), Lloyd Gordon Ward, del que sólo he conseguido averiguar que nació en Oklahoma en 1937 y murió en 2013 en Toronto, gracias a su obituario. Fue profesor en la Brock University, donde contó con la ayuda de otro psicólogo social, Robert Throop, con el que escribió también algunos artículos, todos obviamente en torno al interaccionismo simbólico, algunos pioneros en la Sociología de las Emociones. Y poco más. Throop parece haber desaparecido de Internet.
La mayor parte de los textos recopilados incluían estudios introductorios escritos a cuatro manos, así como incluyeron en la web (como blog se reconocía) otros textos propios de interés.
Yo utilicé muchos de esos textos de clásicos con mis alumnos, y descubrí a autores "borrados" de los manuales y tratados que sin embargo han hecho grandes aportaciones, aunque por una u otra razón no fuesen "aceptados" en el mainstream de la Sociología. En esa web, además de en experiencias personales, tiene precisamente su origen el proyecto (de esos no financiados, ni se espera) en el que venimos trabajando, a ratos, desde hace años.
Como de tantos de aquellos anónimos colonos que fueron abriendo sendas hacia el lejano Oeste (sííííí, dejando por el camino un reguero de sangre indígena, pero ese no es el tema, ahora), de la mayor parte de los primeros colonos de la WWW poco quedará. Sin embargo, en no pocos casos, si contaron con alojamiento en instituciones públicas, sendas como Mead Project quedarán ahí para siempre. Seguramente sus colegas se reirían no poco del sesentón que en los inicios de Internet se metía en tales berenjenales. Si pienso en alguien de su generación cercano, pienso en Gaviria, incapaz de utilizar una máquina de escribir y del que no conseguí que se acercase siquiera a un ordenador. Y mientras allá en la aburrida Canadá estaba Ward, entretenido acumulando, cual monje de la Orden Albertiana de Leibowitz, viejos saberes.

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