"Estimados/as Compañeros/as:
Paso a relataros brevemente lo sucedido a una compañera nuestra para que a todos nos sirva de lección:
1.
Tras un concurso para tres plazas de Ayudante (1 en Badajoz y 2 en
Cáceres), ella queda la segunda y elige una en el campus de Cáceres; el
aspirante que quedó en primer lugar eligió la plaza de Badajoz,
renunciando de facto a las de Cáceres, al no presentar la documentación
para esas plazas dentro de los 10 días prescritos por la normativa. En
el ANEXO I, Capítulo I, artículo 12, apartado 6 del Convenio Colectivo
del PDI se establece que: “Si en el plazo de diez días hábiles indicado el aspirante seleccionado no presentase la documentación que se señala en el apartado anterior, se entenderá que renuncia a la plaza obtenida.
A partir de ese momento, el Servicio de Recursos Humanos notificará
inmediatamente al segundo aspirante seleccionado y sucesivos su
designación para la plaza, iniciándose nuevamente los trámites antes
señalados”. Es decir, que el aspirante que queda en primer lugar,
implícita o explícitamente renuncia a las plazas para las que no haya
presentado documentación dentro del plazo establecido.
2.
Al no estar conforme con la valoración hecha a sus méritos nuestra
compañera recurre, y tras una nueva valoración realizada por la Comisión
de Reclamaciones y Garantía pasa a ser la primera, y elige la plaza de
ayudante en el campus de Badajoz. Pero para ocupar esta plaza le piden
en recursos humanos que renuncie por escrito al resto (las dos de
Cáceres), a pesar de no haber finalizado el proceso (existe la
posibilidad de reclamar en vía judicial) por el que se declara firme una
plaza. Ella firma esa renuncia y ocupa la de Badajoz, mientras que el
aspirante que había venido ocupando la plaza de Badajoz pasa a ocupar la
plaza que ella deja en Cáceres, y a la que había renunciado (implícita o
explícitamente) año y medio antes.
3.
Hasta aquí todo normal. Pero tras una nueva reclamación (ésta en vía
contencioso-administrativa) por parte del aspirante que estaba en
Cáceres, que genera una sentencia de primera instancia, que es a su vez
recurrida por la afectada ante el TSJ y aceptada en lo fundamental, sin
embargo, la UEx hace una particular interpretación de la sentencia del
TSJ. En virtud de ello, nuestra compañera vuelve a quedar la segunda y
el aspirante que ocupaba la plaza de Cáceres pasa a ser el primero, lo
que le permite elegir de nuevo la plaza de Badajoz, debiendo ella de
nuevo irse a la plaza de Cáceres que volvía a quedar libre.
4.
Pero cuál es su sorpresa cuando, mientras espera que se produzca de
nuevo el intercambio de plazas, le llega una carta firmada por el Sr.
Vicerrector de Profesorado diciendo que no sólo se extingue su contrato
en la plaza de Badajoz, sino que al haber renunciado a la plaza de
Cáceres un año antes, no procede su incorporación a la misma. En otras
palabras, que nuestra compañera, con la renuncia realizada, se habría AUTOEXPULSADO voluntariamente de la universidad.
NO
FIRMEN NUNCA, BAJO NINGÚN CONCEPTO, LA RENUNCIA A UNA PLAZA, YA QUE
PODÉIS VEROS EN LA CALLE A PESAR DE HABER GANADO NO UNA, SINO TRES
PLAZAS POR CONCURSO. O NO, PUES OBVIAMENTE NO SE HA APLICADO A LOS DOS
ASPIRANTES EL MISMO CRITERIO."
En realidad el asunto apenas ha empezado. Es mucho más gordo que todo eso, un auténtico paradigma de los mecanismos sibilinos a veces, desvergonzados en otras ocasiones, caciquiles siempre, mediante los que se expresa la endogamia. Osea: de cómo todas las estructuras de poder se articulan en la universidad para favorecer a los productos de las FPI (aunque no hayan producido absolutamente nada en cuatro años de beca bien pagada) en contra de profesionales como la copa de un pino que quieren trasladar su experiencia a la Universidad. La denuncia del sindicalista hace referencia a sólo un aspecto de una enorme cacicada continuada, a lo largo de cuatro años.
Los caciques juegan, también en la Universidad como lo hacían en el campo, con el miedo. El miedo al desempleo, el miedo al hambre. Pero no todo el mundo les teme; basta señalarlos para que caigan como los monigotes que en realidad son. Puros peleles. Porque la Justicia funciona a ratos, tarde y mal, pero funciona.
Post scriptum:
Y sí, ganó, ganamos, a esa panda de sinvergüenzas y protectores de sinvergüenzas. Porque la Justicia funciona a ratos, tarde y mal, pero funciona.
Sí, ya sé que en la Universidad, como en general en la Administración, nunca pagan quienes la han hecho (el vicerrector que cometió todo aquel sindiós no pagó las indemnizaciones que tuvo que pagar la Universidad sino que siguió su carrera imparable hacia la cátedra, cualquier día será rector; y el rector que miró a otro lado tampoco pagó, siguió su carrera imparable hacia el negocio de la privada), porque el sistema está diseñado para sea así, es un sistema corrupto por naturaleza, reforma tras reforma. Pero al menos la "actuación injusta a sabiendas" se corrige. La Justicia la corrige.
Hoy la dos veces expulsada ilegalmente de la Universidad, a pesar de haber perdido varios años académicamente, es Profesora Titular de Universidad, en una Universidad Pública. Ninguno de los beneficiados directa o indirectamente en todo aquel proceso, lo es todavía.
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