2015/10/06

Así las gastan en mi universidad

Mensaje que envía un sindicalista de la CSIF al buzón de la Universidad de Extremadura (la mía; bueno, la de algunos).



"Estimados/as Compañeros/as:

Paso a relataros brevemente lo sucedido a una compañera nuestra para que a todos nos sirva de lección:

1. Tras un concurso para tres plazas de Ayudante (1 en Badajoz y 2 en Cáceres), ella queda la segunda y elige una en el campus de Cáceres; el aspirante que quedó en primer lugar eligió la plaza de Badajoz, renunciando de facto a las de Cáceres, al no presentar la documentación para esas plazas dentro de los 10 días prescritos por la normativa. En el ANEXO I, Capítulo I, artículo 12, apartado 6 del Convenio Colectivo del PDI se establece que: “Si en el plazo de diez días hábiles indicado el aspirante seleccionado no presentase la documentación que se señala en el apartado anterior, se entenderá que renuncia a la plaza obtenida. A partir de ese momento, el Servicio de Recursos Humanos notificará inmediatamente al segundo aspirante seleccionado y sucesivos su designación para la plaza, iniciándose nuevamente los trámites antes señalados”. Es decir, que el aspirante que queda en primer lugar, implícita o explícitamente renuncia a las plazas para las que no haya presentado documentación dentro del plazo establecido.

2. Al no estar conforme con la valoración hecha a sus méritos nuestra compañera recurre, y tras una nueva valoración realizada por la Comisión de Reclamaciones y Garantía pasa a ser la primera, y elige la plaza de ayudante en el campus de Badajoz. Pero para ocupar esta plaza le piden en recursos humanos que renuncie por escrito al resto (las dos de Cáceres), a pesar de no haber finalizado el proceso (existe la posibilidad de reclamar en vía judicial) por el que se declara firme una plaza. Ella firma esa renuncia y ocupa la de Badajoz, mientras que el aspirante que había venido ocupando la plaza de Badajoz pasa a ocupar la plaza que ella deja en Cáceres, y a la que había renunciado (implícita o explícitamente) año y medio antes.

3. Hasta aquí todo normal. Pero tras una nueva reclamación (ésta en vía contencioso-administrativa) por parte del aspirante que estaba en Cáceres, que genera una sentencia de primera instancia, que es a su vez recurrida por la afectada ante el TSJ y aceptada en lo fundamental, sin embargo, la UEx hace una particular interpretación de la sentencia del TSJ. En virtud de ello, nuestra compañera vuelve a quedar la segunda y el aspirante que ocupaba la plaza de Cáceres pasa a ser el primero, lo que le permite elegir de nuevo la plaza de Badajoz, debiendo ella de nuevo irse a la plaza de Cáceres que volvía a quedar libre.

4. Pero cuál es su sorpresa cuando, mientras espera que se produzca de nuevo el intercambio de plazas, le llega una carta firmada por el Sr. Vicerrector de Profesorado diciendo que no sólo se extingue su contrato en la plaza de Badajoz, sino que al haber renunciado a la plaza de Cáceres un año antes, no procede su incorporación a la misma. En otras palabras, que nuestra compañera, con la renuncia realizada, se habría AUTOEXPULSADO voluntariamente de la universidad.



NO FIRMEN NUNCA, BAJO NINGÚN CONCEPTO, LA RENUNCIA A UNA PLAZA, YA QUE PODÉIS VEROS EN LA CALLE A PESAR DE HABER GANADO NO UNA, SINO TRES PLAZAS POR CONCURSO. O NO, PUES OBVIAMENTE NO SE HA APLICADO A LOS DOS ASPIRANTES EL MISMO CRITERIO."


En realidad el asunto apenas ha empezado. Es mucho más gordo que todo eso, un auténtico paradigma de los mecanismos sibilinos a veces, desvergonzados en otras ocasiones, caciquiles siempre, mediante los que se expresa la endogamia. Osea: de cómo todas las estructuras de poder se articulan en la universidad para favorecer a los productos de las FPI (aunque no hayan producido absolutamente nada en cuatro años de beca bien pagada) en contra de profesionales como la copa de un pino que quieren trasladar su experiencia a la Universidad. La denuncia del sindicalista hace referencia a sólo un aspecto de una enorme cacicada continuada, a lo largo de cuatro años.

Los caciques juegan, también en la Universidad como lo hacían en el campo, con el miedo. El miedo al desempleo, el miedo al hambre. Pero no todo el mundo les teme; basta señalarlos para que caigan como los monigotes que en realidad son. Puros peleles. Porque la Justicia funciona a ratos, tarde y mal, pero funciona.




 







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