2009/05/09
La enésima vulgata en darwinismo social
En España no podía ser otra cosa que profesor de IESE, es decir, formador de tiburones. Y tenía que serlo de Economía de la Empresa, es decir, decidor de frases, recetas, simplonas y si las vemos en conjunto totalmente contradictorias entre sí, sin base teórica alguna, porque sólo buscan animar a dar el primer bocado al mínimo olor de la sangre, y al menor coste. ¡Qué diferencia con Herbet Spencer, el primer gurú del darwinismo social!
Osea, que estoy hasta las narices de oir a todo quisque, incluso a gente a la que se supone inteligente, amplificar la operación de marketing montada en torno al jubilado pretendidamente gracioso que se ríe, de nuevo, de los pobres; pues a lo que se dedica, en el fondo, es a echar de nuevo la culpa de todo a los pobres, los sin ingreso fijo, sin empleo fijo, sin propiedades, los dichosos ninja.
¿Osea que todo se reduce a las cuatro hipotecas impagadas e impagables que hay por el mundo?. ¡Vaya! Así que primero los alumnos de los Abadías primero desmontaron el Estado del Bienestar a partir de principios de los '90, y dejaron de construir viviendas sociales. Luego a los pobres en vez de ayudarles a alojarse desde la solidaridad del Estado del Bienestar, se les venden viviendas desde el mercado, porque unos listillos consiguen engañar a otros listillos para hacer eso, y cuando las cosas vienen mal se les echa la culpa a las víctimas. O a los políticos, claro, que son algo muy socorrido también para estos predicadores (sobre todo si los políticos tienen veleidades izquierdistas).
Supongo que alguno de sus 12 hijos y 36 nietos (uf, qué peste a secta religiosa), está detrás de la operación. Y realmente parece gracioso, aunque a mí, la verdad, no me hace ni pizca. Por lo demás, al menos a mí no me explicó nada que no me hubiesen explicado antes, más eficientemente, con más economía de medios y auténtica gracia, y desde luego echando la culpa a quienes realmente la tienen (los alumnos de los Leopoldo Abadía del mundo mundial), estos tipos (no sé quién lo hizo antes, pero desde luego a mí me llegó lo de esta gente muchos meses antes de saber del vendedor de recetarios español). Y para leer a dinamiteros del Estado del Bienestar, prefiero a los neocon que no engañan (aquí uno de tantos).
Algo sí le reconozco a ese señor: la capacidad para vender teorías subprime
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