2008/03/05

¿Adios, Obama, adios?

Me temo que sí... Es curioso, porque la primera vez que sentí su nombre lo busqué en la red, y en su más temprana web, sólo en inglés, le dejé un mensaje que más o menos venía a decir: "me parece usted buena gente, un potencial buen presidente para su país y mi mundo; pero no le veo mucho futuro a alguien que empieza a candidatarse con una web que no incluye versión en español".

Luego irrumpío, encendió a las masas (también a muchas mujeres, que no todas se dejan llevar por la identidad de género, sino también por la identidad sexual, osea ese aire a lo Harry Belafonte), arrastró a algunos intelectuales, a la vieja guardia gauchista... y llegué a creer que era posible. Le veía ciertos paralelismos con los cambios operados en el socialismo español: hasta en el tipo se asemeja a Zapatero en la misma medida en que la Clinton recuerda visualmente a Felipe (hasta hay una pareja de políticos, al contrario que el caso de Obama). También en otras actitudes: moralista, estricto, puritano, frente al pragmatismo y la soberbia populista de los Clinton...

Osea (je) que tenía todos los puntos para convertirse, aunque cualquiera de los candidatos sería mejor presidente que cualquiera de los respublicanos, en el candidato oficial demócrata. Pero hoy tengo claro (intuyo, simplemente) la causa de su fracaso: es negro.

-¡Vaya! Qué obviedad...
-No.... No es una obviedad. Perderá por ser negro, pero no a mano de los blancos...
- Ein?
-...sino a mano de los hispanos, despreciados en los USA aún más por los negros que por los blancos. Y no ha sabido reconciliarse, a la luz de los resultados de las primarias en algunos Estados, con esos hispanos a los que los negros enormes de Chicago asustan en los autobuses, en las oficinas públicas, en las comisarías...

Creo que Obama no se ha enterado suficientemente de la importancia de los hispanos. Puede que él mismo los vea con desconfianza, como tantos otros norteamericanos negros (los más pobres siempre temen a los que llegan, aún más hambrientos, al festín). Las variables que favorecen específicamente a los Clinton (siento resultar políticamente poco correcto, una vez más, pero aquí no se está votando a Hillary, sino a los Clinton) son el género y el voto hispano. A Obama le favorece la negritud, pero en ese ámbito hay una limitación de base: son precisamente las mujeres las que se ocupan de lo importante, y no pocas de ellas se sentirán tan empujadas por la pulsión de género como por la pulsión racial.

Por lo demás, para los hegelianos que buscan la teleología de la cosa en la cosa, se puede mirar de esta guisa: la opresión de las mujeres es anterior a la racial, por lo que es lógico que llegue a ser presidente de los USA antes una mujer que un negro machiniano, de alma (e incluso en cierto modo, piel) blanquinosa.

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