Sólo el Poder, con mayúsculas, permite a los insulsos atreverse a rescatar sus ensoñaciones juveniles: esto es, comprarlas. Obviamente, Sarkozy aún seguía babeando el Je t'aime, moi non plus, viendo envejecer a Jane (más hermosa que nunca, en realidad) sin atreverse a abordarla, cuando un sucedáneo se le puso delante, en plena vorágine de adrenalina postelectoral. Miren y comparen, a ver si no es así: Nicolás busca a Jane, ya no la encuentra joven y entonces ve a Carla (a ver si distinguen quién es cual):
En realidad, no son las fotografías lo que me han llevado a descubrir el asunto. Sino la música de su novia. Escuchen a Carla Bruni (y a ver...!, esas manos....!).
¿Será Nicolás el nuevo Serge Gainsburg... ?. Ya veremos cómo acaba, porque una de las pocas cosas sensatas que Sabina ha escrito (digo yo que será suya) sentencia:
"no hay nostalgia peor
que añorar
lo que nunca jamás sucedió"
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