Artemio Baigorri: «Necesitamos población, buenas comunicaciones y apoyo al emprendimiento»
LA EXTREMADURA DE...
Primera impresión. «En 1977 el subdesarrollo, la miseria y la sumisión se palpaban en amplios sectores de la población. De la región me enganchó lo que estaba por hacer», asegura el sociólogo y profesor de la UEx
Artemio Baigorri nació en Mallén (Zaragoza) en 1956, llegó a Extremadura por primera vez en 1977, pero la definitiva fue en 1985. Es sociólogo y profesor de la UEx, vive medio año en Badajoz y el otro medio en San Rafael de Olivenza y antes ha residido en Mallén (Zaragoza), Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), Tudela (Navarra), Barcelona, Zaragoza, Madrid, Logroño, Cambrils (Tarragona), Puerto de la Cruz (Tenerife) y Maspalomas (Gran Canaria).
–¿Por qué vino a Extremadura?
–La primera vez a estudiar el subdesarrollo (1977). La segunda a parar la nuclearización del Guadiana y proponer alternativas de desarrollo (1979). Viene luego a hacer algunos trabajos de urbanismo y ordenación del territorio, y en 1985 a hacer una innovadora investigación sobre el agua. El trabajo se frustró por razones políticas, pero ya había decidido quedarme.
–¿Qué impresión tuvo cuando llegó?
–Cuando vine por primera vez no corrían las cachanillas (las plantas que ruedan en las películas del Oeste) como creía tópicamente que vería, pero el subdesarrollo, la miseria y la sumisión se palpaban en amplios sectores de la población.
–¿Cuál es la mayor diferencia que ha encontrado entre el modo de vida de aquí y el de Zaragoza?
–Más que en el modo de vida, la diferencia estaba en el grado de desarrollo y de autonomía de las personas.
–¿Cómo le recibieron aquí?
–Desde el principio siempre me he sentido bien acogido.
–¿Tardó en acostumbrarse o se adaptó enseguida al ritmo de vida?
–No noté que tuviese que adaptarme a un ritmo. También es cierto que venía de vivir un año en Canarias.
–¿Cómo ha cambiado su visión de la región en el tiempo que lleva aquí?
–Cuanto más es mi tierra, más crítico soy.
–¿Podría definir Extremadura con tres palabras?
–Aislamiento, paciencia y desigualdad.
–¿Qué es lo que más le conquistó de esta tierra?
–Una tierra es una matria, una mujer. A mí me conquista menos lo obvio que el potencial, y así fue en el caso de Extremadura: me enganchó lo que estaba por hacer.
–¿Y lo que menos?
–El calor.
–¿Qué destacaría de los extremeños?
–No creo que haya unos rasgos «extremeños». Los de las sierras del norte son muy distintos por razones socio-ecológicas a los de las Vegas del Guadiana, o el sur.
–¿Qué cree que necesita Extremadura para su desarrollo?
–Población (la que perdió y sigue perdiendo), buenas comunicaciones y más apoyo al (auténtico) emprendimiento.
–¿Cuáles son sus sitios favoritos de la región?
–Escribí la primera guía turística seria, y hasta ahora la más completa en 1992 y una versión actualizada (2003), así que hay demasiados. Como hay que ceñirse: Olivenza, Guadalupe y Plasencia.
–Extremadura es un paraíso natural ¿en qué sitios le gusta perderse?
–Por los caminos de ribera, en las vegas de regadío. Me hacen sentirme en mi niñez.
–¿Qué rincones recomendaría visitar de Badajoz y San Rafael de Olivenza?
–Vivo medio año en Badajoz (donde recomiendo por desconocido el entorno de la Fábrica de la Luz) y medio en San Rafael de Olivenza. El conjunto del plan de colonización (pantano, ribera y ambos poblados) merece una visita.
–¿Qué echa de menos en Badajoz y en San Rafael?
–En San Rafael, únicamente una red telemática decente. En Badajoz, más población y más urbanidad (aceras ocupadas por terrazas, perros peligrosos sueltos, ruido, etc)
–¿A qué dedica su ocio?
–Plantas, lectura, música, películas, paseos, fotografía... y Twitter.
–¿La cercanía con Portugal es un aliciente? ¿Viaja con frecuencia al país vecino? ¿Dónde va?
–Durante años fui mucho a Sesimbra y alrededores, y a Lisboa porque mi hija trabajó allí varios años. Ahora solo voy por compromisos académicos, y a llevar visitas a Elvas.
– ¿Le gusta el clima extremeño?
–De San Juan a la Virgen de Agosto, insoportable. El resto del año una delicia, aunque en invierno a veces tengo nostalgia del cierzo.
–¿Recomienda a sus familiares y amigos que vengan de vacaciones o a vivir a Extremadura?
–A veces me sorprenden y vienen motu propio.
–¿Acude a fiestas de interés turístico o a acontecimientos culturales?
–A medida que me hago mayor soporto menos los eventos de masas. Si voy es por compromiso.
–¿Qué es lo que más le gusta de la gastronomía extremeña?
–Soy vegano inconsistente, nunca digo que no al jamón extremeño, ni a la torta (de la Serena, of course) o el queso de cabra pimentonado. Ni a pestiños y flores, si me dejan.
– ¿Dónde ha viajado o va a viajar este verano?
–Ojalá que a ningún sitio. Pero por razones familiares tocará alguna escapada a Castuera y a Zaragoza.
https://www.hoy.es/extremadura/necesitamos-poblacion-buenas-20200809001814-ntvo.html
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