Yuma, la nada en el desierto

Nueva entrada, esta vez en coche porque un colega tiene que ir a cambiar unas camisas a Yuma. En realidad hay mejores centros comerciales en El Centro, cerca de la garita más cercana al millón de habitantes de Mexicali, pero permite visitar por unas horas una ciudad que vive de los servicios al regadío (muy mecanizado, pero en el que sigue siendo necesaria la mano de obra)

...y de la propia vigilancia de la frontera (casi 8.000 personas, de una ciudad de 90.000, viven de eso, entre la base de los marines y los miembros de la Border, la  Migra). Mucho funcionario, por tanto, que también necesita su campito de golf junto al desierto, gracias a los canales que salen del Colorado. Y su casino, claro. Porque, aparte de trepar por las dunas, qué van a hacer si no...

Su supuesto atractivo turístico son unos cutre restos de una prisión famosa sobre todo por las películas del Oeste, que ni me pasa por la cabeza visitar. Es casi más interesante este puente de hierro, aunque tampoco sea gran cosa.

Lo más interesante de la excursión a Yuma, la boca de riego que capturo en un semáforo.  De verdad; lo digo como siento. Por supuesto, hay que comer en el centro comercial (mall), en una franquicia. O Burger King/MacDonald/Subways, o franquicias de tacos mejicanos. La única opción es un seudo italiano, no sé si franquicia. En él comemos.