con las conspiraciones nucleares vuelven las reflexiones que tienen en cuenta sus riesgos. Por ejemplo, está impactando por ahí (osea, por ahora sólo en inglés) el documental "La vida tras los humanos" (Life After People), inspirado justamente en las consecuencias de Chernobil. Con espectaculares imágenes reales (grabadas en las ciudades muertas de Chernobil) y digitales, plantea curiosos futuribles. Entre tanto llega puede verse en baja calidad aquí.
En la web del documental puede verse, entre otras curiosidades, un pequeño dossier de preparación para la supervivencia.
Al hojear el dossier he recordado una mañana en Pamplona, en aquellos tiempos... Celebrábamos unas de aquellas Jornadas de Alternativas, debía de ser hacia 1979 ó 1980. Conocí entonces a Lefebvre, que rozaba ya los 80, presumiendo como buen fanfarrón franchute de echar a diario una botella de vino y un polvo, y riñéndonos a los ecologistas. Pero nunca podía resistirse a una invitación de Gaviria. Bien, a lo que iba, se llevaban entonces, precisamente, los temas de la supervivencia, la autosuficiencia, etc. El miedo a las nucleares, a la guerra fría... y a la crisis económica tanto como a la ecológica alimentaron sin duda esa demanda. Y el caso es que un pirado de las plantas medicinales había expuesto sus tesis sobre la cantidad de alimento que los humanos desaprovechamos por no utilizar sino una pequeña fracción de las plantas comestibles (sic). Y por aquello de que en aquellos ámbitos alternativos, ecologistas y libertarios no había teoría sin praxis (al contrario que en los cenáculos políticos de la extrema izquierda) el buen señor nos sacó a todos al espléndido prado de la Ciudadela (en donde se desarrollaban las jornadas) y nos obligó a ponernos de rodillas y a comer hierba, gramón supongo. Supongo que hoy hubiésemos sido pasto de youtube y de los peores programas de televisión... Pero afortunadamente entonces no había móviles con cámara... Yo no comí, fundamentalmente porque el tipo, de esos místicos fibrosos de negra mirada, nos condujo al prado como si fuese el pastor de un rebaño... Y no. Tirarme a la hierba, siempre. Comerla imperativamente, ni hablar.
Pues eso... Que el Cambio Global nos va a obligar a adaptarnos a nuevas circunstancias. Pero si el debate nuclear se reabre, y ellos ganan, puede que finalmente para nuestros nietos no haya circunstancias, ni nuevas, ni viejas.
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