Fractura Estival (sobre la paz hidráulica)

..que es peor que la fractura digital.

Osea, que después de dejar a punto la contratación del estudio que hemos conseguido en concurso público (frente a una docena larga de empresas) sobre la emigración extremeña, distribuido el trabajo en el equipo, calendarizado todo.... me veía yo descansando hasta mediados de agosto, para empezar entonces a tope el estudio (ya iré contando, supongo). Pero ni hostias... Algún grave pecado he debido de cometer, para que los dioses no me permitan decansar. Me moviliza Mario Gaviria para que organizacemos, ¡en dos semanas! un taller para llenar un día de la Tribuna del Agua de Expozaragoza, esa cosa. Y te da cosa decirle que no, que entiendes que le haga ilu hacer algo juntos después de veinte años, pero que te parte el verano, que tienes mucho trabajo (remunerado, que también hace falta, y no remunerado) a la vista como para meterte en ese berenjenal, y encima para dar lustre a una Expo.... Y si encima no sabes decir que no, ¿cómo escaparte?. No hay forma.

Y ahí andamos: en menos de cuatro días hemos conseguido movilizar a una treintena de cabezas de las buenas, de ámbitos tan diversos como la política, el ecologismo o el ex ecologismo, la mediación, la educación para la paz, la gestión, la investigación social, la teoría, la comunicación..., de todo el territorio nacional, y los hemos convencido/engañado para que acudan el día 7 a Zaragoza, a sentarse en una sala y charlar, a la manera en que lo hacíamos en ARRE hace treinta años (bueno, entonces encima nos costaba dinero, ahora nos lo darán por hacerlo), intentando entender (y en qué tenemos responsabilidad, que algunos la tenemos) cómo es posible que el agua se haya convertido en elemento identitario de la peor calaña, y esté conduciendo a España a una fractura, esta sí grave, territorial. Y para pensar también, claro, en cómo podemos contribuir a superar eso.

¿Por qué digo que tenemos responsabilidades? Porque en los años '70 algunos alimentamos un constructo ideológico en torno al agua que se ha demostrado, a la larga, muy peligroso. Anda, que si llego a saber cómo iba a terminar el asunto, para luego adoctrino yo a aquella célula de ex-peteros en el pensamiento ecológico... No hay nada peor que dar un arma ideológica a un telepredicador.

¿Vamos a ser capaces de desmontar esas ojivas que dejamos apuntando al corazón del Estado? No lo creo, pero al menos lo intentaremos... Y al menos nos reuniremos, por cuenta de la Expo (osea, de todos los españoles, para qué negarlo), un grupo de bienpensantes que no nos hemos visto, en algunos casos, desde hace un cuarto de siglo, que se dice pronto. ¿No vale la pena sólo por eso joderse la mitad de lo que prometían ser, por una vez, unas vacaciones?


(El que no se consuela, porque no quiere, ¿verdad?)