Esta semana me he negado a participar en un proceso de baremación de candidatos a una plaza en mi Departamento, a su vez obligado a ello por la autoridad superior. Me he negado... salvo que esté obligado a ello normativamente, y así me lo recuerde/imponga por escrito quien tenga competencia para ello. Y nadie me lo ha impuesto...
Me he negado porque a mi juicio era participar en un acto de prevaricación, de actuación injusta a sabiendas, de esos que tan a menudo se hacen en la Universidad contra alguien o a favor de alguien.
La plaza en sí es conceptualmente alucinante, un auténtico engendro. Es una plaza de "sustituto" para cubrir una plaza que no existe, porque (si la sacan) tardará al menos un año en ser efectiva (dada la lentitud con que la Universidad funciona para los indiferentes), y eso si no hay recursos procesales (que los habrá, porque cada vez le tiene menos miedo la gente de este país a los caciques y chulipandas), pero que (por acuerdo, cágate lorito, entre los sindicatos y el Rectorado) viene con características a mi juicio totalmente ilegales e inconstitucionales.
El primer elemento supone actuar injustamente a sabiendas de partida, pues lo que hace en beneficiar a un tipo de candidatos frente a otros de forma injusta.
La plaza que (quizás) saldrá en su día a concurso es de Asociado, esto es (en teoría) para alguien que tiene (en teoría, mucha) experiencia profesional, y por tanto la experiencia profesional se valora un poquito más que la escasa valoración que se le atribuye en la generalidad de las plazas y acreditaciones.
Sin embargo, la plaza de "sustituto" (que además no se publicita y no es valorada por una comisión formal de selección) para cubrir la docencia de la plaza "en gestación" de asociado, utiliza como baremo no el que se utiliza para profesores asociados, sino el que se utiliza para Profesor Ayudante. Esto es el típico baremo diseñado para la endogamia, que pone todo el peso en las notas de la carrera y en las becas de formación para la investigación (FPI y equivalentes). Es indiferente que alguien en los cuatro años de becario no haya hecho más que TLP o viajar (hay algunos, sobre todo algunas, no metamos a tod@s en el mismo saco, que sí que producen, publican e incluso acaban su tesis), tendrá más puntuación que quien durante esos cuatro años haya estado trabajando como profesional. Y como las becas, a su vez, sólo se otorgan a quienes tienen más nota de carrera... pues claro, todo se suma. De forma que una carrera de empollón llena de sobresalientes y cuatro años de FPI tumban al mejor profesional que pueda presentarse. Así está la universidad, plagadica de gente creativa y crítica...
Pero el segundo aspecto es casi más grave. Pues quien tome la plaza está obligado a aceptar por anticipado que la docencia impartida durante el periodo en que esté contratado no le contará luego como experiencia docente. Está escrito así en la convocatoria, que sólo se distribuye a nivel interno. ¿Ustedes imaginan? Te contrato, pero luego lo que hayas trabajado no puedes ponerlo en tus méritos porque no se te baremará. ¿Alucinante? ¿Seguramente ilegal? Qué más da. Es como esto.
Vale, es lo que hay, pero me niego a contribuir, siquiera sea este poquito, a esa gran enfermedad nacional que es la endogamia.
Consecuencias de la endogamia
Diccionario de dudas del español:
TLP: Tocarse Las Pelotas
Lo siento por quien hizo el otro día un comentario (laudatorio) y no lo ve. No aparece porque lo borré sin querer al intentar gestionarlo desde el móvil.
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