Al primero (o primera, como es el caso) siempre le cuesta, en principio, como mínimo la soledad, la mirada hostil del rebaño por atreverse a traspasar los límites marcados.
Pero si su esfuerzo se ve coronado por el éxito...
...enseguida llegarán los listos, no ya a imitarle, sino a intentar quitarle su bocado
Si son así hasta las ovejas, ¿cómo no vamos a serlo los humanos?
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