2012/08/21

Visita inesperada

Me encantan halcones y cernícalos. No sé por qué me emocionan sus evoluciones, siempre en solitario aunque en buena vecindad. Me gusta su aire esquivo, pero a la vez leal al territorio en donde vive.


Y ellos deben de saberlo, que puedo llevarme bien, porque uno acaba de presentarse en casa, herido, con un ala rota. No sé si mi corral era el mejor lugar para refugiarse, porque los gatos vecinos son un gran peligro para él. Entretanto localizo quién o qué se haga cargo, si es que no es capaz de irse después de reponer fuerzas con unas lonchas de jamón. Mientras le lanzaba trozos de jamón, que ha devorado con ganas, parloteaba en su lengua. Supongo que me explicaba qué le había ocurrido... Un mal aterrizaje, un choque con una rama... Porque yo no le he entendido, claro. Tenemos cosas en común, pero no tantas.

Bien. Entretanto se cura, o se lo llevan, disfrutaremos de la mutua compañía.

Addenda:

Le encanta el jamón. No es tonto el pajarico...



..... Y como vino, se fue. Sin avisar. Difícil lo tendrá con su ala demediada, pero supongo que lo ha preferido a sentirse transformada en gallina, esperando cada día la comida regalada.



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